Continué mi camino siguiendo el curso del río hasta que amaneció. Llevaba trece cámaras desconectadas y tres campamentos fuera de juego. En el último había atado a uno de ellos a un árbol e incluso había dejado la cámara funcionando.
Yo era la típica chica tímida del instituto que iba a lo suyo y que no se metía en problemas.
Eso había cambiado cuando Mason había intentado llevarme a la cama nada más llegar al campamento.
Allí nadie me conocía salvo Savannah y Blake, quien decía que me habían investigado. ¿Hasta qué punto me habían investigado?
Busqué alguna cámara en los árboles cuando amanecía. Estaba cansada de andar durante toda la noche sin haber encontrado una dichosa bandera.
Me subí al árbol y me tumbé en la rama de manera que la cámara pudiera visualizarme.
Si Blake quería tenerme vigilada, iba a dejar que lo hiciera.
Desperté casi entrando en la tarde. No había dormido mucho pero tampoco es que tuviera mucho más sueño.
Comí un poco mientras hablaba a la cámara del paisaje y de otras tonterías que no tenían nada que ver.
Bajé de la rama del árbol un rato después no sin antes cortar los cables de la cámara con la maravillosa navaja multiusos.
Esta vez dejé el río a la izquierda y me interné en el bosque.
Tras caminar un rato vi una marca extraña hecha de tiza en el tronco de un árbol. Busqué una cámara u otra marca alrededor pero no había nada.
Seguí caminando durante un rato hasta que vi otra marca.
Comencé a andar más rápido mientras veía las marcas con más frecuencia. Algo estaba cerca y me lo habían marcado.
Ví el final del bosque un poco más adelante y descubrió que había una pendiente ascendente al final.
Me bebí la botella de agua que tenía y subí la colina. Hora de investigar.
En la cima, había un estandarte con un banderín colgando de él. Sonriendo lo cogí y abri el sobre que traía.
"Lo tienes pero ahora tienes que desprenderte de lo que lleves quedándote con una sola cosa. Suerte novata."
-¿Qué cojones?
Sin comprenderlo recogí la navaja multiusos y tiré la bolsa junto al estandarte. Ya no quedaban chucherías pero si la fruta. Tendría que conseguir más por algún sitio.
Coloqué el banderín en mi brazo con un nudo improvisado para llevarlo ahora que no tenía bolsa.
Bajé la colina por el lado contrario al que había subido y continué el nuevo camino.
Tomaba desvíos cada doce árboles. Esta estrategia no me había servido en los cuatrocientos once árboles por los que había pasado pero al menos había roto unas 45 cámaras.
Salí a un claro en el que había una bolsa de auxilio. Me escondí detrás de un árbol para observar.
Tras una hora observando, me acerqué a la bolsa excéptica.
-Esto no puede ser tan fácil-murmuré-Mason, más te vale que esto no sea una trampa.
Miré que había dentro de la bolsa. Una botella de agua, un plátano, un pinganillo y un sobre.
Abrí primero el sobre: "Ponte el pinganillo que voy a comentarte un par de cosas.BM."
Sonreí guardando el sobre en la bolsa y bebí un poco de agua.
Comencé a andar pensando sobre lo que hacer con el pinganillo hasta que me lo puse.
-Mason, ya me he puesto el pinganillo.
-Lo sé. Ahora te voy a decir un par de cosas. Primero, deja de romper las cámaras. Al consejo mundial no le hace ni puta gracia.
-Pero a mi sí-contesté sonriendo.
-Llevo tres horas hablando con el consejo para que no te expulsen por destrucción del material. Una más y van a tirar sobre el bosque un misil.
-De acuerdo-dije ahora seria.
-Estás intentando cabrearme y lo has conseguido, ahora sé seria e intenta hacerte con el banderín que te queda.
-¿De verdad?-pregunté llegando de nuevo al río-Creía que tenía que dejar el banderín a mi derecha y siguiendo todo recto llegaría a la fiesta.
-Si te parece muy gracioso, ahora viene lo mejor. No te quites el pinganillo.
-Lo voy a tirar en cuanto termine esta conversación, Mason-le dije cruzando el río.
-Le hemos dado uno a los cuatro novatos que también están en ese bosque, Samantha. Hay algo que está importunando la prueba y sera mejor que intentes hacerme caso hasta que lo solucionemos.
-¿Qué está pasando?-pregunté sospechando.
-Me encantabas más cuando eras una chica tímida.
-¡Mason!-llamé.
-Señorita Dawson-me habló un hombre-Me llamo Adam. Por favor no se quite el pinganillo y hábleme si necesita algo.
¿Qué? Maldito Mason. Ahora iba a investigar que estaba pasando y desconcentrarme de la prueba por culpa de él. Ugh, lo odiaba demasiado.
ESTÁS LEYENDO
Un amor de campamento.
RomanceTras pasar la prueba inicial con mal pie, nuestra protagonista se ve envuelta en un castigo y parece que se ha convertido en el ojito derecho del jefe de su unidad en el campamento a pesar de lo duro que la trata. Ella tendra que aguantar el entrena...