― ¿Y tu quien eres o que? ― preguntó el señor Mikaru con seriedad.
― Mi nombre es Richard señor, es un gusto conocerlo ― el pelinegro extendió la mano, pero mi papá se tardó unos segundos en responder, haciéndolo lo suficientemente incomodo para todos.
― ¿Y tu que o que?
― Es mi novio ― dije con media sonrisa.
― ¿Que? ― preguntó y exclamó, lo suficientemente alto para que mi verdadero padre se acercara.
― ¿Y tu quien eres?
Casi reí por la situación.
― Su magestad...
― Mi novio.
Todos nos quedamos en silencio unos segundos.
― ¿Quieres dar un paseo en Limusina? ― preguntó por fin.
― No, no quiere.
― Tengo unos perros geniales ¿Te gustan los perros?
―No, no le gustan.
― ¡Ya se! Tengo una cabaña en el bosque que...
― Tampoco quiere ― respondí sin separar los dientes.
La mirada del pelinegro corría entre el rey del país y yo.
― ¿Quieres ver la nueva arma que me compre? ― esta vez fue el señor Mikaru el que preguntó.
― ¡Papá! ― exclamé fingiendo vergüenza. Pero la verdad era que solo me hacia gracia y era por que él realmente no era mi novio.
― ¡Solo le quiero mostrar! ― exclamaron los dos.
― ¿Qué sucede? ― preguntó mi papá favorito ― Hola Richard.
El mencionado le sonrió y le contestó un Hola de vuelta.
― ¿Lo conoces? ― preguntó el castaño.
― Claro, es trabajador de medio tiempo en el restaurante del centro.
― Así que trabajador de medio tiempo... ¿Y que haces la otra mitad eh? pequeño delincuente.
Me acerque y le tomé de la chaqueta con dos dedos, los tres adultos bajaron la mirada hasta ese lugar casi al mismo tiempo, y luego sus ojos llegaron a los de Richard. El único normal ahí era mi papá Hatsuru, aunque igual estaba algo sorprendido.
― Estudio en la misma escuela que ella señor Illiano.
― ¿Qué pasa? ― mi madre llegó riendo, aunque todo rastro de ella se fue cuando me vio pegada a Richard, no se si fue por él, o solo por que me vio y punto.
― Charlotte ― dijo sin mas, podría clasificarse como un saludo para mi.
― Reina ― dije de igual manera.
― ¿Y desde cuando son novios eh? ― papá Mikaru hizo la primera jugada.
― ¿Novios? ― preguntó mi madre. Los ojos de papá Hatsuru de abrieron, el sabia que era mentira.
― Hace un par de semanas ― sonreí.
Ese día por la mañana le había advertido a Mc Rudo todo, desde el exceso de celos de los dos hombres frente a nosotros, hasta la frialdad de la Reina del país. También le hable sobre mi hermano falso y algunos detalles más. Me puse la ropa que le había mencionado al Mr. Troglodita, un lindo vestido rosa pastel que dejaba al descubiertos mi hombros y cuello y llegaba un poco arriba de mis rodillas, unos zapatos bajos blancos.
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¡No La Traten Como Princesa!
Teen FictionSegundo libro de "Educando a la futura princesa" Esta historia será narrada por Charlotte, la hija de los famosos reyes del país, quien se convirtió en la típica princesa caprichosa, arrogante, manipuladora, terca y egocéntrica. Pero tras varios cap...