Violeta estaba especialmente inquieta ese día. Parecía nerviosa de tener a un chico alto y musculoso muerto del enojo frente a ella.
El pelinegro había aprovechado que el maestro de química había tenido un problema con su auto y no iba a llegar a dar su clase. Secuestró a la chica en medio del pasillo para llevarla a una de las aulas vacías casi arrastrando.
― ¿Cula es tu maldito problema? ― preguntó con furia el más alto. Casi podías ver el fuego salir de sus ojos y calcinar viva a la que antes fue su amiga.
― ¿Cuál es el tuyo? ― Su respuesta la mostró indiferente, aunque ambos sabían que ella se moría del miedo por su actitud, después de todo un miembro de su familia ya la había golpeado antes.
― ¡No te hagas la inocente Violeta! ― exclamó golpeando una de las mesas con fuerza, lo suficiente para que el eco llenará aquel espacio ― ¡Tu subiste esa jodida foto!
― ¿Yo? ― preguntó con sorpresa ― ¡Tu lo hiciste! Conmigo no te hagas el inocente Richard, que sé bien que tú eres capaz de hacer cosas tan bajas como esas.
Los puños del ojiverde apretaban tan fuerte que su circulación se cortaba. Se estaba aguantando las ganas de sacarle la verdad a golpes.
― Admito que soy una basura de ser humano ― escupió con enojo ― pero jamás le haría eso a ella.
― ¿Por qué es una riquilla que te haría puré con solo tronar sus dedos? ― ella hizo ese gesto y lo miró con media sonrisa.
― El por qué, no es tu problema.
La chica suspiro y se encogió de hombros ― Tu tomaste mis fotos y las subiste a la red para que todos sospecharan de mi ― la de ojos oscuros golpeó el pecho del chico con su dedo índice ― Pero te salió mal la jugada, por qué nadie lo cree.
― Te equivocas ― el golpeó con fuerza su mano para quitársela de encima, lo cual provocó sorpresa en ella ― Todos creen que ambos lo hicimos, pero todos odian más a las chicas, vivimos en una sociedad injusta ¿No?
El ceño de violeta de frunció.
― Serás la maldita arrastrada que sedujo al novio de un pequeño e inocente angelito ― Richard metió las manos a las bolsas de su chaqueta y se colocó en una postura más relajada ― Serás odiada por más de la mitad de personas en este país, tu vida social y laboral está arruinada.
― ¡Yo no fui! ― gritó golpeando con sus pies el suelo en un último acto de frustración ― ¡Yo no subí esas malditas fotografías! se que fuiste tu, eres al unico que le pasé esas fotos.
― Que lástima que nadie sepa eso, y nadie te creerá.
― Eres un imbecil, maldito pervertidos asqueroso.
― No fui yo quien lo hizo tampoco ― el le tomó del cuello con más fuerza de la que pensaba aplicar y cuando los ojos de Violeta se abrieron grandes el aflojó el agarre ― ¿Crees que soy del tipo que le gusta compartir?
Ella intentó safarse ― Sé que eres del tipo que es experto en arruinar la vida de los demás.
Esas palabras golpearon justo en su punto débil.
La soltó y ella arregló sus ropa rápidamente, para que no se viera afectada por sus acciones.
― Si no fuiste tu, ¿Por qué no se lo dices?
Un destello de tristeza apareció en sus ojos, mezclado en el profundo odio que mostraba.
― Lo intenté, y no me creyó.
― En el fondo sabe el tipo de persona que eres, no la culpo.
― Yo tampoco ― esta vez la tristeza si fue notoria en su voz.
ESTÁS LEYENDO
¡No La Traten Como Princesa!
Novela JuvenilSegundo libro de "Educando a la futura princesa" Esta historia será narrada por Charlotte, la hija de los famosos reyes del país, quien se convirtió en la típica princesa caprichosa, arrogante, manipuladora, terca y egocéntrica. Pero tras varios cap...