#24 Demon

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ᶜʰᵃⁿᵍʲⁱⁿ



Hyunjin no pensaba demasiado en aquellos sábados por la mañana cuando despertaba en su alcoba con alguien, mucho menos cuando sentía que ese alguien estaba acariciando sus caderas como si ese sitio fuera suyo y hubiera hecho aquello por años. Hyunjin no pensaba demasiado en ello porque no solía salir, mucho menos lo hacía los viernes, no solía emborracharse y en efecto, nadie terminaba en su cama. En un principio, a Hyunjin le gustaba pensar que en realidad era su deseo por ese amor lejano, cuando aún estaba medio dormido y aquellas suaves y delicadas manos acariciaban su pelvis subiendo lentamente por su espalda. Él así lo pensaba.

El mismo recorrido durante toda la noche, en un inicio perturbador y luego, excitante. Revolvía sus tripas.

Hyunjin tampoco quería pensar demasiado cuando el cálido aliento le rozaba el cuello y una resbaladiza lengua viajaba por su piel. Hyunjin no tenía la cabeza en su lugar para ordenarle a sus manos tomar las ajenas, o voltearse para ver a su acompañante a los ojos y descubrir de quién se trataba. Echarlo a patadas de su casa y decirle que le dejase en paz era lo más sensato, y lo que el ciudadano normal haría.

El cuerpo ardiente a un lado del suyo jamás tocó más allá, los dedos suaves sólo se encargaron de acariciar cada espacio en el cuerpo de Hyunjin. Le tocaba con cuidado, casi con aprecio.

Las zonas de la piel de Hyunjin que eran recorridas por aquellos dedos delgados, se erizaban, todo su cuerpo temblaba, a veces se sacudía con violencia y se sorprendía cuando se oía jadear. El tiempo pasaba, volando, escapando de él como arena entre los dedos.

Algunas noches las manos parecían querer acercarse más, querían tocar más, querían poseer. Hyunjin gruñía y dejaba que hicieran con él todo lo que quisieran. Salvo que no iba más allá. Y Hyunjin se odiaba por sentirse decepcionado.

Él esperaba con paciencia, esperaba a que fuera viernes por la noche. Hyunjin sólo usaba su ropa interior y se colocaba de su lado de la cama, de costado, los ojos hacia la pared. Bajaba los párpados con el corazón en la boca, dejando el tiempo pasar, y durante la madrugada deseaba que las manos ardientes le tocaran. Hyunjin, ahora, pensaba demasiado en quién era él, en qué hacía en su departamento, en porqué le tocaba.

Algunas cosas iban más allá de la mente de Hyunjin, y estaba asustado. Hyunjin no quería pensar demasiado en él, pero lo hacía. Pensaba demasiado en su olor impregnado en las sábanas, en el aroma de su aliento, en el toque de sus dedos. No obstante, aunque él no quisiera, se hallaba a sí mismo esperando por su toque a las cuatro de la madrugada de cada sábado.

Él siempre llegaba a la misma hora, se metía en su cama con lentitud, levantando las sábanas con todo el cuidado. Empezaba con un toque en su espalda, como si así quisiera hacerle saber a Hyunjin que ya había llegado.

Hyunjin no lo sabía aún, no lo supo en un principio, no prestó atención. Las manos calientes, que con aprecio recorrían sus curvas, siempre habían estado temblorosas. Había tanto miedo en ellas en un inicio, luego mientras la confianza crecía con los días, el toque fue menos titubeante. Y luego llegaron los recorridos salivados, la lengua pequeña y suave, degustaba todo su cuello con paciencia, y a veces, hambre.

Hyunjin estaba más asustado de lo que ese desconocido generaba en él, que en quién era él. Por supuesto que se había preguntado aquello a sí mismo un sinfín de veces, pero no tenía ninguna respuesta.

“¿Quién eres?” Hyunjin siempre susurraba cuando él se iba, tocando aquel sitio aún tibio en su cama. Todos los días recordando y anhelando el caliente toque de los dedos suaves de ese desconocido.

Who's NOT? ⸺hyunbin。2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora