Capítulo 35.

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El día era frío y lluvioso, Draco estaba despierto, contemplando aquel cuerpo que con tanto anhelo beso y recorrió anoche con fervor.

Con sumo cuidado, paso su mano por toda la espalda del moreno, recorriendo cada lunar, cicatriz, imperfección que el tanto degustaba.

Harry se removió, pero no por incomodidad, si no por escalofríos que recorría todo su cuerpo. Sintió las yemas de Draco, acariciándolo con tal delicadeza, que emanaba puro amor.

-Buenos días. -dijo el moreno al fin, abriendo los ojos y volteandose a verle.

-¿Cómo Estás? -preguntó Draco.

-Debo comenzar a trabajar hoy... Creo que me sentiría mejor estando mas tiempo aquí en tus brazos. -y se arrimo más al rubio, colocando su cabeza en el torso de Draco y rodeándole con sus fuertes brazos.

Draco sintió un choque eléctrico por todo su cuerpo.

-Vamos, debes arreglarte.

Harry se levanto con cuidado y comenzó a quitarse el pantalón de seda, quedando solo en boxers. Draco le recorrió sin pudor, y se levanto de la cama, acercandose a él cauteloso.

-Tengo una idea. -dijo el rubio mientras pasaba su lenga por sus labios.

-¿Cuál? -cuestionó el moreno como quién no sabe de la cosa.

Draco se acerco a él, acorralándolo en la pared del baño, con sumo cuidado, mando sus manos a los boxers de Harry, y los bajo de sopetón. La erección del moreno estaba a plena vista.

-Debemos ahorrar agua.

-Ahorrar es mi parte preferida. -murmuró Harry con voz gruesa.

-Perfecto. -sonrió Malfoy antes de irse por aquellos labios tan aperitivos.

Editado, 2 abril.

Enamorado de San Potter. →Drarry ← Donde viven las historias. Descúbrelo ahora