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The three musketeers. Maratón 1/2.

― ¿Sabes? Por más que ame a Eleanor creo que en verdad debías de haber seguido a Lucy―dijo Louis tomando un trago de su vaso rojo.

Estábamos en mi casa, solo nosotros dos, originalmente el plan era todos, bueno, a Louis prácticamente lo echaron de su departamento y teníamos alcohol para doce adolescentes y, Dios, teníamos mucho alcohol para solo nosotros dos. Louis y yo llevábamos aproximadamente dos botellas y media junto con más botellas de refresco y agua mineral. Eran ya las once con cincuenta y dos minutos de la noche, Dios, ¿no apenas eran las diez?

― En diez minutos es mi cumpleaños―dije mientras hipeaba.

― ¡Oh rubia! Que rápido creces―dijo el castaño llorando.

― No llores, me harás a mi llorar―dije al borde del llanto.

― Furby, es que, te amo tanto―dice mientras me abraza y llora en mi hombro.

― ¿Furby? ¿En serio?―rio― Dios, un apodo muy bueno―comienzo a reír mas y Louis se me une.

― Par de borrachos bipolares―dice molesta, ¿la silla?

Controla la bebida Niall. La frase citada por Zayn recorre mi mente pero la ignoro. En verdad estoy pasando un buen rato junto a mi mejor amigo Louis. Dos golpes a la puerta me sacan de mis pensamientos.

― ¡Los aliens han venido por nosotros! ¡Escóndete Niall!―dice asustado, sin pensarlo suelto una carcajada.

― Cálmate, solo es la puerta―y con esto, abro la puerta―, ¡Styles! Pensé que no vendrías, con Louis estamos acabándonos el licor nosotros solitos―digo como si fuera un gran logro que hay que gritarse a los cuatro vientos.

― Dios, ni siquiera es tu cumpleaños aun tarado, ¡la fiesta era mañana!―dice Harry cubriendo su mano con su cara, ¡es igualito al meme de facepalm!

― ¡Vamos, deja de ser amargado y toma un poco!―lo anima Louis pasándole un vaso rojo con una de las bebidas que él mismo prepara. Le pone un poco de refresco, después agua mineral y al final la bebida alcohólica que quieras, saben tan diferentes que Lou parece mago, Harry lo mira dudoso pero de todas maneras se toma la bebida del vaso.

Con el ruloso el ambiente mejoro. Hemos jugado shots, cantado y tomado mas, todos estamos tan borrachos, ¡y apenas han pasado diez minutos desde que Harold toco a la puerta!

― Ay, ay, ay, ay, ¡canta y no llores! ¡Porque cantando se alegra el cielito lindo los corazones!―comencé a cantar.

― ¿Qué mierda acabas de cantar?―pregunta Harry divertido.

― No lo sé, creo que es en español―respondo riéndome de lo estúpido que seguramente me veo.

― ¡Rubia! Oficialmente son las doce por lo que ya es trece de septiembre, ¡feliz cumpleaños!―dice melancólico Louis.

― Happy birthday to youuuuuuuuu, happy birthday to youuuuuuuu―dice Harry cantando.

― Te amo rubia―dice besando mi mejilla Louis.

― ¡Hey! ¡No soy gay!―grité reclamando mientras me tambaleaba.

― ¡Já! Eso no parecía cuando nos conocimos, ¿recuerdas?―pregunta riendo y sin darme cuenta, los tres ya nos quedamos sin aire por tanto reír.

― ¿Saben? Nosotros podemos ser el trío dinámico, ¡los tres mosqueteros!―dijo emocionado Harry, Louis y yo asentimos como dos pequeños.

― ¡Sí! Hay que marcarnos de alguna manera―opino.

― Uh, si, ¡ya sé!―grito el castaño de ojos azules mientras tomaba una pluma― Tú serás el mosquetero numero dos―dijo escribiendo algo en mi frente―, tú el tercero―dijo escribiendo mosquetero #3 en la frente del ruloso―, y que alguien me ponga mosquetero uno en la frente a mi―dijo sonriendo, tome la pluma e hice lo indicado.

― Uno para todos―dijo Harry extendiendo su puño.

― Y todos para uno―decimos Louis y yo al mismo tiempo chocando los tres puños a la par.

Desperté al día siguiente por mi alarma sintiendo como mi corazón ahora estaba situado en mi cabeza. A mi lado, dos chicas, ¿sin playera? No, no y más no, ¿qué paso ayer? Ambas se voltean dejándome ver sus rostros, ¡son Louis y Harry!

― ¡Chicos!―grité con voz ronca, mi cabeza dio una gran punzada― Por la puta―susurré quejándome.

― Cinco minutos más mamá―se quejo Edward cubriéndose más con la sabana.

― Me siento mal Ele―dijo esta vez Lou―, ¿te parece un blowjob para despertarme?―preguntó sonriendo con los ojos aun cerrados, yo puse mis ojos como plato y Harry se despertó de inmediato, ambos lo mirábamos horrorizados.

― ¿Qué mierda dijiste?―preguntó el ruloso en shock.

― Ay no mames―dice Louis al abrir los ojos y vernos―, díganme que no dije lo que iba para Eleanor.

― ¿No dije lo que iba para Eleanor?―pregunte nervioso.

― Ugh―dijo Harry poniéndose de pie―, no sé ustedes pero yo en verdad no quiero perderme las clases, no me gusta cuando tengo que ponerme al corriente y todo eso―termina haciendo una mueca.

Los chicos se fueron dejándome a mi solo para alistarme. Me bañé para después vestirme con jeans ajustados, una playera de basketball y mis lentes Ray Ban, no gafas, lentes como todo hipster que soy. Salí de mi departamento con mi mochila en la espalda y mi celular en el bolsillo. Hoy, a pesar de que debería de estar odiando al mundo entero por mi resaca, en verdad amanecí de buenas. Pase a Starbucks y ordene tres cafés americanos junto con dos muffins. ¿Ven? Soy todo un hipster. Llegue a la facultad temprano y vi donde siempre se encontraban a Eleanor y a Lucy, agradecí mentalmente por encontrarlas solo a ellas, ambas captaron su atención en mi, alce un café a la par en que alzaba una ceja, la novia del chico que amaneció pidiéndole un blowjob vino corriendo hacia mi dirección, sacudí mi cabeza para alejar aquel pensamiento.

― Para ti Eleanor―dije sonriendo mientras le extendía su Starbucks.

― Gracias, veo que alguien anda de buenas, feliz cumpleaños Niall―dijo abrazándome―. Por cierto, ¿sabes dónde está Louis?―pregunta preocupada.

― Debe de estar en camino hacia aquí―digo mientras la chica con ojos grisáceos llega junto a nosotros.

― Los dejo solos, nos vemos en el almuerzo chicos―se despide con la mano mientras se aleja del lugar.

― ¡Nialler!―grita Lucy y se tira literalmente a abrazarme, suelto un divertido quejido― Feliz cumpleaños idiota―dice sonriendo.

― Gracias, por cierto, te traje un panquesito y un café a ti también―dije besando su mejilla y darle la bolsa en donde contenía lo acordado, pude apreciar como sus mejillas se enrojecieron mientras sonreía nerviosa.

― Hey, no se supone que hoy tu deberías de andar dando regalos, ¡es a viceversa!―dijo divertida― Yo te tengo un obsequio, pero te lo daré a final de la jornada―hizo una mueca―, ¿tienes algo que hacer después de clases?

― Nop―respondí sonriendo.

― Genial―me sonrió también―, deberíamos de ir a clases.

― Te acompañó―le digo, cuando está a punto de oponerse yo hablo―, y no acepto un no por respuesta―digo juguetonamente.

― Esta bien―suspira―, vamos, me tienes que dejar y aparte necesitas llegar a tu clase.

Me di cuenta de que solo habían ya muy pocos afuera donde nos encontrábamos, faltaban todavía treinta minutos para que empezaran formalmente las clases. La abrace de lado y comenzamos a caminar hasta su salón, sentía sus nervios, hasta que se relajo y hasta apoyo su cabeza en mi pecho. Cualquiera que nos viera diría que somos una pareja, una pareja. La deje en su aula y me fui a la mía, deseando que todo acabara para ir con ella, ¿qué podría ser mi regalo? No lo sé, pero lo que sea que venga de ella es simplemente, simplemente perfecto.

new york city; nh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora