0 4 0

773 51 0
                                    

Goodbye.

Where's the good in goodbye?

Las llamadas a sus padres, amigos, mis padres, las lágrimas, los llantos y las súplicas eran algunas de las cosas que ese par de días había tenido que superar. Halle su cuerpo esa misma noche.

La desesperación recorría cada parte de mi ser. Aún no podía asimilar todo, no podía creerlo.

— Tenemos que ir a la estación policíaca, no sabemos si en verdad está muerta, y si es así debemos de encontrar su cuerpo —murmuré ido, no procesaba nada, decía todo lo que mi cerebro pensaba en esos momentos—. ¿Sabes? Soy papá de una niña preciosa.
— ¿Te lo dijo antes de que ella muriera? No entiendo nada. Niall, explícame qué es lo que sucedió.
— Llegué a casa y no la encontré, lo único que encontré fue una grabadora en donde me decía todo. Soy papá Harry, soy papá.
— Lo sé —suspiró éste ayudándome a levantarme—, tiene tiempo que lo sé.
— ¿Por qué nunca me dijiste eso?
— Lucy me pidió que guardara el secreto. Demonios, nunca pensé que todo esto terminaría de esta manera.

Fuimos a la estación policial lo más rápido que pudimos. Le explicamos todo y me interrogaron. Al parecer yo era el principal sospechoso debido a lo en la grabación se escuchaba. No tardaron mucho en encontrar su cuerpo. Se encontraba en el departamento que solía ser suyo y que por alguna razón no había sido habitado. La hallaron en la bañera, esta llena y sin ningún rastro de sangre. Su cuerpo... Ni siquiera parecía ella; su piel pálida, sus labios morados, grandes ojeras en sus ojos y su cara realmente estaba demacrada. Le realizaron una autopsia y se dieron cuenta de la realidad, se había suicidado con una sobredosis de pastillas para dormir; eĺa no sufrió mientras lentamente moría, para ella simplemente era caer a los brazos de Morfeo una vez más, había caído en el sueño eterno.

Me vestí de traje negro, corbata del mismo color y playera negra acompañado por mis zapatos negros. Para terminar me puse mis RayBans oscuras, ocultando las ojeras que tenía debajo de mis ojos y que estos se encontraran también rojos. Hoy sería su entierro. Hoy me despediría de ella. Hoy una parte de mi la sepultarían junto con su cuerpo.

Su madre, su madre estaba tan devastada que la bilis se me subía a la garganta con tan solo verla. ¿Cómo podía ser tan cínica y actuar de esa manera? Había dicho que no cuando Lucy necesitaba su apoyo, ¿y ahora venía a fingir como si nada de esto fuera su culpa? Yo sabía lo que decía, a decir verdad, siempre cargaré en mi espalda parte de la culpa sobre su muerte, porque sabía lo indescutible.

¿Hubieran sido las cosas diferentes si yo nunca hubiera venido a Nueva York? Por supuesto que sí. Ella seguiría aquí, aunque tal vez no. Nunca se sabría realmente, ya que el hubiera no existe. Las cosas pasan por diversas razones, pero a final de cuentas, todas son lecciones que la vida nos da para ser fuertes.

El sonido de la puerta de mi habitación  siendo golpeada me sacó de mis pensamientos, corrí a abrir esta, era Rach. Sin pensarlo dos veces, se aventó a mis brazos para comenzar a llorar desconsolada. Yo me limite a soltar una que otra lágrima.

— ¿Por qué lo hizo? —preguntó la castaña sin dejar de llorar.
— No lo sé —respondí sincero—. Hubiéramos podido formar una familia hermosa, tal vez me habría enfadado un poco con ella, pero al final del día, hubiera formado una familia a su lado sin dudarlo ni un segundo.

Para desgracia de Niall, el hubiera no tiene espacio en esta historia.

El día en Mullingar parecía no saber que para mi era uno de los peores momentos de mi vida. Estaba soleado y hacía un poco de calor. La madre de Lucy había pedido que se enterrara el cuerpo de mi amada en aquella pequeña ciudad en Irlanda. Los chicos habían viajado hasta aquí para darle el último adiós a la chica. Louis, Rachel y Zayn se quedaron en la casa de los padres de Harry, y Sophia, Liam y Matthew en la casa de mis padres.

new york city; nh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora