CAPITULO TRECE

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— La guitarra acústica va mas con su apariencia que la eléctrica — la opinión de Zayra se hizo saber en toda el aula.

— Aunque odie decirlo, estoy de acuerdo — Miguel se encogió de hombros.

— ¿Por que no ambas? — preguntó Joel con diversión.

— Soy talentosa, pero no creo poder hacer eso.

El rió — Me refiero a un dueto.

Voltee a ver a Mc rudo esperando una respuesta de él. Era en el salón el que tenia mas pinta de saber tocar una guitarra eléctrica.

El era el típico cliché de chico rudo amante de las motocicletas y las chaquetas de cuero con un banda donde él es el guitarrista.

— No.

Su respuesta simple y brusca me sorprendió.

— No se tocar la guitarra.

— Desonrra para tu papel cliché, tu familia y tu vaca.

Se escucharon risas tras mi comentario.

— Yo se hacerlo — Joel levantó la mano mirándome con una sonrisa.

— Así que ese era tu plan — murmuró Gerardo, tan alto que todos escuchamos.

— Me atraparon — admitió su amigo.

— No me molesta hacer un dueto — mencione alegre.

Obvio prefería lucirme sola, pero tener compañía tampoco venia mal...

— También — esta vez fue Violeta quien hablo, la castaña que se sienta frente a mi — No tenemos competidor en esgrima.

— Es de mis deportes favoritos — le dije colocando mis manos en el respaldo de su silla y acercándome a ella, pero su respuesta solo fue una rápida mirada.

— Todos en la escuela somos malos con el tiro con arco, así que si solo eres "buena" ganaras sin duda — el comentario de David sorprendió a Sofia.

— Soy la mejor.

— Lo sabia, solo que no quería sonar obsesivo — me respondió sonriente.

Reí.

— Chicos le están cargando mucho la mano a Charlotte — el profesor intervino.

— No es la gran cosa — respondí mas con egocentrismo que con amabilidad — Soy muy buena en esos deportes así que no es necesario entrenar o algo asi.

Coloque un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y mostré mis dientes blancos en una gran sonrisa.

— Mi resistencia también es buena, así que no sera ningún problema para mi hacer eso.

— Entonces, 300 metros planos, salto de longitud, esgrima, tiro con arco, canto y candidata.

El profesor anotaba en su libreta a medida que decía las actividades en las que yo participaría.

— ¿Boxeo? — preguntó al aire.

— Richard — respondieron casi todos, el maestro anotó.

Voltee a verlo con miedo, asombro y algo de confusión.

Me sonrió con superioridad.

— Tu rostro es lo único bueno que tienes, debes cuidarlo.

Le dije con seriedad, el insulto disfrazado de cumplido, le llegó.

— Soy el mejor — respondió imitando la forma en la que movía mi cabello

El se veía ridículo. Pero lograba su cometido.

¡No La Traten Como Princesa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora