27.

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Después de que terminara Edgar de comer no pude evitar que se lo llevaran, no quería, pero ya había tenido a mi pequeño un buen rato y él como yo, debía dormir.

—Tienes que descansar Jess, es por tú bien, además nuestros padres también ya se fueron a descansar, desde anoche que no lo hacen y creo que lo merecen.

—Vaya que sí, este día ha sido un ajetreo, y créeme necesito descansar, pero quiero ver a Diana y Rafa, háblales para ver si vienen, sino, prometo ya dormirme.

—Está bien preciosa, les hablaré, pero tú mientras cena —Alfonso me acercó la mesita con la bandeja de comida, él salió y yo probé lo que me habían traído, a esas horas no tenía mucha hambre y tampoco me entusiasmaba la comida del hospital, pero sabía que tenía que recuperarme para mi bebé.

—¡Hola Diana! Perdona, yo sé que tal vez estén cansados, pero Jess me pregunta si es que van a venir.

—Si, de hecho vamos en camino, solo pasamos por algo antes de ir, no dejes que Jess se duerma, le tenemos una sorpresa.

—Está bien, pero no me la alteren mucho, no es tiempo de sorpresas —dijo riendo.

Alfonso les colgó y entró directamente conmigo, y me esbozó una sonrisa al instante de entrar.

—Me alegra verte comer.

—Tengo que, no es porque tenga demasiada hambre.

Alfonso me volvió a sonreír.

—Diana dice que ya vienen, que los esperes despierta porque te traen una sorpresa.

—No, que miedo, porque mira como acabo con Diana y sus sorpresas, en labor de parto antes de tiempo.

—Técnicamente la sorpresa fue mía.

Bajé los cubiertos y le extendí la mano a Alfonso.

—Sabes, hemos hablado de todo, él bebé, tus papás, pero no de lo que yo quiero hablar —Alfonso retiró la mesita y acercó una silla, tomó mi mano, pero lo jalé para que se sentara en la cama conmigo— Lo de ayer...

—¿El que quiero cásame contigo? —yo le asentí.

—No quiero que tengas duda que quiero casarme contigo, eso me haría la mujer más feliz, de lo que quería hablar era de planes, fecha.

—¿Emocionada? —me preguntó Alfonso elevando la mirada.

—Si y mucho, hoy que ya tenemos a Edgar aquí, siento que ya somos una familia, tú, yo, él, verte abrazarlo, fue tan bello, realmente bello, y solo quiero que sepas que estoy lista y dispuesta a casarme contigo.

Alfonso se acercó con cuidado y me dio un beso.

—Y yo contigo y también sentí eso —yo le sonreí—. Edgar se parece tanto a ti —pasé mi mano por su rostro.

—Lo sé, aún no me la creo, parece mentira.

—Es amor, tú lo protegiste desde el día que nos conocimos de que yo cayera... —Alfonso me interrumpió.

—Y así será para siempre, a ambos —yo bajé y luego elevé mi mirada algo nerviosa.

—Prométeme que así será.

—Amor, protegeré a nuestro hijo siempre, nada malo le pasará mientras esté con nosotros. Te lo prometo.

Alfonso me dio un beso en la mano y me dio un casto beso en los labios.

Por alguna extraña razón no podía estar relajada, algo me tenía muy intranquila, no podía explicarlo, no sabía que era, pero el que Alfonso me dijera eso, me tranquilizaba, porque sabía que lo iba a cumplir y sabía que en mejores manos no podía dejar mi bebé, él era la persona adecuada.

Un nuevo Amor ||COMPLETA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora