CAPITULO TREINTA Y CUATRO

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Cuando Richard se levantó para ir al WC no le di mucha importancia.

Cuando la chica a su lado también lo hizo me puse nerviosa.

No me pasaba desapercibida la desastrosa vida de Richard. El se metía con cualquier chica que encontrará y que me hiciera la desentendida no significaba que no pensara en ello.

¿Cuando el hará eso de nuevo y arruinaría mi reputación?

¿Y que si algún medio lo descubre?

Volte a ver  hacia la dirección donde ellos se habían dirigido.

― Se están tardando un poco ― Merlinda me miró preocupada, sabía lo que pasaba por su mente ― Quizás deberías ir a ver.

― Confío en mi novio ― le sonreí despreocupada ― No es lo que piensas.

― Conoces los rumores...

― Bien, si estas tan preocupada iré a ver.

Ella no respondió mi comentario, solo asintió. Me levante de mi lugar discretamente mientras en el escenario un artista interpretaba uno de sus mas nuevas canciones.

El baño de hombres y de mujeres estaba uno junto al otro. Entre primero al de damas para buscar a veronica, pero no estaba ahí.

Antes de acercarme al de caballeros observe si alguien me veía. Había un muro divisorio que cubría la visión desde el salón, así que mientras a nadie se le ocurriera venir a los baños estaría bien.

― En cualquier otro momento me gustaría estar con una mayor, pero no ahora lo siento.

La voz de Richard me mantuvo pegada a la puerta.

― Solo será sexo de un rato, ¿nunca  has deseado hacerlo en los baños?

Hice una mueca de asco al escucharla hablar.

― Ahora que lo pienso, si que suena vulgar esa palabra.

Asentí a su comentario.

― ¿Por qué no me llamas cuando Charlotte y yo hayamos terminado?

Se escucharon algunos pasos acercarse a la puerta y yo retrocedi un paso; pero se detuvieron antes de que la puerta se abrierá.

― ¿Por que te resistes tanto Richard? Si ya lo hemos hecho antes.

Mis ojos se abrieron cuando escuché decir eso.

― Si, y sabes que no me meto con la misma mujer dos veces, después se vuelven una molestia ― chasqueo su lengua ― como lo estas siendo ahora.

― ¿Ella sabe que te acuestas con quien sea? ― una disimulada risa retumbó en el baño vacío.

― Lo sabe.

― ¿Y aún así está contigo? Nunca imagine que ese niña fuera tan sucia. ¿Ella es la única con la que lo has hecho más de una vez?

No podía quitar mi mueca de asco de la cara, quería dejar de escuchar, pero también quería seguir haciéndolo.

― ¡No lo han hecho! ― exclamó la chica después del silencio de la parte contraria ― Por eso sigues con ella, estas esperando a que ella...

― ¡Cierra la boca! ― exclamó fuerte ― Mierda, ni siquiera me hables más.

La perilla se movió y solo pude retroseder y fingir que salía del baño de mujeres.

Nos topamos ahí.

El me miró con sorpresa y yo sonreí.

― Hey ― le saludé.

Verónica salió por detrás de él, me observó de arriba a abajo y sonrió de lado antes de irse.

¡No La Traten Como Princesa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora