Capítulo 27

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No entiendo los cambios de humor tan repentinos del que es aún mi marido. Necesito que se aclare, porque no puedo más con sus idas y venidas. O estamos o no estamos, pero no podemos estar en este plan.

- Gracias Christian, buenas noches, te veo mañana - Estoy muy cansada y necesito dormir

- Buenas noches - Cuelga la video llamada

Igual se ha enfadado por no querer hablar más, pero tiene que entender que todo esto me duele

(...)

Ya he llegado a la empresa con nuestro hijo, esta vez Christian no me está esperando.

Entro en su despacho y él ni me mira. Ya no está la que era mi mesa.

- Este ya no es tu despacho, puedes retirarte - Ni si quiera levanta la mirada para hablarme

- Vale - Cierro la puerta tras de mí

Voy a mi despacho, y me siento en la comoda silla de mi escritorio, con mi bebé en brazos. Esta vez he dejado el carrito en casa.

Mi hijo descansa en mis brazos, me coloco mis gafas y sigo con el anuncio para los tampax. Aún no sé que modelo pueda hacerlo, pero desde luego he pensado algo así como una chica en una piscina, subida a un flotador, y que diga algo como con los tampax spearl, despreocupate.

No sé, aún tengo que tener más ideas, y pensar en algo realmente bueno, que llame la atención de todos y volver a triunfar de nuevo. La empresa con Christian al mando, jamás ha tenido un fracaso.

Esta mañana, antes de venir, he pedido cita en el médico, y la tengo ahora en dos horas. Necesito decirle a Christian, y aún que el miedo se apodera de mí, cierro el ordenador y me dirijo a su despacho para informarle. No puedo cancelar mi cita médica. En realidad es una cita en el ginecólogo, para ver que tal va todo tras haber dado a luz. Mi matrona es muy agradable, no puedo quejarme.

Me dirijo al despacho de Christian, y cuando abro la puerta, él sigue como antes, con la mirada fija en la pantalla del ordenador, y ni se ha dado cuenta de mi presencia. En fin, no le culpo, lo he hecho mal, y tenía que haberle contado lo de nuestro hijo.

No espero que me mire, simplemente me siento frente a ŕl, con nuestro hijo en brazos, y espero a que aparte su mirada del ordenador y se percate de mi presencia.

Respiro hondo, y toso, para que se de cuenta más rápido de que tiene visita.

- ¿Quién está ahí? - Pregunta Christian sin apartar su mirada de la pantalla del ordenador

- Necesito salir antes - Lo digo de carrerilla para que no me interrumpa de pronto

- ¿Cómo dices? - Ahora si que me mira

- Es que tengo cita en el ginecólogo - Esta vez voy con la verdad

- ¿Por qué? - Pregunta en shock

- Bueno, por ver como va todo después de haber dado a luz, ya sabes, y la tengo ahora, así que he venido a informarte - Le sonrío tímidamente

- Vale, muy bien

¿Y ya está?, ¿no me va a decir más nada?.

- Me voy entonces - Me levanto de mi asiento para irme

- Cierra la puerta al salir, por favor - Ni si quiera hace amago de despedirse

Yo tampoco le digo adiós ni nada, salgo de su despacho y voy andando hasta el ginecólogo, que me pilla bastante cerca del trabajo.

Mientras paseo con mi bebé en brazos, voy pensando en Christian. Admito que esperaba que me pusiera pegas o algo para salir, pero esta vez ha actuado como si no le importase, y eso me ha ofendido un poco la verdad.

No podía esperar que fuese así siempre, tarde o temprano acabaría esto, y lo estoy sintiendo, y no me gusta nada. Es decir, en este plan, al menos estábamos, pero es que ya ni me mira, ni me habla, sólo falta que ahora acepte mi dimisión. No sé, por si acaso no me atrevo a sacarle el tema. Irónico, porque lo echo de menos. Echo en falta de lo que me quejaba, y es porque al menos tenía algo, pero ya no queda nada, ni si quiera las peleas. Se ha tensado tanto la cuerda, que se ha roto.

Entro a la consulta de mi ginecóloga, Roxy Teller. Una gran ginecóloga, bastante conocida además.

- Buenos días Anastasia, cuenteme, y por favor, toma asiento - Lo hago sin pensarmelo

- Doctora, es que tengo vómitos y mareos, además me duele el pecho - Más últimamente

- Entiendo, entonces puede dejar de darle el pecho a Teddy, ya puede tomar biberón si lo desea, además, lo de los mareos es normal, dado que presenta usted problemas de ansiedad y depresión, pero tumbate en la camilla por favor - La doctora me acompaña hasta la camilla

Sostengo a mi bebé, mientras me revisa, especialmente el vientre.

- Está todo bien, aún que si la sigue doliendo, vaya al doctor y pida cita para una endoscopia - Eso haré

- Gracias, ¿entonces le puedo dar ya el biberón dice? - Me da pena, pero bueno, es que me duele el pecho

- Si, ya ha terminado el periodo de lactancia, la recomiendo la leche en polvo de marca, que es mucho mejor que la de marca blanca - No hacía falta que me lo recordase. Tenía en mente darle a mi niño de lo mejor.

- Gracias Doctora, pediré cita al doctor porque, no sé si está informada del ataque anterior de ansiedad que casi me deja en el sitio - Fue hace años, pero tengo miedo a que me vuelva a pasar.

- Pide cita ya mismo, aún que no va a ser nada Ana, así que no te preocupes. - Si ella lo dice, no me voy a preocupar

- Gracias por todo, nos vemos en otra ocasión - Me despido

Cojo mis cosas y me marcho de su consulta. Me entristece pensar que se ha terminado mi periodo de lactancia, pero bueno, es algo que tenía que pasar, y no puedo llorar por esto, que estoy demasiado sensible y ya está bien. No puedo dejar que me afecte todo tanto, si es que, todo es desde que he vuelto a ver a Christian. A veces me arrepiento, pero la mayoría de las veces no, porque es como la droga, sabes que es mala, pero es un vicio que te ves incapaz de dejar. Eso siento con Christian, que aún sabiendo que tengo que dejarle, no me sale hacerlo, ni me sale no estar con él, ni mucho menos plantarle cara.

Siento como me cogen del brazo. Mi corazón se paraliza, pero respiro cuando veo a Christian. Con dificultad, pero por lo menos estoy respirando.

- Se acabó Ana, nuestro hijo ya no es tan dependiente de tí - No me lo creo. ¿Cómo es que se ha enterado de todo?, ¿desde cuándo está aquí escuchando lo que le he transmitido a mi ginecóloga?

- Supongo, todo se acaba - Me entristece pensar así. En este momento no me sale pensar más que en eso

Primero se acabó mi relación con Christian, y ahora esté vínculo con mi niño. Me siento vacía y triste, y presiento que no puedo tocar más hondo.

- Si, se acabó Anastasia, tu espera se ha terminado, nuestro hijo se viene conmigo - ¿Qué?, ¿es en serio?

- ¡No!, ¡no te voy a dejar! - La desesperación se apodera de mí

- No hace falta que me dejes, con que yo quiera, es suficiente, y lo sabes

Mi jefe, mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora