9.

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Me aliste para dormir y sin dificultades pude conciliar el sueño,  más aún tuve unos bellos sueños, por fin pasé una buena noche.

Me desperté, tomé un buen baño y en cuanto salí de bañar alguien toco a la puerta.

—¿Cómo amaneció esta bella mamá? —era Alfonso, que en cuanto abrí me recibió con un gran beso.

—Muy bien ¿y usted señor jefe? ¿Cómo está?

—Muy feliz y bien, pero yo vine por una chef que al parecer todavía no está lista.

—¿Será porque aún es temprano?

—Por eso estoy aquí, para que pasemos la mañana juntos, digo, si quieres.

—Claro que sí, pero..., bueno, confió en ti, me cambio rápido y bajo ¿está bien?

El me asintió y yo sonreí, antes de subir le di un rápido beso y me fui a cambiar lo más rápido que pude, tomé unos lentes de sol y me puse muy poco maquillaje, tomé mi bolsa y bajé con él. Salimos tomados de la mano, cerré la puerta y me subí a su coche, dejé que me llevara a donde fuera y me sorprendiera, en definitiva creo que lo hará.

Le traté de preguntar varias veces sobre ¿a dónde me llevaba? La curiosidad me estaba ganando, pero Alfonso solo decía que era una sorpresa y que aguantara a llegar, como vi que no podía traté de sacarle un poco de platica, me comenzó a hablar de lo agradecido que se sentía de haberse venido de España y haberme encontrado. Fue un momento emotivo  y cursi, algo que hace tiempo no vivía.

—¿Pero porque no tienes acento de España?

—Porque mi familia es de aquí, además la educación básica la tuve aquí,  preparatoria y universidad la realicé allá, aunque debo de decirte que nunca logré tener acento Español.

—¿Es decir que eres una mezcla de culturas? —Alfonso asintió—. Pues escucharé atenta para cuando el acento se haga presente, seguro sonarás muy lindo.

Reí un poco del comentario y Alfonso también, conocer esos detalles de él, me agradaba demasiado. Antes de identificar mucho el lugar dónde estábamos, Alfonso entró en el estacionamiento de un edificio, me ayudó a bajar y me pidió tomar algo de la guantera, yo lo saqué, era un pañuelo, tomé mi bolsa y bajé, me llevó directa al elevador. Ya adentro me pidió un favor.

—Necesito que te vendes los ojos.

—¿Para?

—Hazlo, prometo que no te pasara nada malo, sino al contrario.

—Y sino ¿que te hago?

—Me puedes golpear mucho.

Yo le sonreí y me lo puse, el me ayudó a atarlo, habíamos llegado al piso, Alfonso me ayudo a caminar hasta su departamento, abrió la puerta y me puso en un lugar, cerró la puerta y se alejó un poco de mí, me comenzaba a poner nerviosa, pero más ansiosa.

—¿Ya me la puedo quitar?

—No, todavía no.

—Alfonso, por favor, me estas poniendo, ner... —antes de terminar de hablar Alfonso se acercó y me quitó la venda, había arreglado su departamento de una forma muy especial, había velas, flores y algunos globos en forma de corazón—, ¿qué es esto Alfonso?

—Es mi forma de ser romántico con alguien especial.

Yo me voltee y lo rodee por la nuca con mis brazos.

—Eres el mejor, esto es espectacular.

Él me dio un beso y después de tomó de la mano.

—Entonces vamos a disfrutarlo, ¿qué te parece?

Un nuevo Amor ||COMPLETA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora