Capitulo 16.- Ojos azules.

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Al siguiente dia me reuní con el director y el profesor Peltz para aclarar la situación. Renuncie al puesto de presidente por que intervenia en mi desempeño academico y queria nombrar a Adam presidente, eso evidentemente no se puede, pues para eso es el vicepresedente, pero como el profesor Peltz es tan cercano a Adam dio una buena recomendación sobre él lo cual le hizo quedarse con el puesto. No puedo estar mas aliviada de acabar con esto. Llamam a Adam a la oficina y con la mirada decimos todo. Salgo de ahi y voy directo con mis amigos a contarles justo la misma historia. Todos me felicitan por preferir la escuela y todo esta como antes, realmente no fue gran cosa, me disculpe con ellos por su esfuerzo y bla bla bla, arreglamos esto, pero aun hay asuntos pendientes entre Adam y yo.

Mas tarde, al final del dia, como ya es costumbre me quedo despues de la hora de salida para anunciarlo en el consejo, y luego me voy. Caminando por los pasillo de repente sale Alexandre de no sé donde.

—¿Qué quieres Alexandre?

—Necesito hablar contigo— dice con preocupación, ¿Se habrá enterado de lo de Adam?

—Bien, adelante.

—Aquí no.

—No iré a ningún lado— Ya había llegado demasiado lejos esto.

—Bien, ¿recuerdas la vez que te metiste en mi auto?, y que te dije sobre lo que no recordabas que habías hecho...

—Si, ¿Y?— pregunto impaciente.

—Me dijiste unas cosas... Que no se si decías en serio, pero no he podido dejar de pensar en ello...

— ¿Podrías recordármelo...?— pregunto insegura y nerviosa. No sé a que se refiere.

—Tu... dijiste que mis ojos azules te hacían perder la cabeza y...— suelta una sonrisa —que mi sonrisa te gustaba, y que cuando estabas conmigo era como que el tiempo se detuviera, y solo fueramos tu y yo.

Se hace un silencio incomodo y él me mira con esos ojos azules que me hacen perder la cabeza... mierda, si lo dije, suena como algo que yo pensaría pero jamas diría. Estaba realmente ebria, por algo dicen que lo niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Estoy parada frente a él congelada, no sé que decir.

—¿Lo decías en serio? ¿Es lo que piensas de mi?— hay un brillo en sus ojos mientras me habla, y yo sigo sin decir nada y solo lo miro.

—Alexandre...yo— quería decirle que si pero no puedo, no a estas alturas. La pelea con Tommy, luego recuperarlo, luego Adam chantajeándome y yo renunciando a la presidencia. No puedo volver atrás, tengo que seguir, es el precio que tiene —Estaba ebria y confundida, no creo que fuera en serio... Lo siento, por lo de tu auto y tu alfombra, y todo.

Su rostro cambio. Trata de que no se note pero esta decepcionado, de verdad creyó que le diría que era verdad.

—Ok, solo tenia esa duda, ¿sabes? No quiero que la vibra este rara entre nosotros— vacila.

—¿Entre nosotros?, Alexandre, no hay nosotros. Lo que paso fue solo coincidencias y aventuras pasajeras, no hay nada entre nosotros— digo seria.

—¿Una aventura pasajera? Bien— muerde su labio inferior y mira al piso.

—No sea que intentas pero agradeceria que no me volvieras a hablar, y por cierto, no se de donde sacaste mi pulsera, pero ya la recuperé— le muestro la pulsera en mi muñeca me doy la vuelta y me voy.

Puedo sentir como mi corazón se aplasta en mi pecho. No me daba cuenta de cuanto me gustaba estar con él hasta ahora, no me daba cuenta de cuanto lo quería hasta ahora, pero no puedo solo caer en sus brazos como cualquiera, solo utiliza a las chicas y las bota como papeles, ademas, no se compara con Tommy, no es material para algo formal. Tal vez si hay algo entre nosotros, pero es algo imposible.

Pretty BadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora