Capítulo 8

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Increíble. Intentas olvidar a alguién, y no puedes por una serie de razones, como que es tu jefe y todo eso. No entiendo como el destino es tan cabrón conmigo. ¿Qué le he hecho yo para merecer esto?.

Me levanto antes de que Christian lo haga por mí. Esta en plan insoportable, jefe gilipollas que intenta fastidiarte.

- ¿No decías que te gustaba la modelo?, podías hacer con ella el anuncio. - Yo también sé fastidiarle un poco. Además, me gusta hacerlo.

- El cliente ha dicho que lo haga contigo, y se acabó. - Claro. Excusas. ¿No será que le hace ilusión hacerlo conmigo?. Para empezar hubiese rechazado la propuesta, aún que es un cliente muy importante, y tratándose de dinero y fama, pues haces lo que sea, hasta gravar un anuncio sensual con quién mas odias.

- Vale, pero lo voy a hacer fatal. - Eso es obvio. No soy modelo, soy creativa. Yo diseño anuncios, no salgo en ellos.

Christian en cambio ha sido modelo. Me dedicó unas fotos cuando me conoció. Para ese entonces era un cielo, entrañable, el mejor del mundo. Ahora su objetivo es fastidiarme. Eso parece al menos.

- Ya, pues no te preocupes, hay tiempo para grabarlo, he sido modelo, puedo enseñarte a hacerlo bien, dedicaremos el tiempo que haga falta, todo por...el cliente. - Ya si. El cliente.

- Claro, es importante, todo esto lo hacemos por él. - Si no hubiese cliente, Christian y yo ni de broma compartiriamos una escena sensual para un anuncio.

- Si, por el cliente Ana, sólo por el cliente. - Me ha quedado clarísimo que es por el cliente, ¿a quién no?.

- Si, es un sacrificio que debemos hacer. - Vamos una tortura. Lo peor.

- Si, pero merecerá la pena, por el cliente. - Si. El cliente es muy importante, que esté contento, no podemos fallarle. Debemos fingir lo mejor posible, tiene que parecer que nos atraemos sexualmente. Va a ser tan difícil...

- Debemos actuar lo mejor posible y llevarnos a ese cliente de calle. - Tenemos que impactarle con nuestra actuación

- Si, actuar. - Eso he dicho, que vamos a actuar.

- ¿Qué tenías pensado?. - Muero de curiosidad.

- Se ve el avión de Rayaner en el aeropuerto, yo estoy bajando, y tu me esperas en la zona de aterrizaje, entonces tu vienes corriendo hasta mí, te tiras a mis brazos y me besas, y el eslogan es "con Rayaner, nos volvemos a ver".

Oye pues no está mal, pero eso de tirarme a sus brazos y besarnos. Yo si que no lo veo bien, porque por ganas, pues no es problema.

- Vale, intentaré hacerlo lo mejor posible. - Ya verás. De actuación no va a tener nada, por mi parte. A él le va a costar un mundo.

- Genial, vamos al aeropuerto, que nos están esperando los cámaras y los de iluminación, maquillaje y demás. - Genial. No estoy preparada, pero no lo estaré nunca así que cuanto antes mejor.

- Vale, tengo mi coche aparcado en el parking, ¿me dices donde es?. - Soy capaz de perderme hasta poniendo el GPS.

- Vamos en mi coche, luego ya te llevo a casa, porque estaremos allí todo el día. - Mierda. No estoy preparada para eso.

- Vale, pero no hay problema, ya llevo yo mi coche, mañana tengo que volver al trabajo con el coche. - Tengo que cogerlo si o si.

- Mañana te recojo y ya de paso seguimos con esto, hay mucho por hacer. - Vale. No puedo hacerlo.

- Es que no quiero molestar de verdad. - Insisto.

- No molestas, así que vamos. - Me coge por el brazo y salimos.

Mi jefe, mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora