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Minnie & Mickey Mouse.

― Sé que es tarde―susurra Lucy―, pero sinceramente no me quiero ir de aquí.

― Ha sido una muy linda velada, ¿no crees?―ella asiente― Pronto, cuando ya pueda caminar, haremos más, mucho más cosas como esta, te lo prometo.

― Eso espero sinceramente, no quiero que esto acabe nunca, daría lo que fuera por dar pausa a todo y quedarnos así.

― Todo tiene un fin―suspiro―, y esto pronto tendrá uno.

Estábamos sentados juntos, con las manos entrelazadas, tratando de soportar el frío y contemplando las estrellas a millones de kilómetros de dónde nos encontrábamos.

― Se me antoja un chocolate caliente.

― Con bombones y crema batida―añado.

― Mmm―ronronea―, sería delicioso.

― Ya lo creo, aunque sinceramente solo hay un chocolate caliente que gana y esclaviza mi paladar con cada sorbo.

― ¿El de tu madre?―pregunta divertida.

― ¡Obviamente! Sí que me conoces. Dime, ¿qué se siente tener un novio tan guapo?

― No lo sé, pregúntale a Emma Roberts.

― Já, que graciosa me saliste.

― Lo sé, lo sé, una de las cientos de cualidades del por qué eres mi novio.

― ¿Te digo un secreto pero no se lo dices a mi novia?―pregunto en susurro, ella asiente divertida― Solo estoy con ella porque me consiente como si fuera un niño.

― ¡Niall!―me reprocha y yo le enseño mi lengua.

― ¡Te dije que no le dijeras a mi novia Lucy!

― Idiota―dice poniendo los ojos en blanco.

― Oh Lucy Worminson, ¿me has volteado los ojos?―pregunto tratando de sonar ofendido.

― Si, ¿algún problema con eso?―me reta.

― Por supuesto que tengo un problema. Solo por eso ahora no tendré más remedio que castigarte haciéndote cosquillas.

Entonces nuestro pequeño juego de niños comenzó. Empecé a hacerle cosquillas y ella a reír a carcajadas. La tenia bien sujeta para que no huyera ya que yo no podría ir tras de ella. Me daban ganas de reírme, no por la situación o algo parecido, simplemente era que su risa me daba risa, algo confuso.

― Para―menciona como puede la castaña―, no puedo más.

― Di "Niall es el novio más guapo y sexy del mundo" y te dejare de hacer cosquillas.

― ¡Niall es el novio más guapo y sexy del mundo!―grita y yo inmediatamente paro.

― Así me gusta linda.

Y esa fue una cita que jamás olvidare, ya que fue única, especial y llena de magia.

A los pocos días el reposo total había dado fin, ya podría caminar. Al levantarme me sentía como Bambi recién nacido o una chica que no está acostumbrada a usar tacones, las piernas me temblaban exageradamente por lo que los médicos decidieron darme una clase de bastones para poder tener mayor movilidad y desplazamiento. Ahora me encontraba en la casa de Justin, según él tenía una noticia importante que decirnos.

― Es importante, en serio―comienza a hablar el canadiense―, solo que realmente no sé si contárselos o no.

― Deja el dramatismo a un lado y dinos de una buena vez qué es lo que ocurre.

new york city; nh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora