61. Cita navideña con VIXX

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El ratito de trabajo con Hakyeon fue realmente divertido. Yo no sabía bailar, pero de verdad él era capaz de llevarme sin ningún tipo de esfuerzo, incluso sin música. De verdad se le daba bien bailar. Una vuelta por aquí, un giro por allá, ahora abrazados, al momento siguiente separados... La directora nos daba algunas órdenes de vez en cuando para que nos colocásemos en algún ángulo diferente, pero la mayor parte del tiempo nos dejó desenvolvernos solos, y la verdad es que conseguí olvidarme de las cámaras y disfrutar como si aquella cita fuese real.


Al terminar, nos enseñaron las fotos en la pantalla de un ordenador. Habían hecho un montón, y todas ellas realmente preciosas. Mi favorita fue una que habían capturado en un momento en que Hakyeon me había hecho girar sobre mí misma, haciéndome quedar de espaldas a él, y él me había abrazado por detrás. En ese momento no me había dado cuenta, pero al verlo en la foto, me di cuenta de que la cara de Hakyeon estaba tan cerca de la mía como si me estuviera contando un secreto al oído. Creo que esa también fue su favorita.


Mientras el equipo preparaba el siguiente escenario, regresé a la zona de camerinos para ponerme mi siguiente atuendo. Esta vez tenía que vestirme de forma bastante casual, unos pantalones azul eléctrico y un jersey muy gordito de color rosa que tenía un lindo dibujo de una conejita. En los pies, zapatillas, pero no deportivas, sino zapatillas de estar por casa. Apenas modificaron mi maquillaje, aunque sí lo retocaron, y el peinado lo cambiaron un poco y lo hicieron más simple, aunque también era un semi-recogido. Cuando estuve lista, regresé a la zona del set, donde al parecer, aún les quedaba trabajo por hacer. Estaban poniendo una decoración que recreaba una pared de ladrillo en la que había incrustada una chimenea.


Entre tanta gente que iba y venía, encontré a Hongbin, que estaba sentado en una silla mirando las fotos que me había hecho con Hakyeon.


- ¿Te gustan? – le pregunté posando mi mano sobre su hombro.

- Quedaron muy bonitas. Estoy robando ideas.

- ¿Robando ideas?

- Por el próximo rato, eres mi novia. Tengo que estar a la altura – dijo sonriendo. Sentí que me ruborizaba.

- ¿Cuál será tu cita? – pregunté.

- Una cita en casa, acurrucados frente a la chimenea – me explicó.

- Ohh... Es una idea genial. Me encantan las citas caseras – afirmé. – Pero con la chimenea encendida, no podrá venir Santa – señalé. Hongbin se rió.

- Que entre por la puerta – asentí con la cabeza y observé al equipo trabajar.

- ¿Has desayunado? – me preguntó.

- No...

- Ven, vamos a buscar el comedor. Aquí todavía les queda un rato de preparación - Hongbin se puso de pie y tiró de mi muñeca. Me fijé en que su ropa era casi igual a la mía, aunque su jersey era de color azul clarito y el dibujo era claramente un conejito. Llevábamos jerseys "de pareja". Adorable.


Mientras desayunábamos en una sala contigua que habían habilitado a modo de comedor, me di cuenta de que ya eran cerca de las 9 de la mañana. Ya hacía 2 horas que habíamos llegado, y el tiempo estaba pasando volando. Después de llenar nuestros estómagos, regresamos al set, donde ya estaba casi todo preparado. La directora se acercó de nuevo a nosotros para explicarnos el concepto del nuevo escenario.


Lo primero que nos pidió fue que nos quitásemos los jerseys. Nos hicieron algunas fotos como si estuviéramos intercambiando regalos. Al abrir los regalos, descubríamos que eran esos jerseys "de pareja". Después de ponérnoslos, nos cubríamos con una manta y nos acurrucábamos frente a la chimenea. La cita de Hongbin era muy tierna y requería mucha cercanía. Sin duda, una de las fotos que más me gustaron cuando las revisamos después fue una en la que teníamos unidas nuestras frentes y nos mirábamos sonriendo.


La siguiente cita era con Taekwoon y el set se transformó en una cocina. Mi atuendo cambió poco, tan sólo tuve que cambiarme de jersey y ponerme encima un delantal, aunque me hicieron un recogido completo en el pelo y me devolvieron mis gafas. Un look cómodo para cocinar. En esta ocasión, la directora me pidió que actuase como si Taekwoon fuese el cocinero que me estaba presumiendo sus habilidades culinarias. Tenía que parecer emocionada mientras él "cocinaba". A pesar de que era el miembro de VIXX con el que menos había hablado, en el momento de actuar me sentí tan cómoda como con los demás. Taekwoon cambiaba por completo delante y detrás de las cámaras y eso en sí mismo me generaba admiración. Quizá gracias a eso, al hecho de estar viendo una nueva faceta de él, fue fácil conseguir las expresiones que la directora buscaba. De las fotos que me hice con él, mi favorita fue una en la que estaba aplaudiéndole por el plato que había cocinado y él sonreía rascándose la cabeza algo avergonzado.


Tras terminar la cita con Taekwoon, los chicos estaban esperándonos para ir a comer. Ya era la 1 de la tarde. De nuevo acudimos al lugar que habían habilitado a modo de comedor, donde habían dispuesto un catering para que tanto nosotros como todo el equipo comiéramos. El trabajo en el set parecía no cesar nunca, mientras unos trabajaban, otros descansaban, y así es como todo seguía adelante, despacio, pero sin pausa.


Durante la comida, los chicos estuvieron hablando de la entrevista que les habían estado haciendo. A Wonsik, Jaehwan y Hyuk no los había visto en toda la mañana, pero al parecer, habían tardado bastante poco en hacer esa entrevista. Cuando pregunté qué habían hecho el resto del tiempo, me dijeron que habían estado durmiendo en la furgoneta o en los camerinos, y entonces entendí a qué se refería Jaehwan cuando me había dicho que en su trabajo había muchísimos ratos muertos.


La siguiente cita que tenía tras la comida era con Wonsik. Su escenario era una tienda, una boutique de estética muy parecida a la que nos estaba proporcionando la ropa para esa sesión de fotos. Para esa cita tuve que cambiarme varias veces de ropa, ya que tenía que parecer que me estaba probando diferentes modelitos y enseñándoselos a mi primer novio de la tarde, al que, por cierto, parecían gustarle todos por igual.


- ¿Pagarás tú? – pregunté en bromas.

- Claro... – me dijo Wonsik.

- Genial. ¡Póngamelos todos, por favor! – levanté la mano en busca de una dependienta inexistente. – Dice que paga él - Wonsik rió, se mordió los labios y movió la cabeza de un lado a otro. Escuché risas entre el equipo. El retrato de aquella escena fue mi favorito de aquella cita.

No pude esquivarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora