CAPITULO NUEVE

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Fui a la sala de descanso a prepararme para salir, ellos me dijeron que me llevarían a casa en el auto de Fred ya que a Alex lo habían venido a dejar uno de sus chóferes.

― Nos vemos mañana ― Me despedí de Katerin, ella me correspondió con una sonrisa.

Cuando salí Alex tomó mi mochila y Fred mis patines.

― Deberías aprender a conducir ― Mencionó el castaño con una sonrisa.

― ¿Para que ? ― pregunté encogiéndome de hombros ― Tengo a Sebastian.

― No lo veo por ningún lado.

― Por que hoy estas tu para remplazarlo Sebastian Perez.

― Ja. Ja. Ja. Muy graciosa Lotte.

Le sonreí dulcemente.

― ¿No puedes simplemente llevarme a casa sin quejarte?

― No ― respondió alegre.

Nos subimos al auto convertible de Fred, él como con ductor, Alex como copiloto y yo en la parte trasera.

― ¿Hacia donde princesa?

Preguntó Fred metido en su papel de chofer.

― Liberty 23, 12 ― dije sonriendo.

Ambos se inclinaron para observarme por la separación de sus dos asientos.

― ¿Liberty? ― preguntó Alex con confusión.

Entendí la razón y suspire.

― Les dije que era horrible lo que mi madre me hizo.

― ¿No es un poco peligroso ese lugar? ―pregutó esta vez Fred

― Es muy peligro ― respondí cruzándome de brazos ― Tengo que caminar mirando hacia todos lados como una loca aún a plena luz delta día.

― Necesitas un auto ― mencionó Fred volviendo a su lugar con la vista enfrente y encendiendo el auto.

― Supongo ― dije encogiéndome de hombros pero ellos sabían que eso no era algo que ocurriría.

A pesar de que soy del tipo talentosa y multitareas manejar fue algo que nunca aprendí y no me interesaba aprender tampoco.

― Quizás yo pueda venir a traerte y dejarte en tu casa después del trabajo ― mencionó Alex preocupado.

― Dream Higth queda un poco retirado de aquí seria un problema para ti no quiero causarte molestias Alex.

― Será mas molesto pasar el día preocupado sobre si estas bien o si ya te han raptado y matado.

― Y tirado al rio en una bolsa negra sin órganos ― dije sonriendo agregándole a su drama, oí a Fred soltar una pequeña risa, él ya se encontraba conduciendo hacia mi casa.

― ¿Si es así puedo quedarme con tus consolas?

― Claro Fred, solo espero que me entierren con mi consola de edición limitada.

¡No La Traten Como Princesa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora