Capítulo 12

5.8K 310 10
                                    

No entiendo porque nos hacemos tanto daño. Yo le quiero, pero está claro que no podemos estar juntos, porque siempre estamos discutiendo y peleando. Tenemos una especie de amor odio, que nos consume y nos mata a los dos.

- Christian, es lo mejor que podemos hacer, divorciarnos y dejar de hacernos daño. - Ha pasado el tiempo. Va siendo hora de poner las cartas sobre la mesa.

- Está bien, nos vemos entonces con el abogado. - Christian me suelta y se marcha sin si quiera despedirse.

Me quedo en el suelo destrozada, observando el coche de Christian irse a toda prisa. Como si deseara dejarme ir y no volver nunca más.

(...)

No he podido dormir en toda la noche. Ya no sé lo que quiero, ni lo que quiere él. Ya no sé como llamarle, si mi ex, mí marido, o como.

Me visto y trato de disimular mis ojos rojos con maquillaje. No me molesto mucho en arreglarme esta vez. No tengo ganas de nada, sólo quiero llorar. Ni si quiera he podido hacer caso a mi bebé, por la depresión que tengo. Kate me ha prometido que luego va a venir a verme con mi hijo, como casi siempre hace, por suerte Christian aún no nos ha pillado, no sabe que tengo visita a menudo en la empresa.

Ahora estamos en trámites de divorcio, y esta vez en serio, así que no es el momento de hablar de eso. Además, tengo miedo, ¿y si después del divorcio me quiere quitar a mi hijo?, porque tengo las de perder. Él es mucho más poderoso que yo, con un chasquido de dedos, podría joderme la vida.

Llego a la empresa y todos me miran, se han dado cuenta de que no estoy bien.

- Ana, cariño, ¿cómo estas?. - Evelyn me da un abrazo.

La abrazo y lloro en silencio. Estoy muy sensible. Ya no puedo más.

- Ana, ¿qué ha pasado?. - Yolanda se une a nuestro abrazo.

- Es que me va todo mal, yo le quiero, pero él a mi no. - No quiere darme el divorcio porque se piensa que así puede fastidiarme.

- No te preocupes, todo va a ir bien. - Intenta consolarme Evelyn.

Entre ellas me sujetan. No tengo fuerzas para mantenerme en pie. Tenía que haber desayunado.

- ¡Venga a trabajar!, ¡ya!. - Grita Christian apareciendo de pronto. En este momento mi jefe me parece un estupido. En serio, ya no puedo más, me está haciendo daño en serio.

Pensaba que lo peor había pasado, pero no estaba en lo cierto. Lo peor es ahora, lo estoy viviendo. Le amo y nos estamos separando, dañando, jodiendo la vida.

Entre Evelyn y Yolanda, intentan llevarme a mi despacho pero Christian nos detiene.

- ¡Tú Ana, te vienes conmigo!. - Me coge por el brazo y me guía hasta su despacho.

Todos nos miran boquiabiertos, saben que entre nosotros dos hay algo, pero algo malo porque lo que estamos haciendo es separarnos. Odio decirlo, odio pensar que se acabó, que para aguantar que me intente joder, mejor no estar con él. Preferiría tenerle aún que me hiciese daño, pero eso no está bien, y creo que no me lo merezco.

Christian cierra la puerta de su despacho y cierra las persianas. Aquí nadie nos escucha ni nos ve.

- Esta tarde hemos quedado con el abogado, ya vas a tener lo que querías, el divorcio. - Mi respiración comienza a ser muy agitada. Me va a dar algo como ayer. ¡¿por qué me tiene que decir esto justo ahora que sabe que estoy fatal?!.

- Vale, ahí estaré, acabaremos con esto de una vez. - Logro contestar.

- Si, tu y yo, nunca más seremos algo, y podrás decirle a todos que soy tu ex. - Me abre la puerta de mala gana.

Mi jefe, mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora