#11 Kid

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ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍ



Lee Minho caminaba de un lado a otro, con la vena inflada y los puños apretados. Su primo Bang Chan estaba recostado en su cama, mirando una revista con tranquilidad mientras le preguntaba de forma nula y tosca, por tercera vez, qué tanto podría molestarle.

—¡Ese niño! —gritó Minho después de la quinta pregunta, con los dientes apretados—. Me molesta todo el tiempo. “Hyung, me raspé la rodilla” “Hyung, me duele la pancita” “Hyung, un niño me pegó”. ¿Sabes qué edad tiene? ¡Veinte! Y actúa como un niño pequeño y molesto, una garrapata pegada en mi trasero.

—Minho, ¿de qué niño hablas?

—¡Han Jisung! —señaló la ventana—, mi vecino del edificio contiguo.

Chan hizo memoria, y entonces recordó a un muchacho que se le había acercado una vez mientras estaba en el ascensor, le habló hasta por los codos al tiempo que subían y le preguntó si era el novio de Minho. Chan lo recuerda como un chico lindo, lleno de energía y un un manojo de nervios, con voz aguda, inquieto y charlatán.

—Oh —soltó—. Me lo crucé una vez, en este edificio, venía hacia aquí y me atacó de preguntas, también me dijo muchas cosas de su vida. Le gustan los perros.

—Chan, no es divertido. Quita esa sonrisa de tu cara.

—¿Te dijo por qué ese otro niño le pegó? —preguntó Chan, ignorando completamente la amenaza de Minho.

—¿Y eso cómo viene al caso?

Chan entrecerró los ojos y bajó la revista.

—Bien, dijo que fue un niño de la escuela. Ese chico no va a la escuela, Chan.

—¿Has pensado que tiene retraso mental o algo así?

Minho dejó de dar vueltas en el piso de su casa y miró a Chan con las cejas unidas en un vago intento de convertirse en una.

—Lo que sea, no tengo paciencia y me harta. ¡Todo el tiempo hablando! Llego del trabajo con la cabeza explotándome, muerto de sueño y me intercepta todos los días en el maldito ascensor, a veces en los pasillos. Ni siquiera sé qué demonios hace en mi edificio.

—Espero que nunca le hayas dicho algo malo, Minho —dijo Chan, incorporándose en la cama—. Un niño no tiene por qué comerse tu mal humor.

—No —dudó—. Ya te dije, no le hago caso.

—¿Ya probaste con cambiar tu horario?

—¿Por qué cambiar mi horario? ¿Por qué tener que soportarlo, o adaptarme a él?

—No digo que lo soportes, digo que lo evites.

—¡He tratado de evitarlo! ¡Siempre sabe dónde estoy! ¡Parece brujo!

—Bueno, bueno —Chan alzó sus manos—. ¿Qué te hizo ahora, que estás tan molesto?

—¿Acaso no ves mi cabello mojado? —se señaló, molesto—. De alguna manera sabía que hoy es mi cumpleaños, ¿sí? Llegó con un enorme pastel, pero es tan tonto que se resbaló y me lo tiró encima. ¡Todo el maldito traje arruinado! ¿Sabes lo que me costará la tintorería? Voy a perder mi sueldo entero por un estúpido traje.

—Él tenía buenas intenciones. ¿Le gritaste? —Chan alzó una ceja.

—¿Yo? —titubeó—. No, pero estuve a punto. De todas formas, ¿qué son estas preguntas? ¿por qué pareciera que estás de su lado?

—Mira, Minho, ese niño parece estar enamorado de ti, ¿bien? sí, entonces tú debes dejarlo ser. A mí me cayó bien. O quizás sólo quiere ser tu amigo y de alguna manera que aún no entiendo, le agradas.

Who's NOT? ⸺hyunbin。2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora