Capitulo 38.- ¿Quieres ir al baile conmigo?

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Tras mi repentina pregunta Keith gira su cabeza como resorte hacia mi, parpadea un par de veces y toma un gran respiro. Seguro que por este frío fue imposible que se pusiera rojo.

—¿De verdad?— pregunta incrédulo.

—Si, al menos de que ya tengas cita— me encojo en hombros.

—Como si fuera posible— ríe y niega con la cabeza —Nunca he ido a un baile.

Sorprendida lo miro con unos grandes ojos saltones.

—¡No puede ser!, ¿Ni en la primaria?

—Nunca— afirma.

—Entonces, ¿Quieres que sea tu primera vez en un baile o prefieres morir sin saber que se siente ir a uno?

—No sé— hace una mueca indeciso.

—¿¡Cómo que no sabes!?— pongo las manos en la frente con frustración.

—Tengo miedo— pasa saliva —Me gusta tener un perfil bajo, e ir contigo seria todo lo contrario. No sé manejar ese tipo de presión.

Tomo su espalda y lo masajeo un poco.

—Tranquilo, todos estarán viéndome a mi, ni siquiera notaran que estas ahí. Confía en mi— guiño y sonrío con dulzura.

Inhala y exhala, sacude un poco sus hombros.

–Ok. Si quiero ir contigo— deja salir un suspiro liberador.

—Bien... ahora creo que es momento de irnos— digo mientras intento calentar mis brazos con mis manos.

Keith me observa de reojo.

—Toma mi suéter— se quita su delgado suéter quedándose con su camisa de vestir ajustada que llevaba de bajo, y lo pone sobre mis hombros.

—No es necesario— me lo quito –es muy delgado no me cubrirá gran cosa, ademas de que tu camisa es delgada, creo que lo ocupas mas tú que yo.

Mientras lo digo veo con detenimiento el cuerpo de Keith, nada mal por cierto. Al pareces usa esas entalladas camisas de botones por debajo de esos suéteres horribles, no le quedan nada mal. No puedo evitar levantar una ceja como gesto de que me gusta lo que veo, pero ¿Qué rayos? Shelly gobiérnate.

—Quédatelo, ya te lo di— rompe mi nube de pensamientos.

—Ok— digo seca y trato de liberar mis pensamientos.

Subimos nuevamente a la motocicleta y ahora desde que subo abrazo a Keith. Se siente mas cálido que en el viaje de ida, es él o soy yo. Lo abrazo y siento mucha paz. Una vez mas le confío mi vida a un chico con el que empece a salir hace tres días, y no solo eso, si no que iré al baile con él. Creo que tal vez algo anda mal conmigo.

Llegamos a su casa. Me bajo en la entrada, nos despedimos y subo a mi auto emprendiendo camino a casa. Casi nunca manejo de noche así que espero no perderme o tener un accidente. Al salir de la zona residencial veo a lo lejos un restaurante de comida rápida. Después de todo el día no había comido y estoy muriendo de hambre. Decidida a estacionarme creo ver el auto de Alexandre, y creo que lo mejor es no entrar ahí, no quiero un encuentro desafortunado ni tampoco su actitud seductora tentando mi decisión de estar lejos de él. ¿Y si esta ahí con otra chica? ¡Maldito! Bueno no necesariamente tiene que estar con alguien. Cuando lo encontré ahí iba solo, pero puede que haya hecho la excepción esta vez. En fin, que haga lo que quiera, que salga con quien quiera, bueno no, no con cualquiera. No cualquiera va a tomar mi lugar, es mas, nadie va a tomar mi lugar.

Pretty BadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora