Capítulo 26

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No sé si aguanto esto. Christian está muy borde. Demasiado. Se está pasando de la raya.

Ayer al final le acompañe al baño de hombres, me hizo seguirle a todas partes, y claro, ahora todos me miran porque saben que el jefe la ha tomado conmigo. No sé si es que se apiadan de mí, o me odian como Christian.

Cuando he llegado a la empresa, Christian ha venido a recibirme y me ha llevado hasta mi mierda de mesa. Hoy hay mucho trabajo que hacer, y estoy cansada, ya que esta noche no he podido dormir, me he pasado hasta altas horas de la madrugada discutiendo con Christian.

- ¿Se puede saber por qué coño sales en los anuncios? - Mierda. Ahí esta la razón por la que está tan insoportable esta mañana.

- Les he gustado Christian, y me han pagado bien, ¿qué más te da? - Intento restarle importancia

- ¡Me da porque sigues siendo mía!, y no quiero compartirte - ¿Qué?, ¿no era que no quería saber nada de mí?

- ¿Tuya?, Christian has renunciado a mí persona, y ahora que no somos nada porque así lo has querido, tengo derecho a salir en los anuncios que me de la gana

- ¡No vas a volver a salir en ningún anuncio!, ¿me escuchas? - Me coge por el brazo y nos acorrala en la pared. A mí y a nuestro hijo

- Vale - Trago saliva. Esto ya no tiene gracia, me está empezando a dar miedo

- ¡No voy a permitir que otros te coman con los ojos¡, así que no provoques mas, y haz tu trabajo - Me quita a mi hijo de mis brazos

Me quedo paralizada apoyada en la pared. Quiero salir corriendo, pero es que no me deja en paz, y fijo que me alcanza.

Al fin consigo moverme y me siento en mi mesa. Intento concentrarme en mi trabajo. Tenemos nuevo cliente y vendrá en unos días, esta vez se trata de un anuncio de tampax. ¡Que genial!

Observo a Christian de reojo, se ha puesto sus gafas, y sostiene a nuestro bebé con cariño. A él si le quiere, y le trata bien. En mi ha perdido la confianza, y ya no me tiene ni un poquito de cariño, sólo intenta fastidiarme.

Kate sabe lo que está pasando, y su consejo es que trate de aguantar por mi hijo, pero la verdad es que no puedo más. Me pongo los auriculares, y trato de crear un folleto para la nueva campaña. Un eslogan que llame la atención y una imagen que entre por los ojos. Sinceramente no estoy muy concentrada.

Vuelvo a ver a Christian, esta tan guapo con esas gafas y la camisa medio abierta, mientras sostiene a nuestro hijo. Creo que me muero por mi jefe, mi ex. Me muerdo el labio y me quedo embobada viéndole. Es mucho mejor su imagen, que unas imágenes de tampax y tipos de fuentes para las letras del eslogan.

Christian me mira y le aparto la mirada. Vuelvo a colocarme el auricular que se me ha caído, y sigo escuchando a Synapson. Espero que no se haya dado cuenta de que estaba embobada mirándole.

- Anastasia - Me quita los auriculares. ¡Joder que susto!

- ¿Qué? - Me llevo la mano al pecho y trato de respirar tranquilamente

- Vamos a por un café - No espera a que responda, me levanta

Salimos de su despacho, y nos dirigimos a la cafetería. Tomamos asiento bajo la atenta mirada de todos, y guardamos silencio. Un silencio que sin duda es incómodo.

El camarero nos atiende, y pedimos nuestros cafés. Miro a todos lados, hasta que mi mirada se paraliza justo frente a Christian, que también me observa.

- Quiero que termines esos folletos hoy mismo - Me aparta la mirada, y se dedica a mirar a nuestro hijo

- No voy a poder, es mucho trabajo para un solo día - No puede estar hablando en serio

Mi jefe, mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora