Tiré el pinganillo al llegar de nuevo el curso del río. Al menos había avisado a Adam, mi contacto al otro lado del pinganillo, para que me observara a través de la cámara más cercana.
Adam se lo diría a Mason y me tirarían otra bolsa de ayuda tan pronto como sea posible.
Aunque tampoco me hacía falta ni comida ni agua por el momento. Pero si que no le haría ascos a un arco con unas flechas, una ballesta, una pistola, una daga o algo con lo que matar presas para después hacer una hoguera y comérmela.
Tras un par de horas caminando, decidí pararme para descansar. El sol estaba ahogándome y necesitaba parar ya que no me quedaba agua.
Me senté en una piedra del río donde metí los pies en el agua y me refresqué todo lo que pude.
También bebí un poco de agua que parecía estar buena y aproveché la parada para comer algo.
Nada más poner un pie en el bosque, una mano me tapó la boca y la otra me rodeó de manera que no podía apenas moverme. Aún así intenté gritar maldiciendo que hubiera tirado el pinganillo. Pero había cámaras que me podían ver.
-Shhh. Soy yo.
Me quedé paralizada al escuchar la voz de Mason en mi oreja. ¿Qué hacía él aquí? Él no podía estar aquí o nos expulsarían a ambos. Y había pruebas visuales que nos podrían culpar de ello desde más de tres planos distintos.
-Cállate y no te muevas por favor.
Confié en Blake Mason por primera vez en mi vida y me mantuve lo más quieta posible mientras él me sujetaba.
Tampoco es que fuera fácil no estar nerviosa con él tan próximo a mí.
Intenté normalizar mi respiración pero estaba agitada.
Un murmullo leve me hizo darme cuenta de que alguien estaba hablando con Blake por un pinganillo que él llevaba en la oreja.
-A tus siete-susurró quitándome la mano de la boca-Sin hacer ruido.
Miré hacia donde él me había dicho viendo como una especie de militar andaba con una ballesta en sus manos en dirección contraria a la que estábamos nosotros.
Lo observé en silencio hasta que desapareció de nuestra vista.
Busqué más hombres pero solo encontré a los dos chicos que me habían metido en el bosque y me habían tirado por la cascada.
-Son rusos-susurró nuevamente metiéndome un pinganillo en la oreja.
-¿Y qué hacen aquí?-susurré de vuelta-¿No se supone que este lugar era secreto?
-Por eso estamos Dylan, Carter y yo aquí. Cada supervisor está evacuando a su iniciado-me respondió suavemente.
-¿Y Savannah?Ella era...
-Ella es tu amiga. Yo soy tu supervisor junto con ellos y Adam. Ahora en silencio y obedientemente sígueme para que te pueda salvar el culo.
-No me hace falta que me salves el culo-dije levantando la voz.
Un disparo se produjo cerca de nosotros. Una flecha se clavó en el lateral del tronco donde nos escondíamos.
Blake maldijo y me agarró de la mano tirando de mí. Salimos corriendo hacia el interior del bosque por mi culpa.
《Eres increíble. Una espía maravillosa que grita cuando se oculta de hombres rusos. Seguro que tienes vía libre para ser espía. Aprobada》
Maldita conciencia. Incluso ella estaba enfadada con su propia persona.
Corrí detrás de dos de los chicos mientras el militar ruso de la ballesta nos seguía.
¿Qué como lo sabía? Esta vez eran más bien las flechas que casi nos atravesaban más que la intuición.
El tercer chico que acompañaba a Blake nos seguía por las ramas de los árboles. Al parecer era un puto mono.
Adam nos separó en dos grupos para que Blake consiguiera darle esquinazo al ruso y me pudiera evacuar.
A los iniciados se les tenía en muy alta estima por lo que me había contado Savannah. Y era por eso por lo que estaba siendo perseguida por un loco asesino ruso que me quería secuestrar.
Blake tiró de mí hacia la derecha para desviarnos de los chicos quienes nos dieron un leve asentimiento de cabeza.
Seguimos corriendo hasta casi el anochecer. Sin noticias de los demás y solo con la ayuda de Adam.
Nos metimos en una cueva que encontramos en el borde del bosque. Los dos nos sentamos en el suelo el uno frente al otro.
-¿Estás bien?-me preguntó. Asentí-Adam, estado del equipo-preguntó Mason cerrando los ojos.
-Dylan y Carter han matado a vuestro perseguidor. Se dirigen al punto de encuentro-respondió la voz de nuestro contacto.
-¿Y los demás?-le pregunté a Mason-Dijiste que estábais evacuando a todos.
-Hay cuatro muertos. Dos iniciados y dos agentes-respondió temblándole la voz.
-¿Sav...
-Ella está viva-me respondió Mason-Mañana la verás si llegamos con vida al punto de encuentro.
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Un amor de campamento.
RomanceTras pasar la prueba inicial con mal pie, nuestra protagonista se ve envuelta en un castigo y parece que se ha convertido en el ojito derecho del jefe de su unidad en el campamento a pesar de lo duro que la trata. Ella tendra que aguantar el entrena...