Capítulo 24

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Dimito. Dimito porque ya no tiene sentido, y me ha dejado muy claro que entre nosotros ya no hay nada.

- ¡Ni de broma Ana!, que no seas nada sentimental para mí, no significa que te vayas de mi empresa como directora creativa - No sé porque se empeña en que siga. Hay miles de personas que aceptarían mi puesto.

- ¡Por favor!, no puedo seguir viéndote, ¿lo entiendes? - Tengo desgarrado el corazón. Es obvio que no puedo seguir como si nada, fingiendo que no amo a mi jefe, que no me duele que ya no quiera saber nada de mí.

- ¡Que no te vas!, ¡quiero que te quedes en mi vida de alguna manera!, ¿vale?, así que te quedas y punto - No pienso dejar que se salga con la suya

- ¡Que no!, ¡que quiero irme joder!, ¡no puedes retenerme!, ¡no puedes Christian! - Es de lógica. Si me deja ir, me deja ir de todo.

No puedo quedarme y trabajar para la persona que más daño me ha hecho, pero también más feliz me ha hecho en toda mi vida. No somos nada, no me puedo quedar.

- ¡Que si puedo joder!, ¡no intentes huir de mí!, ¡no puedes irte, y salir de mi vida! - Me abraza por detrás.

Yo lloro. Él llora. Nuestro hijo llora. Somos un desastre sentimental.

- Christian, no voy a seguir, no puedo seguir, si me dejas es de todo - Así de claro.

- ¡ Te vas a quedar Ana!, te vas a quedar, y vas a hacer tu trabajo, ¡te vuelves conmigo! - Está poniendo todo, muy difícil.

- No voy a volver, me quedo aquí, son mis vacaciones Christian, tienes que dejárme - Son mis derechos como trabajadora.

- ¿Te crees que me importa ahora lo que ponga en tu contrato?, ¿crees que las cosas contigo van a ser como en el contrato?, estas confundida Ana, ¡tú vas a hacer lo que tu jefe te diga! - No me suelta.

- ¡Ya no lo eres, he dimitido! - Insisto.

- Lo soy, porque no acepto tu dimisión, además, van a cambiar las cosas, se acabó lo de tener un despacho, te vas a trasladar al mío, dado que tienes a nuestro hijo por ahora, y pienso vigilarte, y ser tu sombra - ¡No puede hacer esto!.

- ¡No me puedes obligar!.

- ¡No me retes!, ¡sabes que puedo!.

- ¡No puedes obligarme a trabajar para tí!, tu has querido que no sea nada, ¡ahora te jodes!.

- ¡No vas a desaparecer de mi vida!, eso te lo juro, así que tu verás si quieres volver a rastras o de buenas.

- ¿Me vas a llevar tu mismo?, porque nuestro hijo no camina, lo vas a tener difícil para llevarnos a los dos.

- ¿Quieres que llame a Taylor?, porque va a estar encantado de llevar a nuestro hijo.

- ¿Y no me puede llevar a mí?, se me antoja mejor opción.

- ¡Pues no!, ¡a tí sólo te toco yo!.

- ¡Ya no!, has pérdido ese privilegio.

- ¡Ya veremos Ana!, ¡ya veremos!. -

- ¿Ya veremos qué?, ¿cómo me quedo y tú te vas?.

- ¡Y una mierda!, te vienes conmigo

- Gracias, pero voy a pasar de tí.

- ¡Muy bien, tu lo has querido! - Me coge en sus brazos.

- ¿Pero qué haces?, ¡sueltame!.

- Te dije que podía, ya tienes a Taylor en la puerta.

Mi jefe, mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora