Terminamos tumbándonos en el suelo de la azotea y miramos las estrellas durante un rato. El cielo estrellado que se veía desde Corea era muy diferente al que se veía desde España.
- Promesa cumplida – me dijo de repente. Recordé que la noche en que nos declaramos, habíamos prometido ver juntos las estrellas en algún momento. Sonreí.
- Hubiera sido mejor verlas en verano, seguro que hubo alguna lluvia de estrellas... Pero no hubo ocasión.
- Prometamos entonces verlas el próximo verano – me tendió su meñique.
- Claro – enlacé mi meñique con el suyo. Sentí algo de frío y me abracé a mí misma.
- ¿Tienes frío? – me preguntó. Me acerqué más, apoyé mi cabeza sobre su pecho y me abracé a él.
- Ahora ya no – afirmé. Él me envolvió en sus brazos y me besó el pelo.
Pasamos un rato más en silencio, abrazados de aquel modo. Hacía un rato que yo había dejado de prestar atención a las estrellas y me había concentrado en escuchar su respiración, pausada y relajada.
- Jaehwan...
- ¿Sí?
- Quiero que hagamos otra promesa – le dije.
- ¿Cuál?
- Verás... La verdad es que no tengo ni idea de cómo es tu trabajo. Tengo mucha curiosidad por que me lo cuentes. O me lo muestres. O las dos cosas - hice una pausa. – Cuando vuelvas del viaje... ¿Me lo mostrarás?
- ¿No quieres irlo viendo por ti misma? Puedes encontrar bastante material en internet.
- No. Quiero verlo contigo – afirmé. – Así también puedes contarme detalles o anécdotas que nadie más conozca. Como privilegio de novia – sonreí. Me acarició la cabeza.
- ¿Y si resulta que te haces fan de alguno de mis compañeros?
- ¿No puedo?
- Por supuesto que... no. Tienes que ser mi fan. Definitivamente – me advirtió. Me reí.
- ¿Y si resulta que ya lo soy?
- ¿Ya lo eres? ¿Cómo es posible?
- Te he escuchado cantar varias veces en el coche – le recordé.
- ¿Y eso es todo? ¿Así de fácil es conquistarte? Entonces mis compañeros no tardarán mucho en conquistarte también. No. Me niego - me chinchó.
- ¿No puedo ser fan de todos? – hice un puchero.
- No – me abrazó más fuerte y me susurró: - Mía.
- ¿No hay promesa? Bueno, lo veré por mí misma. Si lo veo por mí misma no hay condiciones, ¿no? Entonces lo haré sola – hice un intento de separarme de él e incorporarme, pero me retuvo.
- Está bien. No hay condiciones. Yo te lo mostraré y puedes ser fan de quien quieras – me tendió su meñique. Sonreí.
- Buen chico – le revolví el pelo y de nuevo entrelacé mi meñique con el suyo. – Es una promesa, entonces.
Aquel fin de semana él tenía muchas cosas que preparar y no íbamos a poder vernos más antes de su viaje, así que le deseé un buen viaje y le volví a recordar que le quería.
Ese fin de semana y toda la semana siguiente, aprovechando que no le iba a ver, me dediqué a terminar con la traducción en japonés, y avancé bastante con la traducción en inglés. La parte más difícil había sido entender los acontecimientos históricos que la guía relataba y traducirlos en japonés, una vez todo entendido, la traducción en inglés era mucho más rápida y sencilla. Calculé que si seguía a ese ritmo, podría tenerla acabada incluso antes de la fecha límite. ¡Bien por mí!
También llamé a Carol para contarle todo lo que había sucedido y cómo lo habíamos arreglado todo, la pobre estaba realmente preocupada porque se había ido de vacaciones dejándome sola después de todo el incidente.
Jaehwan volvió a principios de Noviembre. Durante las 2 siguientes semanas se dedicó a cumplir su promesa y cada vez que podía venir a casa, dedicábamos un ratito a que me enseñase y me hablase de sus trabajos.
- Así que sí que sabes bailar... - dije una noche a principios de semana tras observar algunos de los vídeos musicales. - ¿Por qué cuando intentamos bailar en la casa rural no fuimos capaces? ¿Estabas fingiendo que no sabías? – Jaehwan rió.
- En absoluto. Pero como ves, no suelo bailar con pareja – señaló. – Además... Mi pareja dijo que ella no sabía bailar. Fue todo culpa suya.
- Es verdad, fue culpa mía – reí. – Y aún no he aprendido.
- ¿Practicamos un rato?
- Claro – sonreí.
Nos pusimos de pie y nos dirigimos al espacio que había entre la barra de desayuno y el sofá. Esta vez Jaehwan colocó mis manos detrás de su cuello y las suyas en mi cintura. Nos balanceamos sin música.
ESTÁS LEYENDO
No pude esquivarte
FanficAlice es una joven española que tras terminar su carrera de Estudios de Asia Oriental, decide emprender un viaje a Corea del Sur, para conocer mejor su cultura y poner en práctica los conocimientos adquiridos durante sus años en la universidad. Lo q...