Pasan dos días, y al final de la clase de literatura Keith me intercepta y me dice que ahora quiere hacer algo divertido, para él. Lo de que seriamos buenos amigos pronto solo lo dije para hacer enojar a Alexandre pero parece que esta pasando, o algo así, y aunque odie admitirlo creo que me gusta salir con Keith. No sé si es su inocencia, que es un libro blanco en el que se puede escribir y enseñar cosas nuevas o que puedo armar a la persona perfecta desde cero como si fuera un sim.
Le pedí que nos encontráramos en el estacionamiento. Llevo unos minutos esperandolo hasta que lo veo a lo lejos salir de la escuela. Detras de él sale una chica que le dice algo y le sonrie mientras camina lejos, él le devuelve la sonrisa. Me quedo viendolos con mirada de sospecha. Ahora resulta que Keith es un rompecorazones, ¿No es lo que quería hacer?, bueno si pero no tan pronto. Se acerca a mi con paso apresurado.—Llevo esperando...— miro mi reloj —5 minutos. Demasiado para mis estándares de espera— digo molesta.
—Perdón, mi clase se alargo un poco— se disculpa avergonzado.
—Bien, sube— digo seria, me pongo mis lentes de sol y subo al auto.
Sube con mas confianza que la ultima vez. Parece estarse familiarizando.
—¿Dónde es ese lugar tan divertido que dices?— pregunto con sarcasmo.
—La galería Crystal Livingstone— me mira con unos grandes ojos de inocencia.
—¿De verdad?— digo incredula.
—Si, yo te dije que disfrutaba ir a las galerías de arte.
—Si, pero solo, no con personas— no puedo ocultar mi cara de disgusto.
—Puedes disfrutarlo también si te das la oportunidad. Abre las puertas a la cultura— trata de convencerme.
—Ugh, esta bien. No tengo nada mas que hacer— resoplo y golpeo el volante.
—Oye, ¿no vendrá tu amiga? ¿Cuál es su nombre?— pregunta inseguro.
—¿Beth?, no ¿por qué, te gusta?— contesto a la defensiva.
—¡No!— replica rápidamente y su rostro se torna rojo —solo tenia curiosidad.
—Uhmm, pues que curioso despertaste— lo regaño y no separo mi vista del camino.
Llegamos a la famosa galeria Crystal Livingstone. Un edificio moderno hecho de cristal, literalmente. Entramos y como no es sorpresa el lugar esta vacío, solo un par de personas rondan por el lugar.
—¿Qué se hace aqui?— pregunto mientras mantengo una cara de disgusto.
—Ver arte— replica tranquilo mientras observa con detenimiento los lienzos.
Me quedo parada intentando entender algo del arte, pero solo veo lindos colores con no mucho o nada de sentido. Supongo que no tengo buen ojo para comprar arte. Sigo a Keith a donde va. Recorremos casi todo el primer pasillo de la galería hasta llegar a un extremo en donde hay un gran mural alumbrado con colores mas cálidos que lo demás expuesto. Puedo decir que verlo te pone feliz, ¿asi que esto es disfrutar el arte? no esta nada mal. Keith se sienta en una banca frente al mural y me invita a sentarme junto a él. Después de unos largos minutos de observarlo se rompe el silencio.
—Me gustan las galerías de arte porque puedes sentir o tratar de sentir los sentimientos del artista al hacer estas obras. Es como estar con una parte de ellos— dice mientras ve profundamente el mural y su cuerpo se mantiene estatico.
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Pretty Bad
Teen FictionShelly Linderman es una chica de 17 años de clase alta que asiste a un instituto privado donde pronto se suscitan situaciones extraordinarias. Aunque parece tenerlo todo, no hay nada que realmente la satisfaga. Aunque muchos la quieren, no hay nadi...