Capítulo 18

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Kate aparca el coche frente a nuestra casa, deja a Christian y vuelve a irse más para delante. Disimulando que no vive aquí.

El plan es que yo ahora me baje, y haga como si he llegado andando, en autobús, o como sea. En cualquier medio de transporte, menos en el mismo coche en el que él ha venido conmigo, aún que no se haya percatado de eso.

Me bajo del coche asegurándome de que nadie me ve, y corro hasta mi calle, después bajo el ritmo y hago como si hubiese ido andando a un ritmo normal y no como el de una loca ansiosa por encontrarse con el amor de su vida. Hasta me pongo los cascos para disimular.

Kate va a ir luego a casa, es tan buena amiga. Me da apuro por ella, pero yo en su lugar haría lo mismo. Por las hermanas se hace lo que sea. Ella es como mi hermana mayor.

- ¡Ana!, ¿cómo es qué has salido corriendo?. - Christian me quita los cascos.

- Tenía hambre, quería llegar ya a casa. - Estoy tratando de aguantarme la risa.

- Ya, pues que sea la última vez que huyes, ¿me he explicado?. - Me agarra por el brazo, como si me fuera a escapar.

- ¿Qué haces por aquí?. - Cambio de tema.

- He venido a despedirme de tí. - Contesta frío. No es el mismo que antes en el coche. ¿Qué le pasa?.

- ¿Es qué te vas?. - Parece que si.

- Si me voy, me he cogido mis propias vacaciones y estaré fuera unos meses. - ¿Qué?. ¡Eso es muchísimo tiempo!.

- ¿Cuántos meses?. - Me estoy poniendo nerviosa. ¡No puede irse tanto tiempo, y sin mí!. ¿Qué nos está pasando de nuevo?.

- No lo sé, necesito pensar, el cliente está encantado con el anuncio, hemos cobrado bien, ya te he ingresado tu parte en tu cuenta bancaria, y bueno, he venido a despedirme. - Me rompe el corazón. ¡Quiero llorar!.

¿Por qué se va?, ¿qué es lo que tiene que pensar?. ¡No quiero que se vaya!.

- ¿De verdad te vas?. - Lucho por contener mis lágrimas. ¡No puede irse por meses!.

- Si, espero que todo vaya bien en mi ausencia, ya buscaré un sustituto, será el que has visto antes, Jack Hyde, yo me voy fuera del país a Alemania, tengo a un amigo allí con una empresa y me ha pedido ayuda, así que estaré fuera Ana. - Me está dejando sin palabras. ¿Qué hago?, ¿le suplico que no se vaya?, ¿me arrodillo y le lloro que no lo haga?.

Claro, por eso era tan urgente verme, porque se va. Ahora lo entiendo todo.

- Pues que te vaya bien. - Le aparto la mirada. No me sale decirle más nada, porque está claro que diga lo que diga, se va a ir.

- Lo mismo te digo Anastasia, gracias. - Él también me aparta la mirada.

Lo sé, soy gilipollas, debería decirle que no se vaya. Gritarle que como lo haga me muero, que no puedo estar tanto tiempo sin él.

- ¿Cuándo te vas?. - Se me está poniendo la piel de gallina.

Yo venía dispuesta a decirle de todo, mis sentimientos y todo, pero su noticia me ha dejado en shock y ahora sólo quiero llorar a solas, mientras como palomitas de colores y bebo zumo de piña pero sin ron, porque no puedo beber alcohol.

- Mañana, por eso he venido a despedirme, lo he decidido hoy mismo, yo...necesito pensar. - Se aleja de mí.

- ¡Christian espera!. - No quiero que se vaya. No puede hablar en serio.

- Dime. - Se voltea para mirarme.

Quiero decirle que le necesito, que por favor no se vaya, pero no puedo. No puedo porque tengo miedo a la verdad.

Mi jefe, mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora