Who's NOT? ⸺hyunbin。2018

#27 Changbin

ᶜʰᵃⁿᵍʲⁱⁿ

―Hyunjin, ¿sí? ―insistió Minho nuevamente.

Hace dos días que Hwang Hyunjin quiere entrar a la casa de su enemigo de la preparatoria y hurgar entre sus cosas. Cualquier pequeño detalle que encuentre en su habitación puede ser clave para hundirlo y  bajarlo de su luna de egocentrismo. O bueno, eso se decía él.

—Vuelvo a preguntar, Hyunjin ―bufa su amigo―. Quieres entrar porque...

―Ya te lo dije, quiero buscar entre sus cosas. No lo sé, algo que le deje mal visto. Así todos sabrán que el niño de papi no es tan perfecto como creen.

Minho suspiró pesadamente viendo la cámara que Hyunjin tenía en sus manos, su amigo disfrazaba verdades: eso es todo. Lo único que quería era entrar a la casa de Seo Changbin, buscar algo entre sus cosas... no para hundirlo o algo así, quizás el muy cabrón sólo quería confeccionar algo de ropa interior de Seo para pajearse con ellos por la noche.

―La verdad, Hyunjin. ―Minho puso su mejor cara de seriedad, iba a hacer que él lo admitiera―. Estás enfadado con Binnie porque te rechazó cuando tenían seis años. ¡No tiene sentido! Dices que es tu enemigo pero te mueres porque te mire.

Las mejillas de Hyunjin se pintaron de colores intensos.

―¡E... eso no es verdad! ―exclamó a su defensa―. Changbin no me gusta.

Hwang pasó la cámara de mano a mano, en total nerviosismo. Su amigo Minho decía cosas raras, sí, muy raras. ¡No le gustaba Changbin, claro que no!

―No, no te gusta ―dijo Minho.

Hyunjin sonrió, pero la mueca le duró poco.

—Lo amas. Cuando tenías seis años le dijiste que le amabas cuando recién lo viste, dijiste que fue amor a primera vista. Él te rechazó, lógico; era el primer día de clases y no te conocía. Desde ese día que te sentiste humillado, has estado peleando con él, oh, a ver... ¡por todo lo que se mueva y lo que no se mueva!

―Deja de decir cosas raras, tengo novia, los chicos no me gustan. ―Hyunjin se enfadó, con él mismo y con su amigo también.

Uno por dudar de lo que sentía, otra porque Minho quizás le decía verdades que él suprimía. Confuso, y de cierta forma hilarante, Hyunjin sabía que jamás se enamoraría de ese bicharraco.

―No te gustarán los chicos en general, pero Binnie sí. ―Minho sonrió triunfante y salió del auto por fin.

Hyunjin abrió la puerta rápidamente para salir y seguir a su amigo en su ruta.

Puede que tenga razón, Hyunjin ha buscado cada oportunidad para inmiscuirse en la vida de Changbin desde siempre, sea para pelear, insultarse, pegarse, verse... Sí, vamos, hay que admitirlo. Seo Changbin le tenía loco, cuando aún siquiera sabía nada sobre el amor. Ese chico le gustaba, le encantaba, estaba obsesionado con sus ojos y mirada tan penetrante.

Ese niño de papi lo tenía en sus manos. Pero nunca de los nunca, Hyunjin lo aceptaría en voz alta.

Y, quería, no, deseaba entrar a la casa de Changbin por la noche. Y Minho lo acompañaría, lo haría quiera o no porque en esa amistad, adivina qué, Hyunjin manda.

―Te compraré dos malteadas de vainilla si vas conmigo esta noche a casa de Changbin. ―Hyunjin le sonrió, alzando ambas cejas tentativamente.

Minho le miró confundido por un momento.

Siendo sincero con él mismo, Minho sí quería penetrar en la ―que suponía lujosa― habitación de Changbin. Acompañaría a Hyunjin. Pero si la policía los atrapaba, lo negaría todo, aún cuando las cosas no podían ser más obvias. Sí, debían ir con cautela, si los descubrían, podrían llamar a la policía y llevárselos. No iba a ser nada bueno.