No sé para que he intentado hablar con Christian. Es un gilipollas y nunca cambiará, ya no siente nada por mí, y no debería ni dirigirle la palabra. Soy una estúpida.
- Ana, ¿donde estabas?, mira a quién te he traído. - Kate me entrega a mi bebé.
- Hola mi niño. - Le cojo en mis brazos y beso su diminuta cabezita. Tiene dos meses, es muy pequeño y aún me da miedo cogerle y que se haga daño. Soy de esas madres que se preocupan de más por su hijo.
- ¡Sois tan bonitos los dos!, ya estaba llorando sin tí, le estaba gritando a su tía que quiere comer. - Me lo creo. Mi niño es lo más bonito del mundo, y conmigo no llora mucho. Lo que le pasa a mi niño es que está acostumbrado a mí. ¡Es lo mejor que tengo!, a parte de Christian, pero creo que no le tengo, ese es el problema.
- Él si, yo no, y me voy a dar prisa que mi jefe, tu padre hijo mío, debe de estar a punto de venir para tocarme la moral. - Me desabrocho un lado del sujetador, y le doy de comer a mi bebé.
- ¿Te visita mucho?, ¡joder con Grey, es idiota!. - Kate tiene toda la razón del mundo.
- ¿De verdad te tienes que ir después?, llevarme con vosotros. - Me derrumbo. No tenía que haber cogido este trabajo. ¿Quién trabaja para su ex por muy bueno que esté, y aún que siga sintiendo cosas?. Nadie, soy la única idiota del planeta. Mi mundo es un desastre sentimental desde que perdí a mi ex marido, aún que en teoría lo sigue siendo, por mucho que nos llevemos de esta manera tan...especial.
- Si, pero no llores, te he traído un rico desayuno. - Kate me entrega una caña de chocolate. ¡Dios mío, la adoro!. Más aún cuando también me trae un termo con café. Acaba de salvarme la mañana. ¡Lo que hace un café, milagros!, más cuando estás que te caes de sueño y tienes la vista distorsionada. Si no me duermo es porque mi ex, marido o ya ni sé cómo llamarle, anda por aquí.
- Gracias amiga, te debo una. - Me limpio las lágrimas. No merece la pena llorar por él.
- Anastasia, Christian te necesita...- Mía abre la puerta. Esto pasa cuando no hechas el seguro.
- Mía, ¡esto si es lo que parece, pero por favor no digas nada!. - ¡Joder!. ¡Cómo se lo diga a Christian me muero lentamente!.
- Perdona, ¿tienes un hijo?, ¡qué cosa más bonita!. - Cierra la puerta tras de ella y coge una silla para sentarse a mi lado . Vale. Esta reacción, no es exactamente la que esperaba.
- Si, el niño es precioso, pero su padre es un auténtico idiota. - Kate sigue teniendo razón. Casi siempre la tiene.
- Ana, Christian dijo que eras su ex, bueno en realidad, dijo que eres su mujer ¿es su hijo?. - No puedo mentirla.
- Si, ¡pero jurame que no le vas a decir nada!. - Mi niño termina de comer. Me tapo.
Mierda. Creo que la he fastidiado diciéndole la verdad a Mía. Ya decía yo que esto estaba siendo demasiado fácil. Si Mia le cuenta esto a Christian, me da que va a arder Troya, porque no quiere saber nada de mí, así que si se entera que tenemos un hijo, se enfadará conmigo tanto, que a saber lo que hace.
- Ana, es mi hermano, y te ama. - No sabe toda la historia, por eso dice eso.
- Se lo diré, pero no ahora, ¡por favor déjame que lo haga yo!. - No está en mi mente decírselo, pero es para que cierre la boca.
- Vale, pero por favor, quiero disfrutar de mi sobrino. - Mira a mi hijo con amor.
- Perdón Ana, Christian te está buscando. - Dos empleadas más que interrumpen.
- Chicas, cerrad la puerta con seguro, que Anastasia está con su hijo y el jefe no puede enterarse. - Ordena Kate. Ella si que tiene las cualidades para ser una buena jefa.
- ¡Oh Dios mío!. - Una de ellas cierra con seguro la puerta y mira a mi hijo sorprendida.
- Eres muy joven, pero es monisimo tia, tiene que estar tu novio o lo que sea contento, porque te has quedado estupenda tras el embarazo. - Las dos mujeres se sientan con nosotras.
- Pues no mucho la verdad. - Si lo estuviera no me habría dejado. Si me llega a ver embarazada, directamente sale corriendo y ni de broma estaría aquí ahora. Me refiero a mí, por eso de que él, ya me habría matado.
- Está muy contento, pero Ana le tiene a dos velas, y por eso es tan borde. - Interviene Kate.
- Bueno, no existe un hombre más borde que nuestro jefe. - Confiesa una de las mujeres. Se llama Evelyn, y la otra Yolanda.
- Bueno, eso no es así. - Defiendo a Christian
- Si, si que es así. - Interviene Kate.
- Te estaba buscando, debe de estar histérico, siempre le veo contigo, te ha cogido cariño. - Yolanda está equivocada.
- Si vamos, lo que pasa que soy la nueva, es por eso. - Me invento una excusa creíble.
No pienso decirle a nadie, que Christian, el jefe, es mi ex marido, o lo que es peor, mi marido.
- Bueno, y porque te quiere. - Interviene Mía.
- ¿Tienes algo con el jefe?. - Preguntan Yolanda y Evelyn al unísono.
- Es mi ex, pero por favor, que no corra la voz. - Lo que me faltaba, que pensarán que estoy por enchufe.
- ¡Joder!, ¡no jodas!. - Grita Evelyn sorprendida.
- Si, pero no griteis que os puede escuchar. - Tengo pánico a que venga personalmente.
- Bueno, me voy llendo con este pequeño, que el jefe está muy contento, y como te demores más, le vas a hacer el hombre más feliz del mundo. - Kate con sus ironías.
La verdad es que los ratos que viene a la empresa con mi hijo, son los mejores.
Mi despacho se queda vacío, aprobecho para quitarme las medias porque me estoy muriendo de calor, las tiro por ahí, y justo entra Christian y las coge al vuelo. ¡Genial!.
- ¿Se puede saber donde coño estabas?, te he llamado por teléfono y no lo has cogido. - Está más enfadadado de lo que pensaba. ¡Menuda novedad!, ¿no?.
Miro mi teléfono y efectivamente, tengo llamadas de un número que será el suyo, para aburrir.
- ¿Desde cuándo tienes mi número?, estaba aquí jefe, ¿para qué me necesitas?. - Trato de comportarme como su directora creativa que soy.
- Tu número viene en tu currículum, y te necesito porque vamos a gravar el anuncio. - Mierda. ¿Quiere seguir grabando ese anuncio conmigo?.
- Christian, no puedo hacer ese anuncio contigo. - Soy bastante clara, pero por su cara, dudo que me haga caso. Él con tal de fastidiarme, le da igual todo lo demás.
- ¡Levantate, si no quieres que te levante yo!. - Viene hasta mí, y antes de que esté lo suficientemente cerca, me levanto.
No quiero cabrear más a mi ex, mi jefe, el que siempre está conmigo....para tocarme la moral 😥
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Mi jefe, mi Ex
FanfictionEl mundo en realidad es pequeño, por eso puede darse la casualidad de que tu jefe, resulte ser tu ex.