Insinuaciones.

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Blake se paseaba delante de toda nuestra unidad muy cabreado.

Habíamos cenado en el piso y a eso de las dos, Blake había convocado a su superior, el coronel Grayson.

Viendo mis heridas, habían decidido que se realizara un castigo colectivo.

Yo me encontraba de pie junto a Dylan y Carter. Mis amigos a un lado de los instructores.

-¿Te aburro?-le preguntó Blake a un chico que bostezó.

-No, señor. Lo siento, señor-respondió con miedo.

Blake siguió paseando un rato más por delante de ellos. Casi todos en pijama.

-Samantha, adelántate, por favor.

Hice lo que Blake me dijo. Quería enseñarles a todos mis heridas y yo no me iba a oponer.

-Lo voy a preguntar una vez. La han atacado y me ha tenido que dar el aviso la soldado Bird.

El silenció reinó en el patio.

-¿QUIÉN COJONES HA AGREDIDO A LA COMPAÑERA BAJO MI MANDO?

Todo continuó silenciosamente. Miré a todos y cada uno de mis compañeros que se mantenían serios. Casi todos confundidos.

Los instructores estaban allí para pillar las reacciones.

-Ninguno-sentenció.

Carter se adelantó junto a Blake con una sonrisa en la cara.

-Vamos a empezar.

Carter los había puesto a hacer flexiones como si no hubiera un mañana.

Dylan se había ocupado de asegurarme de que en diez minutos ninguno estaría tan activo.

Blake se acercó hasta nosotros.

-Vete a dormir. Descansa. Vosotros también-les dijo a Melisa y a los chicos-Acompañadla hasta el ascensor, por favor.

Mis amigos me acompañaron hasta la misma puerta del piso.

Todos estaban preocupados por mí e incluso me habían regañado por no habérselo contado.

Me acurruqué en el sofá con la manta. No quería dormir en mi cama.

Mis pensamientos se fueron a mi verdadero hogar. Los recuerdos de mis tres hermanos peleándose, los besos de mamá por la mañana, las preguntas de papá en el desayuno...

Mi hermano Kaidan había sido el que me había ayudado a convencer a mis padres para venir al igual que él siempre ha sido el que me ha obligado a aprender tiro con arco, Krav Magá, idiomas y demás.

El ruido de la puerta me sacó de mis ensoñaciones. Blake me miró con una sonrisa suave mientras cerraba la puerta.

Me incorporé en el sofá para que se pudiera sentar.

Blake caminó hasta su habitación ante mi desconcierto y volvió con el bote azul.

-¿Puedo?-preguntó inocentemente.

Asentí quitándome la camiseta y quedándome con el top.

Blake se sentó detrás de mí. Sus manos bajaron los tirantes del top.

Perdí el contacto por un segundo antes de volver a notarlo ya con la crema del bote azul.

Sus manos recorrieron mis hombros de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, haciendo hincapié en mi columna.

-Sam-llamó Blake parando sus manos.

-¿Si?-pregunté en un susurro.

-No logro entender algo.

-¿El qué?

-¿Cómo han podido atacar a la chica más guapa y mejor entrenada de la unidad?

Se me cortó la respiración y el corazón me empezó a latir con más fuerza.

-Yo...

Fue lo único que conseguí decir. Blake Mason me acababa de insinuar que le parecía guapa.

Quise darme la vuelta para ver su expresión pero temía hacerlo.

Lentamente incliné la cabeza a mi derecha para encontrarme con la cara de Blake a pocos centímetros.

Sus labios bajaron hasta mi hombro depositando un suave beso.

Me estremecí sintiendo su caricia.

En cierto modo, solo Savannah sabía que me gustaba Mason. Solo se lo había admitido a ella porque jamás había podido llegar a pensar que Mason se podía haber fijado en mí.

Nadie en su sano juicio se haría ilusiones con el guapo y apuesto Blake Mason. Yo, Samantha Dawson, me estaba haciendo ilusiones con él.

-Si no es para soltar una de tus perlas o para besarme, ni siquiera abras la boca-dijo Blake contra mi hombro.

-Cuando te lo propones eres un capullo-susurré aún mirándolo por encima del hombro.

Una sonrisa se formó en los labios de Blake.

Blake se acercó hasta quedar a pocos centímetros de mi boca. Aún con la sonrisa siguió acortando la distancia.

Cerré los ojos sintiendo como sus cálidos labios se pegaban con los míos.

Abrí mi boca para dejar entrar su lengua. Su lengua se enredó con la mía suavemente.

Blake no se separó de mí cuando me dió la vuelta con mucha suavidad para quedar frente a él.

Su lengua salió de mi boca y suavemente se separó de mí.

Abrí mis ojos para verlo frente a mí con sus ojos brillando y sus labios rojos e hinchados.

Era tan malditamente sexy.

******

Llego unas horitas tarde pero es que he estado un poquito ocupada en otras cositas.

Y solo os voy a decir que mañana voy a subir uno o dos capítulos y un extra que creo que os va a gustar.

Os dejo que me adoréis muchachas guapas.

Y no os olvidéis de sonreír (=

Un amor de campamento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora