Capítulo 19- Te lo juro.

4.7K 150 53
                                    

Aitana

Desperté sobresaltada. Ha sido un sueño –me dije a mí misma. Respira Aitana. Me lavé la cara y bajé a la cocina. Mis padres hablaban con las cabezas muy juntas.

-No sé, Cosme. Me da miedo que sufra y retroceda de nuevo.

-Belén –el tono de mi padre era serio –tiene que experimentar su vida. Tú has vivido eso, has vivido que tu familia no te apoyase cuando éramos novio porque te saco siete años. Le dijimos que nos alegrábamos y es así. Luis es buen chico.

Entendí por aquella conversación que mi madre no había sido del todo sincera conmigo, no podía haber salido todo tan bien, la tonta fui yo por creérmelo. Luis haciéndome daño, esas tres palabras nunca tendrían sentido juntas para mí.

-Buenos días –saludé.

Se separaron rápido, en sus caras se reflejaba el miedo a que hubiese escuchado algo.

-Voy a desayunar algo rápido y me ducho –continué –¿en una hora podemos salir, papá?

Asintió y sonreí como pude. Dentro de mí algo se rompió anoche, necesitaba hablar con Amaia, ver a Luis, saber si era reparable.


Cepeda

-Oye, neno, llevo intentando que me escuches media hora y no me haces ni caso.

La voz algo elevada de Miriam cortó el hilo a mis pensamientos. ¿Por qué habría dicho eso de Car? No podía ser nada relacionado con Aitana, no la había visto más que un par de veces.

-Perdona –dije –el único impedimento lo tendría Amaia creo, los demás libramos el viernes.

-Ah bueno pero con Amaia hablo yo –reía –esa no tiene problema en saltarse un día de clase que te lo digo yo a ti. ¿Tú ya pediste los días?

Negué con la cabeza.

-Voy a pasarme esta tarde a ver si pillo al jefe, espero que no haya problema.

-¿Verás a Carlota? –preguntó interesada

Me encogí de hombros. No sé si quería verla y solucionar las cosas o si prefería no enfrentarme a la realidad por lo que pudiese pasar.

-

-Mientras consigas que un compañero te haga la noche del sábado no hay problema.

-Gracias, de verdad –contesté.

Me acerqué a la pared a mirar en el horario quién estaba libre esa noche y podría cambiármela para ir a la casa rural tranquilo. Suspiré al ver mi única opción y busqué su número en la agenda de mi móvil.

-Dime –sonó al otro lado.

-¿Podemos quedar? Tengo que hablar contigo.

-Ven cuando quieras –y colgó.


Aitana

-...y entonces me han dicho que suba cuando quiera y que incluso si vengo a ver a mi hermano que me quede en su casa que tienen espacio de sobra.

-Me alegro muchísimo Amaia –sonreí –te dije que te iban a adorar.

Alfred se había encontrado con unos amigos que volaban en nuestro avión y estaba tomando algo con ellos para hacer tiempo. Nosotras nos quedamos con las maletas sentadas y aprovechamos para ponernos al día.

Le había contado todo lo que pasó anoche, y para cambiar de tema le pedí que me explicase su fin de semana. Había sido algo mejor que el mío.

-Y con respecto a lo de antes –añadió –Vicente es una basura que no se merece que le escuches siquiera. No conoce a Cepeda de nada y estoy segura de que se equivocó en todo. De verdad no le creas Aiti por favor, no te arriesgues a romper tu felicidad o retroceder en tu relación por él.

Pídeme la vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora