53. Oferta a una anónima

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- ¿Nos hacemos una foto? – me dijo Jaehwan sentándose a mi lado después de haber cantando él solito una canción.

- Claro – respondí sonriendo. Él sacó su teléfono, me abrazó por la cintura y nos hizo una foto a ambos.


De nuevo empezaron a pelearse haciendo bromas y diciendo que todos querían hacerse fotos.


- En realidad... Me gustaría hacerme una foto con cada uno, si no os importa – me atreví a decir. ¿Quién en su sano juicio dejaría pasar una oportunidad como aquella? – Prometo no hacerlas públicas – añadí.


Los chicos estuvieron de acuerdo, así que uno a uno, me fui cambiando de sitio y haciendo fotos con cada uno de ellos. Y después de las fotos, comenzó el intercambio de teléfonos y datos de contacto, para pasarnos las fotos unos a otros.


- ¿No crees que les encantaría? – le preguntó Hakyeon a Jaehwan mientras le enseñaba algo en su teléfono. Yo estaba sentada frente a ellos, atrapada entre Hyuk y Taekwoon. Jaehwan me miró serio.

- ¿Qué? – pregunté sin entender.

- Verás, tenemos una sesión de fotos para una revista dentro de unas semanas y están buscando a una modelo para que salga con nosotros – me explicó Hakyeon.

- ¡Qué buena idea! – Hongbin me miró de arriba abajo con tal descaro que me sentí avergonzada. – Es perfecta – los demás asintieron.

- ¿Te gustaría intentarlo? – preguntó Wonsik.

- ¿Qué tipo de fotos son? – pregunté.

- "Cita navideña con VIXX" – recitó Taekwoon.

- ¿Cita navideña? – pregunté sin entender.

- La idea es que nos hagamos fotos con la modelo como si tuviéramos una cita con ella, cada uno en un escenario diferente – explicó Hyuk.

- Ohhh... ¿Y pensáis que yo...? – miré a Jaehwan. Seguía serio. – Pero nunca he hecho algo así, y seguro que hay modelos mucho más experimentadas y guapas...

- Están buscando a alguien anónimo – me informó Wonsik.

- Si te parece bien, podemos hacerte algunas fotos, pasárselas a nuestro mánager y que él se ocupe de hablar con el equipo – dijo Hongbin.

- Oh, bueno, no sé... - me sentía algo intimidada por la oferta tan repentina.

- No garantizamos nada, pero por intentarlo... - añadió Hakyeon. Jaehwan seguía sin decir ni una palabra. Me pregunté si se había enfadado.

- ¿Puedo pensarlo y daros la respuesta en unos días? – pregunté. Necesitaba hablar con él antes de tomar ninguna decisión. – Nunca he hecho un trabajo así y no sé si me atrevo – confesé.

- Claro – respondió Hakyeon sonriéndome. Jaehwan pareció aliviado.

- ¿A quién le toca cantar? – por fin habló. - ¿O canto otra yo solo? – Taekwoon se levantó de inmediato y le quitó el micrófono de las manos. Los chicos estallaron en carcajadas y Jaehwan hizo un puchero.


Aproveché la ocasión para escaparme de mi sitio entre Hyuk y Taekwoon y me senté de nuevo al lado de Jaehwan. Él apoyó su cabeza sombre mi hombro, como si fuera un niño buscando consuelo. Le acaricié la cara.


- ¿Cantamos una después? – le ofrecí.

- ¿Tú y yo? – preguntó emocionado. Asentí. Jaehwan se incorporó y le robó el libro de canciones a Hakyeon, que lo estaba ojeando. Cuando se lo quitó de las manos, Hakyeon le atravesó con la mirada. Me reí.


El resto de aquella inolvidable velada transcurrió de forma agradable entre bromas, canciones y muchas, muchas risas.


Tras despedirnos de los chicos, Jaehwan me llevó de vuelta a casa en su coche. Como aún era pronto, le invité a subir de nuevo a casa para tomar un café. Aunque al día siguiente tenía que trabajar, aceptó la invitación.


- Ten – le tendí una taza de café y me senté a su lado en el sofá. Bebió un sorbo, la dejó sobre la mesita y se tumbó sobre mi regazo, boca arriba. Le acaricié la cara. - ¿Estás cansado? – le pregunté.

- Un poco – respondió. – Entre ayer y hoy hemos hecho el ejercicio de toda una semana. – dijo con una sonrisa pícara. Me reí.

- Gracias. Ha sido un cumpleaños inolvidable – Jaehwan agarró mi mano libre y la llevó a sus labios.

- Te quiero – me dijo mirándome a los ojos.

- Y yo a ti.


Estuvimos un momento en silencio, mirándonos y acariciándonos.


- Oye... ¿Te has enfadado antes? – pregunté recordando lo serio que se había puesto en el karaoke. – Cuando me han ofrecido ser la modelo de esa sesión de fotos, te pusiste muy serio...

- No era enfado, sino preocupación.

- ¿Preocupación por qué?

- ¿Recuerdas lo que hablamos antes sobre proteger tu intimidad? – me preguntó. Asentí.

- ¿No crees que sea buena idea que lo haga? – pregunté.

- En realidad me encantaría que fueras mi compañera de trabajo por un día... O por siempre. Me encantaría compartir una pequeña parte de mi mundo contigo – admitió. – Pero esas fotos van a ser publicadas y no sabemos qué recibimiento tendrán.

- ¿Las fans se enfadarán? Pero de todas formas vais a haceros esas fotos con una chica...

- No es por la reacción de las fans. ¿Y si alguna agencia se fija en ti y te empiezan a pedir que trabajes para ellos?

- ¿Tan malo sería? – pregunté curiosa.

- Podría ser el principio de tu camino hacia la fama – me advirtió.

- La verdad es que no lo había pensado... Pero no creo que lo de hacer de modelo sea lo mío. Me gustan mis trabajos de librera, niñera y traductora, en principio no es algo que quiera cambiar - bebí un sorbo de mi café. – Había pensado que una vez, como experiencia, quizá sería divertido, pero eso es todo.

- ¿De verdad? – me preguntó. Asentí con la cabeza.

- Para empezar, no es seguro que me vayan a elegir, ¿verdad? Pero bueno, en el supuesto caso de que terminase haciendo este trabajo, si después de eso llegasen más ofertas de modelaje, cosa que realmente dudo... Seguramente las rechazaría.

- Está bien.

- ¿No quieres que me haga famosa? – bromeé. – Quizá podríamos trabajar juntos más a menudo.

- O quizá empezarías a relacionarte con otra gente y conocerías a un chico que te guste más que yo... – respondió con seriedad.

- ¿Así que por eso no te agrada la idea? – reí. – Pero yo podría decirte lo mismo. ¿No trabajas todos los días con chicas guapísimas?

- Todos los días no... Sólo de vez en cuando – enarqué una ceja. – Pero no tengo ojos para ellas. – añadió.

- Lo sé. Confío en ti – le aseguré sonriendo.

- No me malinterpretes, no es por nada de eso, de verdad. Es sólo que no te das cuenta de lo valiosa que es la vida anónima hasta que la pierdes – hizo una pausa.- Si quieres hacer esa sesión como una experiencia, me parece bien. Y si después recibes más ofertas, hagas lo que hagas, también me parecerá bien. Sólo quiero que antes de lanzarte seas consciente de lo que puede conllevar.

- Está bien. Como te he dicho, creo que lo haría por tener una experiencia, nada más. De verdad que no está en mis planes cambiar de trabajo, me gustan demasiado los que tengo.

No pude esquivarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora