CAPITULO VEINTISEIS

1.1K 92 24
                                    

Cuando llegamos al exterior las miradas de muchos se centraron en mi, las ignoré y camine hacia el escenario. Algunas chicas ya estaban arriba. Como era de esperarse, la mayoría opto por vestidos cortos y grandes escotes.

Llevaba mi vestido en las manos para evitar que tocase el suelo. No quería que se ensuciara, era demasiado costoso para eso.

―  Solo te hace falta una corona. 

Mc Rudo me miraba con una sonrisa. 

―  Es lo que conseguiré hoy ―  sonreí después de pensar en ello detenidamente ― Si no me quieren dar la corona que me pertenece, conseguiré una yo misma.

El sonrió aun si no entendió a lo queme refería, ni siquiera se hacia una idea.

― Luces linda ― fue lo único que dijo.

Mi sonrisa se engrandó. Estaba concentrada en todo a mi alrededor, en las chicas sobre el escenario, los chicos mirándome, las chicas hablando, el viento corriendo suave, el sol metiéndose, los carros pasando a unos metros de ahí... Pero en ese segundo mi mente se puso en blanco. El había dicho muchas veces antes que yo era linda, que parecía un ángel, pero esta vez el lo decía de una forma diferente, y yo reaccione de una forma diferete.

Quizás solo fue la sorpresa de repentino alago.

― Gracias ― respondí inclinando ligeramente mi cabeza.

Me sentí boba después de hacerlo. Mis padres me decían que como realeza teníamos que ser humildes, y bajar la cabeza frente al pueblo les mostraba que les teníamos respeto también.

Que no podías exigir respeto si no lo dabas.

Pero en mi torpeza, me incline frente al chico. 

― Me alegra que no hayas lastimado ese rostro ― intenté desviar la atención.

― Soy bueno en lo que hago.

― No me gusta que mis pertenencias sean heridas.

― ¿Te pertenezco? ― pregunto con sorpresa y diversión ― ¿Cuándo pasó eso?

― Desde que me hiciste comida por primera vez ―Sonreí agradeciendo internamente que haya ignorado mi torpeza anterior.

― ¿No soy yo quien recogió a un pequeño cachorrito desamparado? ― Subió su ceja de una forma ¿Linda? no sabría como decirlo, me gustaba cuando hacia eso.

― No, me perteneces.

― Esta bien ― aceptó al fin ― Pero eso significaría que tu me perteneces a mi.

Mi sonrisa de esfumo, y puede ver que eso le perturbó también. su sonrisa también se fue.

― No te pertenezco ― dije seria.

 ― ¿Por que debo pertenecerte pero tu a mi no?

― No es justo.

―¿No seria un trato justo?  ― preguntó con ligera molestia, no respondí y quizá eso le molestó un poco, el siguió hablando después de unos segundos de silencio ― Por su puesto ― suspiró ― Que vivas frente a mi casa, comas conmigo y vayas a mi clase me confundió un poco ― negó y metió sus manos a sus bolsillos, el mundo quizás se detuvo en esos momentos;  pero no lo sabría, no le estaba prestando atención ― Pero es verdad que eso no quita el hecho de que seas la heredera de una fortuna.

Quizás en ese momento, era yo la que cometía un error porque solo le miraba con seriedad, no negaba lo que decía; pero tampoco lo aceptaba, aun asi, mi silencio lo decía todo para él.

¡No La Traten Como Princesa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora