Venganza.

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Subí en el ascensor hasta mi planta. Realmente no iba a utilizar las escaleras.

Abrí la puerta cansada. Ni siquiera iba a presentarme a la cena ya que no tenía que trabajar en el comedor.

Blake me miró mordiendo un pepinillo apoyado en la barra de la cocina.

-Blake-saludé.

-Sam-saludó-¿Qué tal el día?

-Entretenido-Blake me miro curioso y divertido-Verás, he hecho tres amigos, dos docenas de enemigos, he fregado y pelado patatas, me he expuesto a un loco que casi me mete una bala en la cabeza y casi me apuñala la yugular, me he ensuciado de grasa y he sudado como un cerdo. Podría decirse que ha sido productivo.

-Ya veo-respondió divertido.

-Voy a ducharme de nuevo y a dormir. No puedo más-dije yéndome por el pasillo.

-Van a venir a cenar todos, Sam, ¿no te apuntas?-tentó Blake.

-¿Viene Savannah?-pregunté recorriendo el pasillo.

-Si.

-Apúntame.

Escuché la risa de Blake mientras entraba a mi habitación. Cogí el pijama que consistía en un pantalón corto y una camiseta de tirantes negra, y la ropa interior y entré a la ducha.

Cuando salí haciéndome una coleta, escuché que Carter y Dylan ya habían llegado.

Me dirigí al salón a saludarlos mientras Blake abría la puerta para dejar que Savannah y Adam entraran.

-¿Y esas ojeras? El primer día no ha sido para tanto-quiso saber Savannah.

-Discutid eso más tarde-dijo Dylan pasando por mi lado con un plato de ensalada-Ahora vamos a cenar.

Me preguntaron por mi primer día, el castigo y mi relación con los demás.

Entre ellos se pusieron a hablar de mis compañeros y de mí. Eran nuestros instructores y yo su alumna.

Estaba escuchando quejas y halagos de todos y cada uno de mis compañeros.

Escuché atentamente todo sin perderme detalle para tener ventaja sobre ellos.

Toda esta información la compartiría con Melissa, James y Shane. Además de que la utilizaría para vengarme un poco de mis compañeros.

-Sam-llamó Carter.

-Lo siento-dije con una sonrisa tonta en la cara-¿Qué decías?

-Que dejes de pensar en una venganza hacia tus compañeros-sonrió Blake.

-¿Cómo...?-intente preguntar-Déjalo. Pero no es mi culpa si mañana llegan un poco tarde a vuestros entrenamientos-sonreí ante la idea que se me había venido a la cabeza.

-Oh, vamos-puso un puchero Savannah hacia Blake-Será divertido.

-Va a ser simple. Ni te darás cuenta de que he sido yo-sonreí a Blake.

-¿Qué vas a hacer?-se interesó Dylan.

En cuanto se lo conté, incluso Blake asintió riéndose.

Sería la responsable si alguien me acusaba pero de momento podía llevar a cabo mi plan.

Adam me sugirió que llamara a su hermana y a nuestros dos nuevos amigos y que Blake disimulara castigándolos para que me ayudaran a realizar mi venganza.

Blake aceptó y yo corrí a llamarlos ganando su apoyo.

Me dirigí a la cocina a las seis de la mañana seguida de Blake. Habíamos ido primero a suministros para coger lo que me hacía falta para la broma.

James, Shane y Melissa esperaban delante de las cocinas sonrientes.

Blake los saludó y entró seguido de nosotros a la cocina. Repartí los botes que habíamos preparado Blake y yo.

Reinalda nos dió tareas y nos pusimos a ellas.

Una hora más tarde, empezamos a repartir las bandejas del desayuno detrás de las barras.

El menú eran tortitas con chocolate o frambuesa por encima. A elección.

Blake había hablado con Reinalda para saber el menú y así poder llevar a cabo mi plan.

Nosotros echábamos lo que nos pidieran encima de las tortitas. Chocolate o frambuesa.

Echamos casi tres decenas de desayunos antes de que empezaran a aparecer nuestras víctimas.

-Pero mira, si tenemos aquí a los loosers-dijo la soldado Lint.

-¿Chocolate o frambuesa?-pregunté lo más amable posible.

-Un poco de las dos, perdedora.

Le eché los dos ingredientes de los botes preparados y se lo entregué sonriendo.

Diez minutos más tarde, nuestras víctimas empezaron a salir corriendo del comedor ante la atención de todos.

Los instructores no pudieron evitar reirse ante un comentario de Dylan y nosotros en la cocina con Reinalda incluso, nos deshicimos en risas.

-La idea del laxante es muy buena, Sam-dijo James.

-Nunca os metáis con Samantha Dawson.

Los cuatro seguimos riéndonos para poco después desayunar juntos en una mesa junto a los instructores que nos felicitaban por la broma.

Blake nos castigó como era su deber ante los demás instructores y se fue.

Terminamos de desayunar y nos fuímos al entrenamiento.

Empezaba a adorar este campamento.

Y podríamos decir que Samantha y compañía 1-Populares 0.

Un amor de campamento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora