Capítulo 21

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Recuerdo la ruptura de Christian después de llamarle.

El primer paso fue decirme ese "tenemos que hablar"

Me pregunté que había hecho mal, debatiendome entre el miedo y la culpa.

Me pregunté que tenía que haber cambiado, para que saliera bien.

Debería haberle hecho saber que le conocía, que sabía todo de él, porque al fin y al cabo le conozco mejor que nadie.

Debí pasar desapercibida, sin hacer notar mis debilidades, porque así ha hecho conmigo lo que ha querido.

Debí dejar a un lado la lista de cosas que estaban mal, cosas que le he estado diciendo, como insistirle en que me dijera te quiero, ya que a mí nunca me ha costado decírselo.

Me he quedado en vela toda la noche, y sigo sin comprender que es lo que tiene que pensar, y he llegado a la conclusión de que se ha cansado de mi insistencia, de mis intentos por cambiarle y sacarle la ternura que guarda en lo más profundo de su corazón.

Debí dejarle ser sin presionarle, y me hubiese quedado con él mil y una noches en vela para hablar, y que me explicase que debí hacer para que se quedara y no se fuera nunca.

Él simplemente me dijo que no era el mismo cuando rompimos y yo le creí y me culpé por ello

Ahora de nuevo estoy sola, y él no parece que vaya a volver porque no me quiere, y ha preferido dejarlo estar y marcharse a otro país, con distintos horarios, muy lejano de mí.

Ahora me arrepiento de no haberle dicho lo que sentía cuando se ha ido, pero tenía miedo.

Debí cuidar lo que teníamos. ¡Y es que tengo la sensación de que he abandonado lo único que quiero!.

Antes de irse tenía que haberle dicho, no te vayas, soy tu chica, tu mi chico y no puedes dejarme. Prometo cuidar de tí y quererte, pero no te vayas.

Tras su llamada, y a pesar de todo, he llegado a la conclusión de que lo he perdido y empiezo a sentir rabia, porque yo he intentado que funcionara, y aún así se ha ido.

Salgo de mi despacho y me dirijo a la cafetería donde me encuentro con Evelyn y Yolanda, Kate se ha ido y me ha dejado a mi hijo. El fruto de mi amor por Christian, y ahora que Christian no está, pienso traerle, porque le necesito. Necesito tener algo de él cerca de mi constantemente para poder vivir, y nuestro hijo es de él, es su esencia, su genética, es como él.

- Ahora que el jefe no está, podemos ir como queramos y no todas iguales como si fuésemos robots de diseño. - Se ríe Evelyn.

- Si, es mejor que se haya ido. - Evelyn se gira para verme.

En cuanto me ven, se callan. Saben que no soporto que hablen mal de él. En fin, él me odia y debería hacer yo lo mismo, así que me uno a su conversación.

- Tranquilas, es idiota, manda todo el rato. Ana traeme un café, Ana no te quiero y por eso me voy, Ana eres una estúpida y me aprobecho de tí. - Le robo un café a un camarero que había salido de la barra con la bandeja.

- ¡Ey¡. - Se queja.

- ¡Anda tira chaval!, que ya lo estoy pagando. - Le tiro un dólar encima de la bandeja, que es lo que vale el café.

El tipo decide no discutir conmigo, y se marcha.

- ¡Buena esa Ana!, y si, Christian es un jefe muy complicado. - Se ríe Yolanda.

- ¡Eh chicas!, soy Christian Grey y si os insulto es porque yo lo valgo y tengo poder para hacerlo. - Imito a Christian.

- Debería bajarle la regla como castigo, y ponerse en nuestro lugar, no hay nada como un dolor de ovarios para entender. - Tiene razón.

Mi jefe, mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora