CAPITULO TREINTA Y SEIS

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Estuvimos varios segundos abrazados hasta que yo fui quien se separó primero.

Intente limpiar las lágrimas con el dorso se ni mano pero me lastime la mejilla.

El ojiverde se levantó y fue el baño para regresar con un botiquín de primeros auxilios son olvidar de abrirle la puerta al escandaloso Duque. 

― Vamos, te voy a limpiar eso.

El me extendió la mano para que me apoyara al levantar.

De la mano me condujo al sillón y me senté seguida de él, el canino subió sus patitas a mis rodillas y sacaba su lengua al aire para que le hiciese caso y solo lo acaricie de la cabeza.

Mr Troglodita y yo estábamos frente a frente y él bañó una bolita de algodón en agua oxigenada. Tomó con suavidad mi menton con su mano izquierda y comenzó a limpiar desde la parte inferior con la otra.

― Que vamos a hacer con el muerto ― murmure mientras veía por el rabillo de ojo a mi derecha, donde estaba tirado el hombre.

― No está muerto.

― Pues debería.

― Lo sé ― la comisura izquierda de sus labios apenas se levantó en una melancólica media sonrisa ― Pero dicen que es ilegal.

Cuando el algodón rosó mi herida no pude evitar cerrar el ojo mas cercano y apretar mis dientes.

― Me cortaran la cabeza por permitir que te lastimaran.

Sonreí, y eso provocó un pequeño aumento del dolor.

― Quizás sólo te lancen al calabozo.

Nuevamente sus comisuras se levantaron apenas lo suficiente para que yo lo notara.

Sus ojos estaban fijos en mi rostro y los míos en el suyo, fruncía en ceño mientras limpiaba cuidadosamente y apenas rosando mi piel para no lastimarme pero eso le haría tardar en limpiar la sangre.

― Así que tu padre no está muerto...

Sus ojos subieron a los míos mientras detenía su trabajo y sus expresión se relajó y duque se aburrió y se fue a jugar por el pasillo.

― Se niega a permanecer muerto.

No entendí lo que dijo pero cuando volvió a lo que hacía entendí que no diría nada más, estaba inclinado hacia enfrente y concentrado en limpiar mi herida.

― ¿Deberíamos llevarlo a un hospital?

― No, se levantará cuando pueda.

― ¿Tu madre no está muerta también?

― Ella si está muerta. Tranquila, no vendrá a atacarte.

No quise sonreír por eso.

― ¿Por que me mentiste?

Murmuré, casi no quise decir eso. Intente sonar lo menos decepcionada posible. 

― No lo tomes personal princesita ― Nuevamente paró de hacer lo que hacia, apretó mi mentó y lo bajo con suavidad para que nuestros ojos estuvieran a la misma altura ― Es mas fácil si imagino que esta muerto.

― Imaginaré eso contigo ― sonrió y dejó a un lado el algodón ― ¿Me contaras?

― Lo normal, padre alcohólico ― se encogió de hombros ― Además de un maldito abusador.

― ¿Llamaremos a la policía?

― Solo si tu lo quieres ― el chico tenia una pequeña barra de crema  y colocó un poco en uno de sus dedos y acarició mi mejilla para colocarla ― Otras chicas no han querido y han dejado a ese hijo de pu...

¡No La Traten Como Princesa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora