Enamorado de San Potter. →Drarry ←

Capítulo 57.

Harry miró con incredulidad a Luna, pues el verla en su habitación le parecía sumamente raro.

Aunque pensándolo bien, estaba enfermo, Luna era compañera de Draco, por ende podría saber de su situación y solo quería venir a visitarlo.

Aunque de la manera mas rara y misteriosa.

—Hola Luna. —saludo Harry levantandose de la cama.

Luna le sonrió, no contesto.

Se acerco a la cama y se sento en el borde, su pelo estaba totalmente alisado, sus ojos eran de un bello color azul, y tenia unas ojeras muy pronunciadas.

—¿Has venido a visitarme? —interrogo el moreno.

Luna asintió.

—¿Y porque no hablas?

Luna llevo su mano a la garganta, con una mueca de dolor.

—Ahh vale. Te duele la garganta, ¿verdad? —dijo Harry relajandose más, se volvió acostar en la cama.

Luna asintió.

—Aún así, gracias por venir. Ya me siento mejor. —Luna nego, se levanto y se acerco mas en la cama, ya iba por los lados de los pies de Harry.—¿No me ves curado?

Luna volvió a negar.

Con su mano derecha, toco la frente de Harry, dejandolo sin aire.

Pasandola de arriba a bajo, tocando su mejilla y parte del labio.

Sonrió de una manera poco agradable, y se alejo rápidamente de él. Posicionandose al lado de la puerta, otra vez.

—¿Que haces? —musito Harry ya algo asustado.

Luna tomo su varita, y cerro la puerta con un hechizo, volvio la vista a Harry.

—¿Luna que haces? ¡basta! Me asustas. —El moreno comenzó a buscar su varita, la cual estaba en el mueble, al lado de Luna.

Maldijo.

—¿Asustado, Potter? —interrogó al fin Luna, con una voz gruesa y despampanante.

Harry le observó fijamente, y vio como sus ojos tomaban otra forma, su pelo cambiaba drásticamente a un tono rosa, y se cortaba hasta los hombros, su piel se quedaba palida y complexión se extendía un poco más.

Su rostro desfiguro completamente, hasta quedar en aquella persona que creyó no volver a ver hasta el día de su muerte.

—No es posible.