¡No La Traten Como Princesa!

CAPITULO TREINTA

Habíamos estado en silencio por apenas unos segundos, pero yo había sentido que fueron minutos.

Ninguno sabía bien que decir. Estamos simplemente desviando la mirada del tema.

― ¿Y si golpeamos a todos esperando que alguien hable?

Su comentario me hizo reír.

― Hay una foto tomada en el baño, supongo que es una chica la culpable.

¿Como una chica puede hacerle eso a otra chica?

Es tan horroroso.

― ¿Sofia? ― me aventure a decir, ella se sentaba detrás de Rosa, el ángulo de la foto coincidía con esa posición.

― ¿Por qué lo haría? ¿No es más probable que lo hiciera Rosa?

Me miró con duda. ¿Realmente dudaba que Rosa no lo lo había hecho?

Parecía ilogico que fuera ella quien me dijera lo que pasaba.

― A Sofía le gusta David ― me encogi de hombros. La afirmación le sorprendió en demasía.

― ¿Como sabes eso?

― Tengo ojos ― rodé los ojos dandole a entender que ese hecho era muy obvio.

― ¿Y a David le gustas? ― alzó una ceja mientras preguntaba.

― Le gusto a todos ― sonreí con satisfacción.

Su respuesta fue una pequeña sonrisa.

― Aunque... Rosa es amiga de Sofía y ella se ve del tipo que no haría nada por su cuenta.

― Así que sería Rosa la culpable.

El pelinegro exahalo pesadamente.

― Quizás la solución sea la más simple.

― O no ― entre cerré los ojos como en las peliculas de investigadores ― A veces la respuesta menos obvia es la correcta.

― ¿Y cuál sería?

Los pensé unos segundos, nos quedamos en silencio. El esperaba mi respuesta y yo me negaba a dársela para crear tensión. Además no sabía cual sería la respuesta menos esperada.

― ¡El culpable menos esperado sería yo! ― exclame de la nada, el se aturdio por milésimas de segundos y después reaccionó, por su puesto MC Rudo se rio.

― Eso es tonto.

― Lo sé ― sonreí ― Quizás fuiste tu... ― me encogi de hombros.

― Eso es aun más tonto.

― ¿Más tonto que el hecho de que las haya subido yo?

― Claro, si tuviera esa colección no quería compartirla ― me sonrió de lado ― Son mejores cuando son exclusivas.

Claro, no podía esperar una respuesta linda de él.

― Entonces Lian

― De él sí me lo esperaría ― después de decir eso, recargo su cabeza en el respaldo de la banca para ver la Copa del árbol.

― Su rivalidad no le pasa desapercibida a nadie ― pensé unos segundos quien más podría no ser, para que resultará ser ― Katerin.

Dije con una sonrisa.

El me miró con extrañeza.

― ¿No son amigas?

Me encogi de hombros nuvamnete ― Eso lo haría más traicionero, ella es una buena sospechosa.