Sola y esperando a Collins en un tronco mientras hablaba con Adam. Escuché como me llamaba Collins para que me uniera a ellos.
No era una petición sino una orden, así que me acerqué a ellos con la mayor frialdad posible.
-Estoy trabajando, ¿qué quieres?-pregunté llegando hasta ellos.
-Mason, Stuart y Bowls han tomado el control de la operación-me informó Collins.
-Bien por ellos-dije sin ánimos-Salimos en diez minutos, teniente Collins. Organice a sus hombres en grupos para que se lleven a los detenidos, para que vengan con nosotros y para que se lleven a Mason, Stuart y Bowls a la enfermería de la base-dije sorprendiéndolos-Detenidos también si es necesario-dije antes de que Mason hablara-He terminado la tontería-señalé mis banderas-Ahora estoy trabajando.
Me alejé del grupo antes de que Mason pudiera echarme en cara algo.
¿Acababa de echar a un superior al mando? Savannah se iba a descojonar en cuanto se enterara.
Yo en el instituto era la chica invisible. Salía de fiestas solo por Savannah y poco más. Por lo demás, era conocida como la amiga de Savannah.
Me volví a sentar en el tronco para ultimar detalles con Adam.
Diez minutos más tarde, un equipo de seis personas incluyéndonos a Shane y a mí, corríamos a través del bosque en dirección al campamento enemigo.
Me habían dado un chaleco antibalas y un fusil de asalto. Era una mierda muy incómoda que si no llevaba, Shane me mandaría con Blake, Dylan y Carter.
Mejor correr que escucharles a ellos.
Llegamos media hora más tarde guiados por Adam. Nos escondimos en los árboles cercando el campamento.
Este campamento era mucho más pequeño en comparación que en el que estábamos antes.
Observé desde un árbol estudiando el perímetro. Los prisioneros estaban al lado de donde se había colocado Collins. Los rusos hablaban debajo de mí y a los laterales. Un solo guardia vigilaba a los dos prisioneros.
Savannah y un chico que había entrado conmigo al bosque.Teníamos que entrar ya en acción. Seis rusos.
Seis personas del equipo. Dos prisioneros. No debería haber ninguna dificultad según las probabilidades.
-Collins-llamé. Ahora hablábamos en nuestro idioma-Uno se ocupa del ruso de los prisioneros y libera. Los demás podemos repartirnos a los otros rusos.
-Yo me ocupo. Di despejado en cuanto acabes. Da la señal cuando quieras.
Confirmado el plan de ataque, dí la señal para que todos entráramos en acción.
Me bajé del árbol con cuidado y no como los demás que saltaron a modo de película.
Agarré la cabeza del ruso que disparaba contra mis compañeros pero que no acertaba por los nervios y la golpeé contra la culata de mi fusil. El ruso cayó inconsciente.
Otro de los rusos se acercó a mí acertando una bala en el chaleco y otra rozando mi brazo. Caí al suelo del impacto.
Me levanté con dificultad y disparé el fusil en su cabeza sin darle tiempo a reaccionar.
-Gilipollas-dije sentándome en el suelo-¡Despejado!
-Creía que eras más rápida-dijo Collins de pie junto a mí estirando su mano-¿Eso es un agujero de bala?
-Sí, el que está muerto lo ha hecho-dije aceptando la ayuda y poniéndome en pie.
Me dolía todo del impacto de la bala.
-Equipo 2. Pueden intervenir-habló al pinganillo-Te llevaré a la enfermería. Adam.
-Sobre vosotros un helicóptero en cinco.
Shane dió órdenes a los de su equipo que se movían alrededor nuestra trabajando.
Me sentía mareada pero no sé ni como ni cuando caí en redondo al suelo pasando a fundido a negro.
En cuanto abrí los ojos, un techo blanco me recibió. Genial, ahora estaba en un hospital.
Miré mi brazo del que colgaba una vía. El cable me llevó hasta una bolsa de suero.
Miré debajo de las sábanas para encontrarme con la bata del hospital.
Una venda cubría desde abajo de mi pecho hasta mi cintura. El impacto había llegado fuerte.
Mi brazo también estaba vendado por la bala que me había rozado.
Un gritito de sorpresa llamó mi atención desde la puerta. Savannah entró corriendo a abrazarme.
-Estás bien-me sonrió.
-Tú también-dije con voz de recién levantada.
-Gracias a tí. ¿Quieres contarme lo que pasó mientras viene el médico?
Le conté desde la última vez que hablamos hasta que me había desmayado.
El médico entró después de que Savannah lo llamara. Tras examinarme se fue satisfecho de mi recuperación. Saldría en un par de días.
Me incorporé en la cama levantándola con el mando. Unos gritos en el pasillo me alertaron.
La puerta se abrió dejando entrar a la persona que menos necesitaba.
Cerró detrás de él sentándose en la silla frente a mí.
Empieza la batalla.
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Un amor de campamento.
RomanceTras pasar la prueba inicial con mal pie, nuestra protagonista se ve envuelta en un castigo y parece que se ha convertido en el ojito derecho del jefe de su unidad en el campamento a pesar de lo duro que la trata. Ella tendra que aguantar el entrena...