Alfonso|
El reloj marcaba las 4 a.m., esperaba ver a Diana a las 8:00 y poder entregarle al pequeño. Lo lleve al hotel, no deje de abrazar, le di de comer, había tomado algo de ropa de la casa de Maite, necesitaba ponerle ropa limpia.
Pasadas las 7:30 a.m., tomé las cosas del bebé y fui a buscar a Diana, la maleta ya se encontraba en el coche para no hacer todo tan evidente, pero al decisión estaba tomada.
—¿Diana? Voy en camino, solo llegaré unos minutos después, por favor espérame. Si quieres ir pidiendo de desayunar hazlo, yo acepto un café.
Diana no me contestó nada, o mucho para ser cierto, esperaba llegar y que ella ya estuviera para poder entregarle a Edgar y que todo ese proceso fuera lo menos doloroso posible.
Antes de bajar, Alfonso tomó a Edgar en brazos y conscientemente le habló a quién para él, era su hijo.
—Sé que no me vas a entender en este momento de tú vida, estoy consciente de ello, pero sé que tal vez si me puedas sentir y hoy yo te quiero decir a ti pequeño hermoso —dije tocando su nariz y jugando con ella—, que te amo mucho y que siempre seré tú padre, aunque tú mami y yo tengamos problemas, siempre te voy a amar y recordaré el 21 de marzo como el día en que me convertí en padre. Te quiero muchísimo Edgar.
Las palabras dolían hasta un punto en el alma, ya me estaba costando de más separarme de él, pero se que es lo correcto y que tengo que hacerlo.
Bajé del coche, tomé las cosas de Edgar y entré en el restaurante buscando a Diana con la mirada y ésta al verme entrar se paró conmocionada y con muchas lágrimas a punto de salir.
—¿Alfonso? Es... ¿es Edgar?
—Sí, lo es —contesté conteniendo las lágrimas de igual manera.
—Pero, ¿cómo? ¿Cuándo?
—No tengo mucho tiempo de hablar, pero si quería explicarte rápido; localizamos a Maite, y sí, tenía a Edgar, pero no te preocupes, lo cuidó como si fuera su propio hijo, aquí está, para que se lo entregues a Jessica.
—¡No! ¡No!, ¡No! Debes de ser tú quien lo haga.
—No tengo cara para ver a Jess, ella tenía razón, todo esto pasó por mi culpa.
—Alfonso por Dios... —yo la interrumpí— . ¡Nada Diana! yo tengo otros planes, tú lleva a Edgar dónde debe de estar.
Le entregué a Edgar, junto con 2 cartas, no dije mucho más.
—No le digas a Jess que fui yo quien encontró al bebé, dile y que crea que fuiste tú, en la carta entenderás porqué.
Y luego de decir eso, me marché
—¿Rafa? ¿Amor? Yo.... Por favor salte del trabajo, sé que es una locura pero tengo a Edgar conmigo y necesito que me ayudes a decidir qué hacer, Alfonso no me dejó ni pensar lo que pasó, ven por favor, aquí te explico.
Diana vio a Edgar, ¿cómo es que pasó todo eso? De pronto recordó, apenas unos instantes Alfonso se había ido y no había ya pista de él, pero le había dicho algo de la carta.
"Gracias Diana, de verdad, no sabes cuánto te agradezco tú amistad y lo que inconscientemente vas a hacer por mí. No tiene mucho sentido que te salude, más bien, tendría que decirte adiós, sé que estás desconcertada y con la información que te di es entendible. Me voy lejos de todo este alboroto. Me siento culpable por lo que pasó, y no tengo cara para ver a Jessica de nuevo frente a frente, la amo, y por ese mismo amor sé que no debo de estar cerca de ella, me voy a donde debo de estar y desde allá estaré en contacto. Gracias por ser tan buenos amigos, gracias por todos los momentos que pasamos juntos, me llevo en mi memoria muchos gratos y bellos momentos de amistad.
Te anexo un número de teléfono para estar en contacto. Gracias por todo".Alfonso.
Estaba por irme, eso era cierto, pero ellos no sabía a donde iba a hacerlo, solo venía un número que era su referencia.
—¿Qué pasa amor?
—Esto —Diana se hizo a un lado y Rafael pudo ver a Edgar, su sorpresa fue igual que la de Diana—. Me lo entregó Alfonso.
Rafael lo abrazó y Edgar despertó, tenía la cadenita, confirmando que si era el pequeño.
—¿Alfonso? ¿Qué fue lo que pasó amor?
—Alfonso, Alfonso y Alfonso. Creo que deberíamos de hablar.
Rafael lo hizo, se sentó y ayudó a Diana a darle de comer a Edgar, el pequeño se había despertado, no querían tardarse mucho, pero tenían que hablar y hacer las cosas antes de entregarle el pequeño a Jessica.
—No reconozco de donde podría ser el número.
—Yo tampoco, por eso te hablé, además que claro, vieras al pequeño, pero más que nada, necesito que hagamos algo.
—¿Qué? —le preguntó Rafael intrigado.
—Investiga de dónde puede ser el número y a dónde es que piensa irse Alfonso.
—Ajá ¿y?
—Yo cambiaré y arreglaré a Edgar para llevarlo con Jessica.
—¿Le dirás que fuiste tú como pidió Alfonso?
—Claro que no, pero necesito que averigües todas esas cosas antes de que le llevemos al bebé.
Rafael no tardó mucho en saber a quién marcar, uno de sus compañeros de trabajo tenía conexión, por otra persona, a bases de datos de aeropuertos de México y podía decirle en minutos de donde es que era el teléfono que les había dejado para contacto.
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Un nuevo Amor ||COMPLETA||
RomanceJessica creyó que el amor se había desvanecido de su vida para siempre. Un trágico accidente la arrebató al hombre que amaba, dejándola sola en un mundo lleno de oscuridad y desesperación. Pero la vida aún tenía planes para ella, planes que se revel...