CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO

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Para el partido de americano, Richard se fue a los vestidores para colocarse el uniforme y yo me quede entada en las gradas viendo silenciosamente como las personas llegaban y tomaban un sitio para ver el salvaje deporte.

Alex apareció por uno costado y miró con cuidado hasta encontrarme, nuestras miradas se toparon y una media sonrisa aprecio, con destellos de incomodidad.

Subió lentamente hasta sentarse a mi lado, había un gran hueco de asientos vacíos a mi alrededor, nadie se había atrevido a acercarse a mi, lo cual era beneficiosos para la conversación.

― ¿Qué tal? ― murmure cuando se sentaba.

― Hola ― respondió con pocos ánimos.

― Quizás debas disculparte ya ― nos quedamos en silencio por tres segundos.

― ¿Cómo te ha ido con Richard?

Me di cuenta que no quería hablar de eso aún, y preferí no insistir en el tema.

― Bien ― respondí con una sonrrisa ― recargue mi peso contra su costado y el respondió con la misma acción. Era un gesto íntimo que sucedía cuando tocábamos temas importantes.

― ¿El ha sido amable contigo? ― Una de sus cejas se alzó, con incredulidad y disposición a hacer algo si la respuesta es negativa.

― Sabes que si ― respondí rodando los ojos ― Te lo repito todos los días.

― Aún lo considero sospechoso.

― El me trata como una princesa ― reí a lo bajo, casi avergonzada por mis acciones.

― Porque sabe que eres una princesa.

Incline mi cabeza hacia la derecha, sin dejar que cayera a su hombro.

― El me trata bien por qué le gusto ― aseguré.

― No lo niego ― murmuró, con temor de que alguien escuchara nuestra conversación ― Solo que no sé si eso sentimientos sean buenos para ti.

Rode los ojos nuevamente, casi podría decir que me encontraba en un constante circuito donde sonría, miraba con seriedad hacia la extensa cancha y luego rodaba los ojos.

― Ya somos novios reales Alex y el no ha intentado nada malo contra mi... ― después de ver qué mi respuesta era vaga, la termine con una afirmación ― Y jamás lo hará.

Simplemente no respondió a eso.

― Sabes que no voy a contradecirte ― se atrevió a decir ― Si estas bien saliendo con el, también esta bien para mi. Solo ten cuidado.

― El ha tenido un sin fin de oportunidades para hacerme daño, pero al contrario de eso, me ha ayudado.

― Esta bien ― cortó con una sonrisa ― Confío en tu juicio.

Las chicos comenzaron a salir a la cancha, ambos grupos parecían tener una rivalidad pasada pero Richard parecía ajeno a todo eso.

Se sentó en una banca a observar ,y escribir en su teléfono. Entrecerre los ojos como si eso sirviera para enfocar la pantalla y poder ver lo que hacía.

Saque de mi móvil del bolsillo y le envié mensaje.

Mr. Troglita ❤️

Pareces muy concentrado en tu teléfono...

No demasiado

Mmmm....

¿Celosa princesa?

¡No La Traten Como Princesa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora