¡No!. He intentado evitarle por todos los medios, no pensarle, no quererle, no verle bajo ningún concepto, y ahora el maldito destino, ¡me lo pone delante!. Increible.
Esto tiene que ser una broma. No puede ser él, después de casi un año sin vernos, después de asumir que ya nunca más volvería a verle. Es como, ¿qué quieres olvidarle?, pues toma, haber si puedes ahora viéndole todos los días. ¡Venga ya! ¿Y mi contrato encima será indefinido no?, y a jornada completa, como si lo viera.
- Anastasia. - Bueno. Ahora sé que no se ha olvidado de mi nombre.
- Christian. - Estoy en shock. Después de todo considero que soy la que más ha sufrido, para él, solo era su amiga con derechos con la que se casó. Muy bonito todo, vamos me quería tanto que me pidió el divorcio.
- ¿Dónde has estado?. - Me pregunta sin tapujos. Está enfadado. ¿Perdón, acaso le importa?.
- Por ahí. - Sin embargo no me atrevo a ser borde con él.
- ¿Dónde exactamente?, ¿con otro?, ¿ya me has cambiado?, porque no te tembló el pulso cuando firmaste los papeles del divorcio. - Me está poniendo de los nervios. Él me los pidió, yo no quería.
- No, y por favor firma los tuyos que aún no me han llegado - Me tiembla la voz.
- ¡Nunca los voy a firmar!, ¡y no quiero escucharte, soy tu jefe y como tu jefe no puedes exigirme nada!. - Rompe los papeles del divorcio en mil pedazos.
Esto no me puede estar pasando. Mi jefe, mi ex. ¿Por qué joder?, ¿por qué se interpuso en mi camino si quería hacerme daño?.
- Vale. - No me sale decir más nada.
Cojo la puerta sin su permiso, y me marcho
- ¡Espera Anastasia!. - Ni de broma le voy a esperar, no quiero que me alcance.
Me meto en el ascensor, y por suerte las puertas se cierran antes de que pueda alcanzarme. ¡Todo es una mierda!. ¿Cómo puede ser mi jefe?. ¡No puedo aceptar este trabajo!.
Tengo que llamar a Mía y decirla que muchas gracias pero que no puedo aceptar el trabajo, está estupendo y pagan muy bien, pero no quiero tener a mi ex como jefe. No puedo seguir viendole, sabiendo que estoy locamente enamorada de él, y que al final va a hacer lo que quiera conmigo. No puedo quedarme con este trabajo, no puedo dejarme manipular por mi ex. No puede mandar sobre mi vida. No puede tenerme como su mujer.
Tengo que volver a buscarme un abogado. No puedo seguir siendo débil, y dejar que haga lo que quiera. Debo ser firme y hacerle firmar el divorcio, aún que por ahora sólo quiero desaparecer. No me atrevo a pedirle el divorcio, ya me lo pidió él, y por cierto, no le costó absolutamente nada. Irónico que el quisiera separarse de mí, y ahora esté haciendo esto. Es bipolar, eso creo.
Cojo mi teléfono con las manos temblorosas, una vez estoy en la salida de la empresa, y llamo a Mía.
Sé que debería plantarle cara, exigirle el divorcio, pero no puedo, no me sale, en el fondo quiero que todo vuelva a ser como antes. Como cuando lo eramos todo, y lo demás no importaba.
Quisiera volver atrás y ser un día más su pequeña, pero eso es imposible. El amor se ha convertido en odio por su parte. El deseo en rabia, y las palabras bonitas, en ofensas que hacen daño, además de esas que te joden pero bien.
Christian prometió quererme, y respetarme hasta que la muerte nos separase, y no lo ha cumplido. Al menos me ha dado un hijo al que querer, mi Teddy. Mi niño bonito. Menos mal que le tengo a él.
- Hola Ana, ¿qué tal te ha ido la entrevista?. - Mía enseguida atiende mi llamada.
Lucho por no ponerme a llorar.
- Lo siento, no quiero el trabajo. - No puedo trabajar para mi ex. ¡No estoy tan loca!.
No puedo tener cerca a mi ex, no puedo seguir amandole. Tengo que salir adelante sin él, como he venido haciendo este año.
- Ana, eres perfecta para el puesto, ¿qué ha pasado?. - Se lo explicaría, pero a ella no la interesa para nada.
No puedo decirla que su jefe es mi ex, que le odio y le quiero a la vez, y no puedo verle porque si no caeré rendida, acabaré en donde me diga y como me diga. Él me manejará a su antojo, y eso no puede ser.
- Es que no puedo...- No sigo hablando porque me rompo por completo
- ¿No quieres el trabajo entonces?. - Suena apenada. La gustaba para el puesto.
- No, no quiero el trabajo...- No puedo seguir hablando porque me quitan el teléfono de las manos.
De nuevo siento cosas. Mi Ex, me acaba de quitar mi teléfono. Ahora se cree con autoridad para todo.
- ¿Me lo das por favor?. - No puedo mirarle.
- Este trabajo no es una opción, trabajarás aquí para mí y ya está, te hace falta el dinero, cogelo y punto. - Me devuelve el teléfono.
- Vale. - Contesto con la voz quebrada. No me sale decirle mucho más. Es superior a mí, no puedo negarle nada, y eso es un problema.
¿Le digo acaso que le quiero y por eso no puedo defenderme de sus ofensas?, ¿le confieso que me duele que me esté tratando así?, ¿qué firmó los papeles del divorcio una amiga con mi firma para que hubiese problemas y se alargará la cosa?. En realidad nadie, ninguno de los dos, ha firmado el divorcio realmente. ¿Qué coño estamos haciendo entonces?.
- ¿Me vas a decir donde has estado?. - No debería contestar a ninguna de sus preguntas.
- He estado viviendo aquí mismo, con mi mejor amiga y...- Me callo al darme cuenta de lo que he estado a punto de desvelar.
- ¿Y?. - Mierda. Aún no puedo decirle nada.
- Y pues ahí estamos las dos, sólo las dos, en una casa de las afueras. - Menos mal que he sabido arreglarlo.
- ¿Y por qué desapareciste?, ¿podemos hablar ahora por favor?. - Esto no puede estar bien. No debería hablar con él
- Christian, no pongas esto más difícil, no puedo hablar contigo. - Es que ni de coña puedo.
- ¿Por qué?. - Exige saber.
Seria un error decirle la verdad.
Oye mira, es que te amo, y cada día sin tí es una mierda, y un sin sentido. No puedo hablar contigo porque no quiero escuchar un no te quiero, y porque sea como sea voy a caer rendida a tí 😒 (puta devilidad) 😒
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Mi jefe, mi Ex
FanfictionEl mundo en realidad es pequeño, por eso puede darse la casualidad de que tu jefe, resulte ser tu ex.