13.

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Alfonso no me alcanzó a decir más ya que me abrazó y comenzó a besar, no podía creer lo que había pasado en ese momento, era ya algo que de verdad nos estaba terminando de unir como yo lo deseaba, Alfonso no solo me amaba a mí, ya amaba al bebé que se estaba formando dentro de mí. De pronto no sé qué me pasó, pero sin dudarlo le hablé al oído.

—Quiero que me hagas tuya.

Alfonso me vio con una cara que no se la creía, pero mi sonrisa y otro beso no lo hicieron dudar, su departamento no quedaba muy lejos, nos subimos a su coche, yo con las hormonas a todo lo que daba comencé a acariciarlo por la pierna y que su miembro comenzara a excitarse y creo que si lo logré porque condujo demasiado rápido hasta su departamento, llegamos y más tardó en estacionar que nosotros en llegar al elevador, oprimí rápido el botón esperando porque nadie subiera porque si no, me encontrarían en una situación algo personal.

Lo aventé al final del elevador y por suerte había un botón que nos dirigía directo a su departamento aunque otra persona quisiera subir, así que me aproveché de eso, y comencé a besarlo, era algo emocionante, el hecho de que estuviéramos en el elevador ponía las cosas en un momento diferente. Teníamos 12 pisos que subir, y yo no perdía oportunidad de que Alfonso comenzará a excitarse, porque, yo ya lo estaba.

—Deja que lleguemos al departamento Jess.

—¿Para qué si aquí es un lugar bueno?

Alfonso solo río y me cambió, ahora yo era la que estaba pegada a la pared del elevador, me elevó las manos y estaba completa a él, me comenzó a besar por todas partes, de mi boca bajo al cuello, y comenzaba a explorar mis pechos, era algo que ya no podía controlar, lo necesitaba. En cuanto el elevador se abrió yo lo metí a su departamento, ahora era yo la que tenía el juego de mi parte, lo aventé a su sillón tiré de su corbata, el me seguía el juego, pero era para que yo me descuidara y me tomara para llevarme a su habitación, me cargó y me llenó de besos, al llegar me dejó en su cama cuidadosamente, yo lo abracé por la nuca, una de mis manos comenzaba a abrirse paso por su espalda tocándola cuidadosamente. Su piel se erizaba un poco con el contacto de mi mano, pero en un instante quité mis manos y las elevé, Alfonso se paró frente a mí y me dijo que me preparara para el juego de hoy, yo le sonreí y le dije que me sorprendiera.

Me tenía lista para hacerme disfrutar, así que comenzó con el juego, me quitó los zapatos y los aventó, al igual que los suyos, me besó en los pies, yo me quitaba un poco, pero no logré nada, ya que subió tocándome por encima de mi pantalón. Llegó a la cadera, yo me adelanté desabrochando mí pantalón y él desabrochó el suyo, pero mi pantalón lo  bajó con cuidado y besando ciertas zonas, quería provocarme poco a poco, mi sexo comenzaba a humedecerse, él seguía con lo suyo, recorriendo mis piernas, besándolas y tocándolas, después subió de nuevo hasta mi vientre, le dio un beso y le dijo a el pequeño Edgar —verás volverse loca a tu mamá—, solo reí por el comentario, subió y desabotonó mi blusa, subiendo hasta mis pechos, mi cuello y llegando a mi boca, terminó de quitarme la ropa y viendo que le quedaba solo la camisa se la quité, sin hacer mucho esfuerzo, seguimos con aquel juego, me di media vuelta, ya estábamos casi desnudos, me besó y después bajé por su abdomen, besándolo y lamiéndolo cuando llegué a la parte del bóxer paré y me levanté, llevé las manos a mi sostén y comencé a desabrocharlo, dejé mis pechos al descubierto. Alfonso no tardó mucho en venir hacia mí, así que yo solo me dejé llevar por el momento.

Me senté en su abdomen y él me tomó por la cintura, me ayudó a quedar sentada sobre él, mis pechos quedaron sobre su cuerpo y no tardó en hacerlos reaccionar con sus manos, comenzó a tocarlos y a lamerlos, dejé caer un poco mi cabeza para atrás y Alfonso no dudo en besar mi cuello, me volvió a tomar de la cintura y me recostó en la cama, seguía estimulando mis pechos, dejó una de sus manos y bajó a mi clítoris, le gustaba jugar con él, lo sabía, otra vuelta entre los dos se presentó y me fui directa a su pene, con unos simples toqueteos con mi mano Alfonso comenzó a gemir, me fui de nuevo a su boca, su abdomen, a besarlo todo, Alfonso llevó sus manos a mis pompas y bajó mi calzón, me tomó por ellas y me acercó más a él, nuestras lenguas se juntaron de nuevo.

Un nuevo Amor ||COMPLETA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora