Capitulo 5.- Delacroix.

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El día termina e Iris me lleva a su coche para entregarme mi regalo. Me pide que cierre los ojos y estire los brazos. No sé que esperar hay tantas posibilidades. Pone una caja en mis manos, abro los ojos y es...¡un perfume! pero no cualquiera, es un perfume Frances, de Paris. Me dice que paró en muchas perfumerías para buscar específicamente uno como este, flores y cítricos, mis olores favoritos, ¿podría tener una mejor amiga? no creo. No me puedo contener y la abrazo como muestra de agradecimiento, nos despedimos y se va. Lo sabia otro gran regalo, jamas me decepciona.

Pasan los días y estamos en el ultimo día de escuela de la semana, viernes. Las fiestas de bienvenida empiezan, porque no solo hay una. En el ultimo año las fiestas aumentan y se vuelven mas divertidas y salvajes. Esta noche Charlie hará una gran fiesta en su casa. Quien mejor para iniciar la temporada. Su casa es enorme y sus fiestas las mejores, creo que es más que un hecho que estaré ahí.

Pronto aparece Tommy a la hora de la salida.

—¿Vendrán a la fiesta, verdad?— pone su brazo sobre mis hombros.

—¿Tú que crees?— contesta Iris y nos lanzamos miradas de complicidad.

Tommy me mira inseguro y me pregunta:

—Podría pasar por ti, como a las... ¿8:00 pm?— se rasca la cabeza.

Miro a Iris y con una con una falsa expresión triste replico.

—Pasaré la tarde con Iris, así que... llegaremos juntas.

Iris suelta una risita que intenta contener con su mano y niega con la cabeza.

—Bien, entonces las veo allá—Tommy acomoda la mochila en su hombro y se marcha.

Veo que estaba un poco decepcionado, pero ¿Qué puedo hacer?, tengo mis planes.

—No deberías ser tan dura. Él intenta acercarse a ti, dale una oportunidad—exclama Iris mientras caminamos a su auto.

Pongo mis ojos en blanco y resoplo.

—No abras esa puerta— digo tratando de terminar con el tema.

Nos subimos a su auto y pone sus manos sobre el volante.

—¿Por qué no? Es dulce, es guapo, muchas morirían por tenerlo y es obvio que él moriría por tan solo recogerte de tu casa.

—No lo sé, es solo que no es tiempo aún. No estoy lista.

Sinceramente, aún no se si quiero algo con Tommy.

—Entonces no lo atormentes más y habla con él, déjalo volar.

—Jamas dije que no puede haber una posibilidad.

Las dos reimos.

—Amas verlo sufrir, ¿cierto?

Hago una seña de cerrar con candado mi boca y tiro la llave imaginaria por la ventana.

Por favor, ¿a quién no le gusta ver a un hombre sufrir por ti?

•••

Pasan las horas y llegó la hora de la fiesta. En casa de Iris hablaron todo el día de su viaje y se burlaron del pretendiente ladrón de su hermana, una tarde de muchas risas. Iris y yo tenemos la regla de llegar siempre dos horas después de que la fiesta inicie, porque es cuando inicia lo mejor de una buena fiesta ademas de que amamos las miradas al llegar.

Pretty BadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora