Enamorado de San Potter. →Drarry ←

Capítulo 40.

La cena transcurrió normal, Harry se alegró al ver a su amiga antigua de ravenclaw sentada al lado de su tesoro, con platillos exquisitos que el casi ni preparaba.

Hablaron de las vacaciciones de Luna y de su novio Scamander, que volvería al hospital san mungo para poder ayudar a Draco, el cual esta dispuesto a pedir unas vacaciones ya que llego su remplazo.

Luna se fue feliz y pensativa, se despidió de Teddy intentando decirle algo al oído, pero el niño hizo caso omiso y siguió riendo junto a Harry, a final, ambos padres terminaron acostando al pequeño de pelo azul en su cama, llenándolo de osos de felpa y serpientes para que pudiera descansar.

—Me alegró ver a Luna. —comentó Harry mientras buscaba ropa en su closet.

Draco había traído unas prendas de él para dejarlas en el hogar de Harry, más no vivía con él. Claro que no.

—Es genial, la verdad fue algo absurdo que ustedes le criticaran hace unos años solo porque estudiaría conmigo.

—Eramos críos. Me disculpó Draco. —se acerco a él y le tomo el rostro en sus manos. —Lo que paso quedo en el pasado, me has demostrado ser alguien diferente, has cambiado, no eres malo ni dañino, eres vida y me llenas de alegría, así como lo haces con Teddy. No me arrepiento de que fueras tú quien atendiera a mi pequeño.

—Y yo no me arrepiento de ser su doctor. — Draco sonrió, se acerco al chico y con cautela, beso su frente, luego descendió a su nariz, de lado a lado beso sus mejillas, y termino llegando a esos exquisitos labios.

Harry gimió debajo de su textura, complacido... Luego recordó que debía darse un baño.

Se separó un poco de él, y le sonrió perverso.

—Lo siento señor Malfoy, pero me temo que debo dejarle hasta aquí.

—¿Porque? —cuestionó Draco siguiendole el juego. —Si me han comentado que soy un experto ahorrando agua.

—¿A sí? — Harry se acercó a la puerta del baño, Draco no le perdía la mirada.

—Sí.

Harry se desprendió de la camiseta.

—¿Cuanto ahorra usted de agua al día señor Malfoy?

Se cayo el pantalón.

—Muchos litros. —susurró socarrón.

Se quitó los zapatos.

—Me encantaría saber ese tipo de ahorro.

Se desprendió de su bóxer.

—Para mi es todo un arte enseñarle, Potter.

Editado, abril 2.