¡Juntos!
Esto podría describir muchas más cosas de las que se imaginan, hoy estamos juntos Alfonso y yo, después de la reconciliación que tuvimos, porque vaya que estuvimos juntos, ya que no llegamos muy lejos y unas sábanas de hotel fueron testigos de esa unión cada vez más fuerte.
Al regresar la sorpresa fue más grande, Diana y Rafael reunieron a toda la familia en casa de mis padres, incluyendo a la familia de Alfonso, vernos juntos dibujó una sonrisa en el rostro de todos. Edgar estaba de nuevo con nosotros, Alfonso y yo estábamos bien. Ese lunes por fin fue distinto para todos. Las 3 semanas de infierno que habíamos vivido, se fueron, ahora solo quedaba ver hacía el futuro y agradecer a la vida el que estemos juntos; Como familia.
—Sé que va a sonar como menos prioridad, pero tenemos solo 1 semana.
—¿ Una semana para qué? —lee pregunté a Diana, estábamos en el comedor cenando y festejando tener a Edgar.
—Tú conservas algo en tú mano que ni cuenta te diste que traías —yo miré mi mano y recordé todo.
—Cierto, tenemos algo por lo cual prepararnos. —Alfonso me miró y dejó su copa.
—¿Estás dispuesta?
—Por todo lo que hiciste, haces y sé qué harás sí, quiero ser tú esposa.
Rafael y Diana se emocionaron, mis padres nos volvieron a felicitar ya que en la antigua celebración apenas y se pudo ya que Edgar decidió venir a este mundo.
—El sábado será entonces.
Le di un pequeño beso a Alfonso, la emoción en ese día no podía ser mayor.
Solo con ver a Alfonso abrazando a Edgar supe que no me había equivocado, debía de estar con Alfonso, amarlo, que nos amara, compartir experiencias, vida, amor. Ser su compañera y él el mío, que malcriara a Edgar, le diera todo su amor, protección, regaños, consuelo, pero sobre todo, que lo tomara como su hijo.
* * * * *
Estos nervios pocas veces los había sentido, pero valían la pena, estar vestida de blanco y de pie frente a este altar con Alfonso, valían los peores nervios. Por fin todo comenzaba a tomar sentido, todo lo bueno malo que habíamos pasado, ya había quedado atrás. Comenzábamos un nuevo camino, habíamos decidido que así fuera, viviríamos cada momento, cada día juntos, disfrutaríamos a nuestro hijo, pero sobre todo disfrutaríamos nuestro amor.
—¡Acepto! —Alfonso me sonrió y apretó mi mano aún más fuerte.
—Tú Jessica Puente, ¿aceptas a Alfonso Cisneros como tú esposo? ¿Para amarlo y respetarlo todos los días de tú vida hasta que la muerte los separe?
—¡Acepto Padre! —le sonreí y lo tomé por el codo y lo atraje aún más hacía mí.
—Bien hijos, por el poder que me confiere la iglesia, yo los declaro marido y mujer y lo que ha unido Dios, no lo separe el hombre. ¿Alfonso? —el padre lo miró y sonrió al decirle—. Ya puedes besar a tu esposa.
Todos los presentes aplaudieron y el beso se consumó, ya éramos esposos. ¡Juntos! Eso era para mí una gran alegría, estábamos unidos para siempre.
Recordar esa ceremonia y lo que nos costó llegar a ese momento, me hacían amarlo cada segundo más de lo que ya lo amaba, el saber que ese momento que estábamos viviendo era un regalo de 2 personas que nos volvieron a unir y que siempre esperaban ese tan anhelado "final" lleno de amor, de Un Nuevo Amor que llegó a mi vida para colmarme de amor y felicidad.
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Un nuevo Amor ||COMPLETA||
RomanceJessica creyó que el amor se había desvanecido de su vida para siempre. Un trágico accidente la arrebató al hombre que amaba, dejándola sola en un mundo lleno de oscuridad y desesperación. Pero la vida aún tenía planes para ella, planes que se revel...