Capitulo 2.- Helado de yogurt.

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Al otro día Alexandre volvió. Clara le hizo las medidas y se fue.

Después de una semana regresa para devolver el traje y unos vestidos de dama de honor rentados. Por desgracia, yo sigo en el mostrador así que tengo que recibirlos.

—Vengo a devolver esto. Dos vestidos y un traje—. pone las prendas sobre el mostrador junto a la nota.

—Bien...— reviso cuidadosamente las prendas como es el protocolo. Y ¡oh sorpresa!, falta el moño —Tenemos un problema. El moño del traje no esta—. lo miro esperando una reacción.

—No puede ser. Busca bien— rápido busca dentro del saco y de la bolsa que lo protegía.

—Me temo, Alexandre, que debo penalizarte con dinero— le digo orgullosamente.

Amo ver su cara de preocupación.

—¡Ugh! Bien— resopla y deja el dinero sobre el mostrador.

—Si lo devuelves podré devolverte tu dinero pero si no lo devuelves entonces adiós dinero. ¿ok?— agito los billetes frente a su rostro y luego los guardo. Él solo asiente mientras pone sus ojos en blanco —Es todo. Puedes irte, ¡oh! y "Gracias por tu preferencia"— digo con una sonrisa falsa.

Odio decir eso pero tengo que, palabra institucional.

—Por nada. Volveré por mi dinero, y si es amenaza— condena con su dedo indice al frente luego se gira y sale de la tienda.

Yo solo pienso: ¡Si, si, si Alexandre como sea, solo largo de aquí! Hoy mamá me dejo salir temprano y quiero dar una vuelta por el centro comercial y tal vez comprar, que digo, definitivamente comprar.

•••

Después del trabajo llego al centro comercial, todo normal. Me siento libre por fin aunque un poco solitaria. Iris y yo siempre venimos de compras juntas, ¿a quien le pediré opinion ahora? deberia llamar a Tommy, no, mejor no, no quiero que confunda las cosas luego pensara que porque estamos solos es una cita y no no no nada de eso; ahora que veo la tienda de helados de yogurt mientras subo por las escaleras eléctricas se me antoja uno. La tienda del tercer piso siempre ha sido mi favorita.

Tan pronto como llego veo que la fila es algo larga, no me sorprende. De repente siento un empujón. Volteo molesta lista para lanzar una mirada asesina.

—¡Ugh! ¿Qué haces tú aqui?— digo con disgusto.

—Es un centro comercial, abierto al publico— dice mientras cruza sus brazos.

No puede ser ¿Alexandre, otra vez?

—Bien, solo mantén tu distancia—. me giro y sigo viendo los sabores.

Sé perfectamente que pediré lo mismo de siempre. Natural con trozos de oreo y malvavisco.

—¿Solo vas a ignorarme?— escucho detrás de mí.

Me giro y lo miro de pies a cabeza y replico.

—Uhm... si. Tal vez deberías hablar con tus amigos o con alguien que le importe— me giro al frente de nuevo.

—Vengo solo— responde rápidamente poniendo sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

—Bien por ti— lo miro por ultima vez con ojos saltones y me decido a ignorarlo.

—Oye— me toca el hombro y yo pierdo la compostura.

—¿¡Que!?— digo molesta.

—Es tu turno— contesta con cara de que no rompe un plato.

Pretty BadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora