—Aquí está la comida y te tengo una sorpresa.
—Me importa más la sorpresa.
—Van de la mano —yo lo miré desconcertada—. Sí, al parecer mañana les van a dar el alta, Edgar está muy bien y tú también hermosa, así que mañana te hacen un último chequeo y ya te dejan ir a medio día.
—¡Ay qué bueno! ¡Será mi última noche aquí!
—Pero tienes que comer bien.
—Con tal de que me lleves a casa, me como todo.
Todos me sonrieron y después de un rato aparecieron de nuevo nuestros padres, la habitación por suerte era grande y constaba con 2 sillones, uno largo y otro individual, además tenía una tele, que no había utilizado y espacio para por lo menos 10 personas, así que logramos estar cómodos; ellos me trajeron, esta vez a mí, varios regalos, mi madre se acercó y me preguntó el por qué estaba cambiada, yo le dije que Diana me ayudo a limpiarme con un baño de esponja y que también me ayudó a ponerme la ropa limpia. Se tranquilizó y dejó de regañarme ya que no me había bañado y además había recibido ayuda para no hacer grandes esfuerzos.
—¿Y bueno? ¿Dónde está nuestro pequeño nieto?
—Se lo llevaron a dormir un rato, pero no tardan en traerlo de nuevo, come cada 4 horas y supongo que en un rato lo traerán para que coma.
—Es bueno que le estés dando leche tú Jessica, le dará muchas vitaminas y lo dejará un poco más gordito de lo que está.
Aquel comentario de Rebeca me había causado risa, pero tenía razón, Edgar estaba algo gordito, pero todo dentro de lo normal, pesaba 3 kilos y 120 gramos, a lo que a mi parecer era bueno.
Después de hablar un rato, apareció Rosalía de nuevo con mi pequeño, mi mamá se acercó y me dio una cobija, lo abracé, lo acomodé, mi madre me ayudó a taparme, me bajé un poco el camisón, ayudé a Edgar a pegarse a mi pecho, lo cheque por un huequito y todo mundo comenzó a hablar mientras mi bebé estaba comiendo, por algo dejé de escuchar a todos, y me concentré en mi pequeño. Es tan frágil, tan pequeñito con apenas 52 centímetros, que salieron de mí apenas unas horas antes y al cual amaba con todo mi corazón, pero sentía que se me estaba yendo, que ese era un último momento junto.
—¿Amor? —Alfonso se acercó—. ¿Estás bien?
Una lágrima calló por mi mejilla.
—Si, es solo que es tan bello, es mi bebé, lo tuve aquí dentro de mí, 9 meses.
—Pero eso es lindo, ¿por qué lloras?
—No sé, es solo que, quiero que este bien, quiero darle todo de mí, quiero darle lo mejor.
—Y lo harás, pero no te pongas así por favor, siento que estás mal.
—No, no, no ahora, pero tengo un presentimiento raro.
—Jess, aleja todo eso, no debes, no en este momento, disfruta todo esto —Alfonso me hizo con la mano una seña para que viera a todas las personas que tenía a mi alrededor—. No te pongas triste, sé que también es parte de, pero animo mamá, disfruta de este precioso momento.
Alfonso tomó con su mano mi mentón y me hizo voltear con él, un beso nos unió y nos ganamos uno que otro comentario, después de eso Edgar comenzó a llorar, lo levanté, lo hice eructar, mi suegra se acercó y me lo pidió, yo se lo entregué he me hice a un lado, Alfonso levantó un poco la cama y antes de que se fuera lo tomé para que se recostara junto a mí. Me rodeo con su brazo y puse la cabeza en él, seguía muy cansada y nunca creí que tener a tanta gente en una misma habitación me cansaría más, sin desearlo me quedé medio dormida un rato, Alfonso me cubrió en su regazo y dormí sin molestias, todos los demás bajaron la voz y se concentraron en Edgar, que al parecer ese día no tenía ya más ganas de despertarse y mostrarle sus ojitos a los demás.
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Un nuevo Amor ||COMPLETA||
RomanceJessica creyó que el amor se había desvanecido de su vida para siempre. Un trágico accidente la arrebató al hombre que amaba, dejándola sola en un mundo lleno de oscuridad y desesperación. Pero la vida aún tenía planes para ella, planes que se revel...