Capítulo 25

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He dormido en casa de Christian. Él me ha traído a la oficina. Al principio no quería, y bueno, sigo sin querer, pero me ha traído por las malas. Ahora lo hacemos todo por las malas, como un matrimonio que se va a la mierda.

No hemos hecho más que discutir, y seguimos, pero bueno, ya me he tomado el café al menos. Algo es algo.

- ¡¿Dónde vas?!, te recuerdo que tu despacho es el mío - Seguimos con la discursión

- Christian, necesito mi espacio, ¡no me quites eso también!

- Tu espacio está en mi despacho, así que tira

Todos nos miran. Estamos dando el espectáculo, como siempre. Encima todos están en shock por la vuelta de Christian. Las cosas han vuelto a su orden, estarán contentos. Nótese la ironía.

- ¡Por favor Christian!, quiero estar en mi despacho

- ¿Para qué?, si vas a ser un mueble, al menos lo eres en mi despacho, quiero decir, nuestro

- ¡Es que ahí vas a estar tú!

- Veo que te sabes mi objetivo, esa es la intención, por si no te habías enterado

- ¡Venga ya!, ¿para qué quieres que este?, si estoy te voy a joder la mañana

- No cuelan tus amenazas, ¡así que venga!

Estamos fatal, peor que los divorciados. No sé a qué viene tanto interés porque esté con él, ya le he dicho que puede estar con nuestro hijo, el cual no ha soltado de sus brazos. ¡Que envidia!.

- ¡Por favor!, ¡sólo un rato sin tí!

- ¡Qué no!, no vaya a ser que te acostumbres

No iba a hacerlo. Es imposible acostumbrarse a estar sin él habiéndome tenido como marido. Ahora está en plan insoportable pero de buenas estar con él, es lo mejor del mundo.

Nuestro hijo comienza a llorar, y me lo entrega.

- Me voy a darle el pecho. - Es la excusa perfecta para estar a solas conmigo misma.

- Se lo das en nuestro despacho, y cierro con seguro

Está exagerando. No van a ver nada. ¡Este hombre es imposible!

- Me da cosa, ¡por favor!

- A mí no, sigues siendo mi mujer al fin y al cabo

Lo sé. Quemó los papeles del divorcio. Menudo es. ¡No se aclara!

Christian es imposible de entender, no sé que quiere de mí, y cambia de ideas como de boxers. Muero por verle con todos sus conjuntos de boxers, pero el caso, que me voy del tema, es que no le comprendo y eso hace más difícil la situación. Christian es un hombre especial, de mucho carácter, y sé que todos le temen, por eso son tan estirados cuando él está presente. Le tienen miedo, como yo a veces, como cuando me amenazó con quitarme a mi hijo, quiero pensar que no es capaz de eso.

Es cierto, lo he hecho mal, tenía que haberle dicho a Christian sobre nuestro hijo, nada más enterarme, pero tiene que admitir que me lo ha puesto muy difícil, y que era imposible decirle nada en este plan. En este plan de no somos nada, pero quiero que estés, y ahora lo hacemos minutos después de casi firmar el divorcio. Es que no sé qué más hacer por el, no entiendo que quiere que haga.

Ya sé que tiene motivos para cabrearse por el hecho de haberle ocultado a nuestro hijo, pero no entiendo porque se cabrea cuando no estoy. Se supone que no me quiere ni en pintura, pero se empeña en tenerme de alguna forma. Yo también deseo tenerle, pero bien, no cuando discutimos y nos tiramos los trastos a la cara haciéndonos daño. Mucho daño.

Mi jefe, mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora