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Y como un balde de agua helada la realidad cayó sobre mí. Verla después de tanto tiempo era reconfortante. Nadie supo de ella desde el día que se fue, "Hasta hoy", pensó vagamente.

Lucy solía ser su mejor amiga, se podría decir que era parte de su familia, y haberla visto destrozada, con esa sonrisa tan rota... Quería gritar para después correr a su lado. Susurrarle que estaba con ella y que nada ni nadie le haría daño.

Pero él sabía que no iba a ser así de sencillo. "¿Por qué nunca volví a saber de ella?", esa pregunta rondaba por su mente. ¿Acaso ella no confiaba en él? Y tan sólo con pensarlo, la bilis se subió por mi garganta.

Había estado enamorado de ella hace ya varios años y, aunque no quisiera admitirlo, aquel sentimiento que creía ya muerto, volvió a nacer; porque cuando me di cuenta de que era ella, lo único que quería era estar a su lado.

Aunque también entendía que tal vez ella me guardaba un extraño rencor. Me lo merecía, la había abandonado. Sé que aquel día debí haber ido a detenerla al aeropuerto, pero era el doble de estúpido en ese entonces.

Arreglar todo con ella... Una sonrisa melancólica se asomó en mi rostro. ¿Podía hacer eso realmente? Nos conocíamos desde que éramos niños, años de amistad nos respaldaban pero ¿ella pudo haberme olvidado? Suplicaba que no fuese así. Quería que ella me recordara como yo lo hago.

Después de tanto tiempo, al fin el destino nos reunió. No me volvería a separar de ella, no volvería a permitir que ella se fuera de mis brazos.

Preguntas llegaban a mi cabeza al igual que granadas en una guerra. ¿Dónde estaban sus padres? ¿Qué ha hecho estos últimos años? ¿Por qué se fue de Mullingar? ¿Qué hace en Nueva York? ¿Estudia? ¿Trabaja? ¿El tal "Matt" era su novio? Tantas preguntas aturdían mi mente. No pensaba con claridad, el dolor de cabeza no tardo en aparecer.

Salí de mi burbuja y abrí los ojos, dándome cuenta de que todo este tiempo los tuve cerrados. Zayn me miraba fijamente, podía ver la preocupación por el rabillo de sus ojos.

― Amigo, ¿quieres algo? ¿Una aspirina? ― pregunto susurrando, quieto y tranquilo, como si hubiera sabido que mi mente estaba por explotar. Débilmente asentí para evitar mareos, aunque la cuidadosa acción no sirvió ya que los mareos y el dolor aumentaban. Cuando volteé a ver, este me extendía una pequeña pastilla blanca y un vaso con agua.

― Gracias ― dije débilmente, acto seguido me tomé la aspirina.

― No hay de qué ― dijo dándome una palmada en la espalda―. Rubio, no quiero ser entrometido y meterme en lo que no me importa pero, ¿la conoces? Me refiero a que, bueno, ¿conoces a Lucy? ― cuestionó curioso.

― Era mi mejor amiga ― solté. ―. Crecí junto a ella ― tomé el último sorbo de agua y cerré los ojos fuertemente cuando sentí mi vista nublarse. ―. La amaba, hubiera dado mi vida por ella.

Las memorias junto a ella se comenzaron a reproducir en mi mente. Tenía demasiadas a su lado, tantas que probablemente mueran con nosotros. Sonreí involuntariamente.

― Entiendo ― el murmuro de Zayn me sacó de mis pensamientos. ―. Niall Horan, ¿cierto?

― Así es ― dije volteando a verlo. El silencio reinó el lugar durante algunos segundos.

― Ella ha hablado de ti ― soltó viendo un punto fijo, suspire.

― ¿En serio? ― pregunté feliz. ― Pensé que se había olvidado completamente de mí, o que al menos, quería evitar todo lo relacionado con Irlanda.

― No le gusta hablar sobre su pasado, lo que nos ha contado es por el tiempo que llevamos conociéndola.

― ¿Llevamos?

new york city; nh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora