El siguiente día para ambos fue muy ajetreado, a comparación de Alfonso que se concentró en hacer averiguaciones en Internet y marcar a diferentes lugares. Yo por mi parte comencé a buscarla en clínicas, ambos sabíamos que tenía algo importante, Maite es Médico y tiene que trabajar, así que con ese dato, en diferentes lugares ambos estábamos buscando a nuestro hijo perdido.
—¡Hola Alfonso!
—¡Diana! Me alegra oírte. Supongo que ya sabes lo que pasó.
—Sí, Jess fue con nosotros, creo que después de discutir contigo.
—¿Está bien? —preguntó Alfonso preocupado por ella.
—Sí, igual que la última vez que la viste, pero llamaba para decirte que ya no está aquí en Vallarta, sino allá contigo.
—¿En el la ciudad?
—Sí, me dijo Silvia que tú hermano pasó por ti y Orlando dijo que él se iría para allá por trabajo.
—Sacas buenas conclusiones, pero, ¿a dónde está Jess?
—En casa de sus padres, te hablo para decírtelo, por si necesitas comunicarte con ella.
—Lo necesito, pero los necesito más a ustedes.
—Estamos por viajar a la ciudad, coincidió todo y yo tenía que viajar con tú hermano, pero lo dejé pasar y Rafa también tenía que, pero debido a las circunstancias, vamos para allá.
—No sabes cuánto me alegra escuchar eso, yo haré algunas cosas hoy, y me gustaría que me informaran cuando lleguen.
—Lo haremos Alfonso y oye —Alfonso suspiro al oír eso—, estamos contigo, con ambos, eres un gran amigo y sé que esto para ti tampoco es fácil, si quieres hablar, aquí estoy, has sido el que ha tenido que ser más fuerte y las circunstancias tampoco te han favorecido.
Alfonso se confortó al escuchar eso, lo que había dicho Diana era cierto y tal vez si necesitaba hablar con alguien, pero sabía que ese no era el momento.
—Gracias Diana, lo tomaré en cuenta. Adiós.
Alfonso tomó algunas de las notas que había hecho y fue a dónde la casa de los padres de Maite.
—Sé que hablamos ayer y agradezco que antes de haberse ido me dieran esa información, pero necesito más detalles.
—Lamentablemente no sabemos mucho Alfonso, todo lo que te dijimos ayer... —Alfonso la interrumpió.
—Elizabeth, entiendo que quieran proteger a Maite, pero ella tiene a mi pequeño, a un inocente que necesita estar en los brazos de su madre, no te pido mucho, solo información.
—Tengo miedo de que le hagan algo.
—¿Y tú crees que yo no tengo miedo de que le haga algo a mi hijo? Elizabeth, por favor, apelo a tú amor de madre y que sé que hubieras sufrido mucho si hubieran alejado a Maite de tú lado como cuando se fue Edgar, piensa en Jessica, ella te necesita, tú nieto también.
—¿Mi qué? —Elizabeth se llevó las manos a la boca—. ¿El bebé es mi nieto?
—Si, lo es, es hijo de Edgar y Jessica.
—Pero, ¿por qué yo no sabía de esto?
—Porque Edgar así lo dejó dicho y Jess tenía miedo de que pudieran hacer algo semejante —Elizabeth seguía sorprendida
—Y mi hija lo hizo, no puede ser, tiene a su propio sobrino.
—Así es Elizabeth, y perdona que te lo diga en estas circunstancias, pero Jessica tiene 3 semanas sin saber nada de Edgar.
—¿Lo llamó Edgar?
—Sí, en honor...
—A mi hijo, Dios mío y yo que la juzgue tan mal, con razón no nos dijo nada, con razón se alejó.
Elizabeth se paró y fue al despacho de su esposo.
—Esta es la única dirección que tengo, de verdad Alfonso y la de su trabajo, realmente no sé dónde pueda estar, desde hace una semana que no sé nada de ella, espero que la encuentres y ese pequeño regrese a su hogar.
—Gracias Elizabeth, te prometo que haré todo lo que esté en mis manos para proteger a Maite, no te aseguro que la policía actué de otra manera, pero te prometo que la protegeré hasta donde pueda.
—Gracias Alfonso.
Alfonso se levantó y se despidió de Elizabeth.
—¿Alfonso?
—¿Si? Dime.
—Sé que no tengo derecho, pero, tal vez, en algún momento cuando Jessica ya no sienta este dolor que mi hija le causó, tal vez pueda venir para que conozcamos bien a nuestro nieto, tal vez no me lo merezca, pero... —Alfonso la interrumpió.
—Toda abuela tiene derecho de conocer a sus nietos, yo le diré a Jessica, te lo prometo.
Alfonso se despidió y Elizabeth se quedó pensando en todo lo que le dijo y sobre todo lo que en años anteriores le había dicho o hecho tanto a su hijo como a mi, a la que ni siquiera pudo estar en el sepelio, ya que estaba grave en el hospital, esa Jéssica a la que había dicho muchas cosas terribles mientras solo protegía y cuidaba tanto a mí, como a el hijo del amor tan grande que le tuve a su hijo. Su perspectiva había cambiado, se sentía culpable por lo que me había hecho y deseaba en ese momento que Alfonso encontrara a su nieto y regresara a donde debía estar. Con su madre.
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Un nuevo Amor ||COMPLETA||
Roman d'amourJessica creyó que el amor se había desvanecido de su vida para siempre. Un trágico accidente la arrebató al hombre que amaba, dejándola sola en un mundo lleno de oscuridad y desesperación. Pero la vida aún tenía planes para ella, planes que se revel...